José Luis Zamorano, jefe del Servicio, explica el primer implante percutáneo de una prótesis valvular mitral en España

El jefe de Servicio de Cardiología del Hospital Ramón y Cajal, José Luis Zamorano
El jefe de Servicio de Cardiología del Hospital Ramón y Cajal, José Luis Zamorano.


SE LEE EN 3 minutos
El Hospital público Universitario Ramón y Cajal de Madrid ha realizado con éxito el primer implante percutáneo de una prótesis valvular mitral en España, un procedimiento pionero que sitúa al centro entre los primeros de Europa en aplicar esta tecnología de vanguardia. La técnica permite sustituir la válvula mitral sin necesidad de cirugía torácica abierta ni de detener el corazón, lo que reduce significativamente los riesgos para el paciente y facilita una recuperación más rápida.

Esta nueva intervención, dirigida a pacientes con insuficiencia mitral severa y alto riesgo quirúrgico, se basa en un procedimiento en dos tiempos: en primer lugar, se implanta mediante catéter un anillo que rodea el aparato subvalvular mitral y crea una estructura anatómica estable. A continuación, sobre ese anillo se coloca una válvula biológica expansible, que sustituye a la válvula dañada y restaura el flujo sanguíneo normal. Todo el proceso se realiza a través de la ingle y con guía por ecocardiografía transesofágica, lo que garantiza un control milimétrico del posicionamiento del dispositivo.

El jefe de Servicio de Cardiología del hospital, José Luis Zamorano, ha explicado a Redacción Médica que el éxito del procedimiento responde a una intensa preparación y al trabajo conjunto de múltiples especialidades. “Se trata de un trabajo multidisciplinar. El paciente debe ser seleccionado muy minuciosamente por clínicos (en nuestro caso la clínica valvular), Anestesia, Hemodinámica e Imagen. Todos juntos, incluyendo el anestesista, fuimos a Suiza a realizar un entrenamiento con simuladores de imagen y de implante para poder estar seguros. Primero se implanta el soporte que engloba la válvula nativa del paciente y que tiene un sistema que permite dar estabilidad y soporte a la prótesis. Sobre este es donde en un segundo tiempo se implanta la prótesis”, detalla.

En este tipo de intervenciones, el papel de la imagen médica es clave. Zamorano subraya que "es fundamental". "El eco es obligado para planear, controlar y seguir la intervención en tiempo real”. Así, la ecocardiografía transesofágica permite supervisar el procedimiento en vivo y con una precisión que reduce riesgos y aumenta la eficacia.

"La cirugía sigue siendo la primera opción terapéutica"


Tras la intervención, los indicadores utilizados para valorar el éxito inmediato fueron los habituales en este tipo de procedimientos cardiológicos. Según el especialista, “nada fuera de lo habitual en la clínica. Monitorización del enfermo, ecocardiografía y monitorización del ritmo cardiaco y analítico. Lo habitual tras una intervención”.

Dado que esta técnica ya cuenta con el Marcado CE, el debate se abre ahora sobre su aplicación más amplia en el sistema sanitario. En opinión de Zamorano, su incorporación representa un avance notable, pero no sustituye a las técnicas convencionales: “En mi opinión lo importante es que se dispone de una opción más para tratar los enfermos. Disponemos ya por tanto de todas las posibilidades de reparación o reemplazo de dicha válvula. No olvidemos que la cirugía sigue siendo una primera opción terapéutica y las técnicas percutáneas emergen para dar cabida junto con la cirugía a todos los enfermos. Cada enfermo puede beneficiarse de una determinada opción terapéutica”.
REGÍSTRATE GRATIS
PARA SEGUIR LEYENDO
¿Ya eres premium? Inicia sesión
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.