Hablemos del paciente, esa figura cada vez mas denigrada en las consultas médicas, denigrada de forma indirecta por médicos, y digo indirectamente porque la gran mayoría de las veces es algo inconsciente. Olvidada por una rutina que convierte lo excepcional en cotidiano. Parece que los datos que aparecen en nuestras pantallas sean más importantes que lo que tenemos delante: “Mmmmm 9 de hemoglobina, transaminasas aumentadas, 90.000 plaquetas… ¿qué tendrá Alfredo de 55 años en esta noche a las 3 de la madrugada? No lo sé, pero le pediré otra prueba…” Y no, ¡explórale! Gritaría yo desde el otro lado del pasillo, desde mi consulta 4, donde estaría yo guantes enfundados y fonendoscopio en los oídos, valorando y explorando a mi paciente. Ya luego vendrán las teclas, el laboratorio y la radiología…porque parece que estemos perdiendo el norte, la base de la aproximación médica debería empezar sobre los cimientos de la anamnesis y continuar con los ladrillos de la exploración física. 

Nos estamos haciendo dependientes de las máquinas, dependientes de los números, y eso nos aleja inevitablemente de lo más importante: del paciente. Eso nos convierte en máquinas, en autómatas, que pongan una IA que podría decir Alfredo, porque en 15 minutos desde que entró en urgencias nadie le ha mirado a la cara y nadie la ha tocado si quiera la piel. 

Y es que repito, la base de la medicina es el paciente, toda gira entorno el paciente y nada es más importante que él. Y para asumir eso se necesita empatía, humanidad y respeto hacia quien, con humildad o no, acuda a nuestra consulta o box de urgencias; porque viene con algo que sea de mayor o menor gravedad, pero que merece desde luego nuestro tiempo. Vivimos en una sociedad de tiempos reducidos, de poco tiempo para explorar, poco tiempo para una anamnesis, pareciera que somos fabricas de curar enfermedades:
  • Jaime: 12 años gastroenteritis 23:45
  • Alfonso: 55 años dolor lumbar 23:59
  • Raquel: 69 años ITU 00:10
  • Marisa: 45 años Lupus 00:25
Y así sin detenerse, viendo pacientes como quien ve un coche, que digo: ¡si hasta un mecánico tiene más tiempo para tratar un coche!

Lo curioso, y en parte evidente, es que tener dependencia de los datos y resultados nos hace mas temerosos, nos hace peores médicos. Las analíticas y las pruebas son una parte fundamental, pero nunca deben quitarle su lugar a la entrevista clínica y mucho menos a la exploración física, porque una medicina que se apoya solo en pruebas es una medicina sin columna vertebral. 

Entonces me pregunto: ¿dónde quedó Alfredo?, ¿en qué momento se volvió mas importante un valor de hemoglobina que una conversación?, ¿en que rincón del box de urgencias dejamos al ser humano, para mirar solo las cifras?, ¿y nosotros, cuando dejamos de mirar?