Las más recientes recomendaciones elevan al 85 por ciento el umbral para alcanzar la inmunidad de grupo, debido, entre otros motivos, a la aparición de diferentes variantes del virus SARS CoV-2. Estas cifras solo las conseguiremos si somos conscientes de los resultados de la vacunación demostrados hasta la fecha, y si combatimos juntos los movimientos antivacunas y negacionistas que se oponen a su consecución.

Desde la profesión médica queremos trasladar a toda la población que dar pábulo a falsos mensajes, que no estén basados en la mejor evidencia científica disponible, no solamente es perjudicial para la salud individual, que se pone en riesgo y puede llevar a la muerte, sino también para la salud pública, para todos. Y cuando decimos para todos, estamos pensando especialmente en los más vulnerables.

Actualmente los recursos humanos y materiales que estamos destinando a las personas que se han infectado de Covid no nos están permitiendo recuperar la actividad perdida al ritmo que sería necesario e impide dar un respiro a los sanitarios que siguen sufriendo incrementos de jornada laboral e incluso suspensión de días libres y vacaciones; todo ello para dedicarse al seguimiento epidemiológico de casos y contactos, así como al tratamiento de pacientes Covid-19.

Por tanto, si mediante la vacunación generalizada disminuimos la posibilidad de contraer la enfermedad o de que la forma de presentación de ésta sea grave, estamos generando protección frente al virus y favoreciendo que esos recursos se utilicen en consultas y pruebas diagnósticas pendientes, cribados de salud, cáncer y atención a la cronicidad. Sin olvidar que incluso la población más joven tras el contagio pueden evolucionar al Síndrome de Covid persistente y a secuelas físicas y psíquicas a medio y largo plazo.


"Vacunarse es el aplauso más sincero y directo que podemos recibir de la ciudadanía"



Un comportamiento responsable, solidario y cívico va más allá del interés individual. Combatir, o al menos no dar crédito ni difundir consignas negacionistas, es una manera de cuidar a los más frágiles, y también de respetar a los sanitarios que han puesto en riesgo su salud física y mental durante esta pandemia. En definitiva, vacunarse es el aplauso más sincero y directo que podemos recibir de la ciudadanía.

Por ello, y ante la confusión que están generando los bulos y la desinformación de estos movimientos, desde el Observatorio contra las Pseudociencias de la Organización Médica Colegial queremos reiterar el mensaje de que las vacunas contra el Covid-19 son seguras, eficaces y constituyen la medida más eficiente de salud pública de la que disponemos.

Lograr esa inmunidad global a la que nos referíamos al principio, el 85-90 por ciento, salvará más vidas, con mejor calidad y mejorará los resultados en salud de toda la población para todas las patologías. Se lo debemos a la sociedad en general, y en particular a los profesionales sanitarios que pusieron en riesgo la suya incluso cuando no había medios para protegerse.