La elección de especialidad médica ha cambiado en los últimos años.
Dermatología, una especialidad tradicionalmente vista como
tranquila y bien remunerada, ha escalado posiciones entre las preferidas por los médicos internos residentes (
MIR). En la elección de 2025 la especialidad
ha batido todos los records, agotándose tras el número de orden 542, algo nunca antes visto. Mientras que
Cardiología, una
disciplina histórica y prestigiosa, ha perdido fuerza y parece que no será hasta el cuarto día de
adjudicación cuando agote sus plazas ¿A qué se debe este cambio?
Para entenderlo, hablamos con dos especialistas que representan estos dos mundos:
José Antonio Alarcón Duque, cardiólogo en el Hospital Universitario Donostia, y
Alejandro Molina, Jefe de Sección de Dermatología en el Hospital Virgen de las Nieves de Granada.
Cardiología: Del prestigio al sacrificio
Alarcón Duque, cardiólogo y coordinador de la Unidad de Rehabilitación Cardíaca y Prevención Secundaria , recuerda que cuando él eligió especialidad, hace casi 30 años,
Cardiología era una de las más codiciadas. “Era la primera que se pedía, la primera especialidad, si no era la primera, la segunda”, asegura. Pero esa realidad ha cambiado.
Hoy, Dermatología y
Cirugía Plástica encabezan las preferencias de los
MIR, mientras que Cardiología se mantiene, pero ha perdido su trono. “Ahora está en la tercera o cuarta posición, pero siempre entre las cinco primeras”, reconoce. Sin embargo, para Alarcón, el cambio no se debe a una pérdida de calidad en la formación, sino a una
nueva forma de ver la vida por parte de los jóvenes médicos.
Según el cardiólogo, la clave está en que “las especialidades que implican mejor calidad de vida, menos
guardias y que luego, además, a nivel privado tienen una retribución económica importante, son las que más se están mirando”. Para él, esta tendencia refleja cómo los MIR de hoy priorizan el
equilibrio entre vida personal y profesional, algo que en su generación no era tan determinante.
“Hoy en día, los
jóvenes se fijan más en la calidad de vida, en tener menos guardias, menos estrés. Y eso se refleja en las especialidades que eligen”, añade. Alarcón destaca que esta tendencia no solo se ve en España, sino
también a nivel internacional.
El cardiólogo también señala que el acceso a la información ha cambiado por completo el panorama. “Nosotros no teníamos tanta información cuando elegíamos. Hoy, con redes sociales, los
nuevos médicos conocen perfectamente los pros y contras de cada especialidad”, afirma. Esto permite que los MIR lleguen a la elección mucho más preparados y conscientes de lo que implica cada especialidad. “Antes, uno elegía casi por prestigio. Ahora el prestigio ya no es suficiente”, dice.
Dermatología: ¿La opción realmente tranquila?
Por su parte, Alejandro Molina, dermatólogo y tutor de residentes, reconoce que Dermatología es vista como una especialidad que permite una
mejor calidad de vida, pero advierte que esto
no es una garantía automática. “Ser dermatólogo no te asegura tener una buena calidad de vida laboral. Es algo que depende de las decisiones individuales de cada uno”, subraya.
Molina destaca que, aunque
Dermatología ofrece flexibilidad, el equilibrio entre vida personal y profesional no está asegurado. “Un dermatólogo puede trabajar en la mañana y en la tarde, incluso los sábados
en la privada, si así lo decide. No hay un equilibrio automático”, explica. Para él, pensar que la especialidad es siempre más tranquila es un error, ya que muchos dermatólogos deciden
maximizar su carga laboral.
Además, Molina desmitifica la idea de que la Dermatología sea una especialidad sencilla. “Tenemos que quitarnos de la cabeza esa imagen de que la Dermatología es
solo mandar cremas y ver lunares. Va mucho más allá:
hay patologías complejas que requieren un tratamiento difícil y un esfuerzo formativo constante”, aclara.
Sobre el auge de la especialidad, Molina explica que más allá del factor calidad de vida, también influye el perfil académico de quienes eligen Dermatología. “Que los dermatólogos tengan números de orden bajo implica que
son estudiantes que han tenido un desempeño importante durante la carrera y en el examen MIR”, añade.
El impacto en la formación MIR
Ambos especialistas coinciden en que este cambio en las preferencias de los MIR refleja
una nueva generación más informada y consciente de su bienestar. Sin embargo, mientras Alarcón considera que la prioridad de la calidad de vida es una tendencia lógica, Molina resalta que el hecho de que Dermatología atraiga a los mejores expedientes no afecta negativamente a la formación.
“Cuando empieza la residencia, el contador empieza otra vez desde cero.
Lo que marca la diferencia es la actitud, el interés, las ganas de aprender”, enfatiza Molina. En su experiencia como tutor, ha comprobado que el número de orden no predice el éxito o el compromiso profesional.
¿Consecuencias para el sistema sanitario?
Para José Antonio Alarcón, el verdadero problema no radica en que Dermatología desplace a Cardiología, sino en el
déficit global de médicos. “El gran problema es que hay un
déficit de médicos en todas las especialidades, especialmente en las que son más duras y menos atractivas”, advierte.
Por su parte, Molina considera que el hecho de que Dermatología sea elegida por los primeros números no pone en riesgo al sistema. “No significa que estemos dejando plazas de otras especialidades descubiertas. Los
MIR siguen eligiendo según sus preferencias, y la formación se ajusta a esas decisiones”, sostiene.
Ambos coinciden en que el sistema sanitario debe adaptarse a esta nueva realidad, garantizando no solo más plazas de formación, sino también mejores condiciones para los médicos que opten por especialidades más exigentes.
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