Diccionario de enfermedades

Resaca

Síntomas, prevención y tratamiento de la resaca
Una resaca son una serie de síntomas que aparecen como consecuencia de un consumo de alcohol excesivo. Tres de cada cuatro bebedores de alcohol refieren haber tenido resaca en al menos una ocasión a lo largo de su vida, siendo más frecuente en los bebedores ocasionales o moderados que en los grandes bebedores. Algunas personas nunca desarrollarán resaca lo que hace sospechar que existen factores genéticos relacionados con su predisposición.

La resaca es una alteración extremadamente frecuente sobre la que se ha estudiado muy poco, probablemente porque se considera como el precio o el castigo que se debe pagar por haber cometido un exceso. En cualquier caso, no está demostrado que la presencia de episodios previos de resaca reduzca la tasa de excesos posteriores.

Síntomas de la resaca


Los síntomas de la resaca incluyen cansancio, dolores musculares, sed intensa, sequedad de boca, dolor de cabeza, mareo, sensibilidad acentuada al ruido o a la luz, irritabilidad y dificultad para concentrarse y mantener la atención. Además de estos síntomas, la resaca se asocia con absentismo laboral, menor productividad y menor rendimiento escolar.

Diversos estudios indican que la aparición de resaca requiere haber mantenido al menos unos niveles de alcohol en sangre de 1 gramo por litro en algún momento previo (equivalente a 5 o 6 bebidas alcohólicas en un varón de unos 80 kg de peso o de 3 a 5 bebidas alcohólicas en una mujer de unos 60 kg de peso). Los síntomas de resaca, sin embargo, aparecen en el momento en que la cantidad de alcohol en sangre se aproxima a 0.

Cuanto más alcohol se bebe los síntomas de la resaca son mayores. Sin embargo la intensidad de dichos síntomas no depende exclusivamente de la cantidad de alcohol ingerida, sino que influyen también factores como la edad, el sexo, el estado de salud, la genética, la realización de otras actividades junto al consumo de alcohol (por ejemplo haber bailado), el tipo de alcohol ingerido, el consumo paralelo de tabaco u otras drogas, la cantidad y calidad del sueño, etc. Si bien el alcohol puede producir resaca por sí mismo, la resaca es más frecuente si se consumen bebidas que contienen otros productos procedentes de la fermentación. De este modo, la intensidad de la resaca es mayor si se consume por este orden coñac, vino tinto, ron, whisky, vino blanco, ginebra, vodka y cerveza. Las bebidas blancas, tradicionalmente relacionadas con más resaca, son las que menos la producen.

Cómo prevenir la resaca


La única manera de prevenir una resaca es evitando o moderando el consumo de alcohol. En cualquier caso, la resaca puede prevenirse o limitarse si se bebe lentamente y con el estómago lleno, si se realiza alguna actividad física durante su consumo, por ejemplo bailar, o si el consumo de alcohol se acompaña del consumo de agua u otros refrescos sin burbujas. El extracto de chumbera tomado antes del consumo de alcohol, el único producto evaluado en estudios científicos bien diseñados, produce beneficios muy modestos.

Para minimizar los síntomas, se puede recomendar beber abundante agua y tomar algún analgésico, como el ibuprofeno antes de acostarse (mucho mejor si se asocia con un inhibidor de la secreción gástrica, como el omeprazol). Dado que el paracetamol se metaboliza en el hígado no se recomienda tomarlo para las resacas.

¿Es posible tratarla?


Apenas existen estudios bien diseñados que hayan evaluado la eficacia de diversos tratamientos para la resaca. Varios remedios caseros como el consumo de miel, zumos de fruta, café cargado, etc. o la toma de vitaminas del grupo B, no han sido estudiados científicamente y no puede concluirse que sean eficaces. Por tanto actualmente no se recomienda ningún producto o remedio mágico. Se puede esperar a que desaparezca, generalmente en las 24 horas posteriores y, mientras tanto, se pueden utilizar tratamientos para aliviar los síntomas, como los analgésicos para el dolor de cabeza. Sí se recomienda el consumo de líquidos abundantes en forma de caldos, infusiones, zumos, bebidas energéticas o simplemente agua.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.