La mayoría se muestra reticente ante este método, aunque reconocen sus beneficios en términos asistenciales

A los estudiantes de Medicina tampoco les gusta que un paciente les grabe
La mayoría prefiere no ofrecer esta posibilidad en el futuro.


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La consulta del médico puede convertirse en un reto para el paciente. Y es que este debe de procesar y retener la información del profesional que le atiende, habitualmente extensa y compleja. Una tarea que se complica cuando estos datos se mezclan con sus reacciones emocionales al recibir un diagnóstico desagradable o el tiempo limitado de asistencia que puede ofrecer el facultativo. Un escenario que certifican varios estudios: el 80 por ciento de las palabras del sanitario se olvidan. De ahí que se busquen soluciones tecnológicas para evitar esta problemática. Una es la grabación de las consultas, la cual no entusiasma especialmente a los titulados en Medicina.

Al menos, esta es una de las conclusiones de un artículo publicado recientemente por un grupo de investigadores del Hospital Universitario de Hamburgo-Eppendorf (Hamburgo, Alemania). Un resultado al que llegaron después de entrevistar a 222 alumnos de Medicina matriculados en instituciones académicas del país germano.

El cuestionario planteado provenía de uno previamente realizado con oncólogos, por lo que tuvo que adaptarse a los estudiantes. En este se evaluaba la actitud de los entrevistados ante las grabaciones de las consultas, con cuestiones relacionadas con los beneficios y preocupaciones derivados de esta técnica o el deseo de los participantes a someterse a este método para que el paciente retenga la información.


Solo el 15,8 por ciento de los encuestados reconoció que le gustaría ofrecer la grabación de consultas a sus pacientes



Los encuestados se mostraron reticentes ante la posibilidad de grabar la consulta. Es más, solo el 15,8 por ciento de los participantes señaló que le gustaría ofrecer esta herramienta a sus pacientes en un futuro, mientras que el 40,1 por ciento indicó que "tal vez" y el 44,1 por ciento se negó rotundamente. De los que no respondieron "no", el 38,7 pro ciento estaría dispuesto a que los usuarios del sistema sanitario emplearan su teléfono móvil para recoger la conversación entre médico y afectado.


Puntos positivos y negativos de este método


Pese a que la mayoría prefiere no ser grabado, buena parte de los estudiantes reconoce que este sistema puede ser útil. La mayoría reconoció que pueden ayudar a que el paciente recuerde y comprenda mejorar la información, a la vez que ayuda al profesional a preparar mejor las citas de seguimiento. Asimismo, serviría para proporcionar evidencia de lo que se dijo e hizo en consulta.

Eso sí, también mostraron sus preocupaciones por la recogida de imagen y sonido. La principal es el mal uso de las grabaciones, por ejemplo, al compartirlas sin permiso, lo que comprometería la confidencialidad de la conversación. A su vez, podrían servir como herramientas de presión contra los médicos. "Muchos temen perder el control de consulta", han resaltado los autores de la investigación.


Posibilidad de introducción en el proceso asistencial


El equipo científico ha abogado por incorporar poco a poco este método, dadas las ventajas que puede traer para garantizar una mejor atención al paciente. Por ello, sugieren ofrecerlas de forma proactiva para fomentar la confianza y evitar grabaciones encubiertas. Otra solución es la implementación de grabaciones dirigidas por un proveedor determinado a través de una aplicación, lo que garantiza que el hospital conserve una copia de la misma. Eso sí, pasos que deben de ir acompañados de la integración de este método en el plan de estudios de los estudiantes de Medicina y la adaptación del código legal para guarecer a las plantillas sanitarias.


"Las grabaciones tienen potencial para convertirse en una herramienta valiosa en la atención médica rutinaria"



Bajo el punto de vista de los autores, estos pasos ayudarían a los médicos a adaptarse a las tecnologías digitales del proceso asistencial. Un camino que parece inevitable para aquellos que laboran en el campo de la salud. "Las grabaciones tienen potencial para convertirse en una herramienta valiosa en la atención médica rutinaria", han sentenciado los investigadores.
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