La solidaridad, como principio fundamental de convivencia humana, se erige como un pilar esencial en la construcción de sociedades justas y equitativas. Este valor trasciende fronteras y se manifiesta en la disposición activa para colaborar y apoyar a aquellos que enfrentan dificultades y desafíos. En su esencia más pura, la solidaridad implica una conexión empática con los demás, reconociendo la interdependencia que nos une como seres humanos.

Cuando practicamos la solidaridad, no solo compartimos recursos y esfuerzos, sino que también fomentamos la empatía y la comprensión mutua. Es un acto consciente de ponerse en el lugar del otro, reconocer las luchas y alegrías ajenas como propias, y actuar en consecuencia para aliviar cargas y promover el bienestar colectivo. La solidaridad trasciende las diferencias individuales, ya que se basa en la premisa de que juntos somos más fuertes y capaces de superar cualquier adversidad.

Este compromiso activo con el bienestar de los demás no solo transforma vidas individualmente, sino que también contribuye a la creación de comunidades más resilientes y cohesionadas. La solidaridad, por tanto, se presenta como un faro de esperanza, recordándonos que, en última instancia, somos guardianes responsables unos de otros en nuestro viaje compartido por la vida.


Puesta en valor solidaria de Medicina


La solidaridad está arraigada en el ADN de la profesión médica, un valor y un compromiso que se manifiesta desde hace más de un siglo de manera tangible a través de la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC). Con cientos de miles de médicos como socios protectores, esta entidad brinda ayuda a cerca de 2500 compañeros y sus familias anualmente en momentos de dificultad.

La FPSOMC, representante de la acción solidaria del colectivo médico a nivel estatal, destina anualmente cerca de 14 millones de euros en ayudas que abarcan áreas cruciales como atención social, prestaciones asistenciales, apoyo a la dependencia y discapacidad, conciliación, promoción de la autonomía personal, atención en salud (PAIME), y defensa jurídica ante agresiones. Este compromiso, seña de identidad de la profesión médica y de la corporación que la representa, es posible gracias a las aportaciones voluntarias de médicos, socios protectores, y personas y entidades que no forman parte de nuestra profesión que donan altruistamente.


"La solidaridad está arraigada en el ADN de la profesión médica"



La solidaridad, como la vida y la sociedad, cambia, se adapta y se transforma, al igual que lo ha hecho la Fundación a lo largo de más de cien años, en los que se ha ido adaptando a los desafíos y retos a los que se ha enfrentado. El ejemplo más reciente es la pandemia de Covid-19, cuando la Fundación extendió sus esfuerzos para atender integralmente las necesidades de los médicos y sus familias. Durante toda la vigencia de esta crisis sanitaria que se llevó la vida de 125 compañeros y compañeras, se implementaron medidas en el ámbito del apoyo familiar; la teleasistencia domiciliaria para reforzar la conciliación, y se aprobaron ayudas específicas para médicos de nueva colegiación afectados por la pandemia, así como se aumentaron y facilitaron el acceso a prestaciones y servicios, incluyendo nuevas ayudas de atención a la salud mental.

Otro de los grandes pilares que representa a la perfección lo que significa nuestra fundación y que aúna compromiso, responsabilidad y compromiso, es el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME), único en España y referente a nivel internacional. Dirigida a médicos con problemas de salud mental, el PAIME ha demostrado ser un instrumento de control de la buena praxis médica, garantizando que los profesionales ejerzan en las mejores condiciones posibles garantizando así la excelencia en la seguridad clínica.

Desde su inicio en 1998, este programa ha atendido a más de 8.000 profesionales, con una notable tasa de recuperación del 90 por ciento, subrayando su importancia en la protección tanto de los médicos como de la salud pública en general. Ahora este programa "marca España" continúa su expansión hacia otras profesiones sanitarias en base al reciente acuerdo suscrito con farmacéuticos, veterinarios y dentistas y también lo hace superando las fronteras de nuestro país con iniciativas como el primer congreso internacional del PAIME, celebrado este mismo año en Bilbao.


Protección de los jóvenes médicos


Los últimos años la Fundación ha dirigido gran parte de su solidaridad a un colectivo cada vez más vulnerable y que no podemos descuidar porque en sus manos está nuestro futuro: los jóvenes. Así, la promoción y prevención de la salud desde las primeras etapas ha pasado a ser una prioridad para la profesión, una prioridad que ha materializado en un Servicio de Atención Psicológica al Estudiante de Medicina (SAPEM) y talleres formativos en las facultades de Medicina que tiene como objetivos dotarles de herramientas de autocuidado, educación y salud y promoción del bienestar.

Por eso, ejercer la solidaridad a través de esta Fundación es doblemente satisfactorio, porque con nuestro apoyo a aquellos que dedican sus vidas a curar y aliviar el sufrimiento, contribuimos también de manera directa al bienestar de los pacientes. La red de solidaridad tejida entre la profesión médica es una fuerza transformadora que no solo alivia las cargas individuales, sino que también fortalece a nuestro sistema nacional de salud y a nuestro país.

Cada aportación, cada nuevo socio, está contribuyendo a construir un puente sólido entre el deber ético de los médicos y la esperanza vital de los pacientes, demostrando que juntos, en solidaridad, podemos construir un camino hacia un cuidado de la salud más compasivo y humanista.
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