Ricardo Martínez Platel. Madrid
La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo ha rechazado un recurso para la unificación de doctrina de un paciente que fue contagiado por el virus de la hepatitis C, mientras estaba siendo sometido a hemodiálisis desde 1983.
La sentencia recoge que tras el examen del material probatorio no puede determinar inequívocamente, que el daño sufrido tenga una clara y suficiente relación de causalidad con el servicio prestado por la Administración.
No resulta posible, en un paciente de larga trayectoria respecto de su enfermedad y de indudable alto riesgo de contagio, determinar con mínima exactitud el origen y el momento de su contagio. Como consta en las actuaciones, el paciente ha sido sujeto de tratamiento en diferentes centros sanitarios de diversa naturaleza y se observa la multiplicidad de tratamientos, intervenciones y trasfusiones que el paciente, durante un muy dilatado periodo de tiempo hubo de soportar.
De este modo, aunque se reconoce que la infección se produjo a consecuencia de transfusiones realizadas, no es posible determinar cuál fue la transfusión que originó dicho contagio.
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