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12 sept. 2014 13:55H
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¿Por qué el VHS se impuso al Beta? Se ha tratado de explicar con razones que van desde lo prosaico (era el sistema más barato) hasta la leyenda urbana (había más filmes porno editados en ese formato).

Pero el motivo es más simple: Sony quiso conservar la exclusiva del Beta mientras que JVC licenció a otros fabricantes para sacar sus propios VHS y permitió que se creara un entorno a la medida. Los videoclubes pusieron la guinda al pastel al potenciar este formato y acabar por convertirlo en el único disponible.

Desconozco si Steve Jobs tuvo como referencia este ejemplo cuando ideó algunos de sus productos más conocidos, pero sin duda tenía claro que, por sí misma, la tecnología no aporta nada, sólo si forma parte de un conjunto reconocible y deseable para el público receptor.

Esto es lo que Apple ha conseguido con sus productos estrella. El Mac, el iPod, el iPhone o el iPad no fueron los primeros en su categoría, pero todos la redefinieron. Supo crear entornos a los que el usuario anhelaba pertenecer.

Su última propuesta es el AppleWatch, un reloj electrónico cuyo valor diferencial reside, entre otras cosas, en su uso ligado a la salud, objetivo para el que llevan ya tiempo construyendo el ecosistema que precisa su desarrollo. Los más de tres billones de dólares en que se estima el dinero que mueve la industria de la salud en EEUU parece que justifican cualquier esfuerzo.

Hay expectación por ver si Apple logra una transformación del sector equiparable a la que causó en su momento en la informática, la telefonía o la música. En EEUU parece que sus posibilidades son mayores: el alto coste de la sanidad es buen caldo de cultivo para ingenios que sepan avisar al usuario de cuándo es realmente necesaria la visita al médico.

En Europa tendrá que plantearse otros retos: ¿potenciará la tele medicina, creando un canal de comunicación entre el paciente y su centro sanitario pensado especialmente para crónicos? ¿Apostará por seducir a los profesionales sanitarios para que se conviertan en prescriptores de sus productos? ¿O se resignará a no salir del entorno del fitness?

Dentro de unos días la compañía californiana celebra otra de sus mediáticas puestas en escena y se espera que en ella defina algo más sus objetivos. Por si estoy a tiempo, ahí va una lista de deseos:
 
  • - la oferta de apps de salud es inabarcable y desordenada. Ojalá sepan crear un entorno confiable de aplicaciones útiles.
  • - la consultora McKinsey publicó en julio un informe sobre e-salud que, entre otras cosas, reflejó que los pacientes sí están dispuestos a usar la tecnología, pero en entornos sencillos y prácticos. Ojalá propongan una interfaz fácil e intuitiva, útil hasta para los tecnológicamente menos duchos.
  • - el mismo informe revelaba la tendencia de las administraciones a apostar por grandes innovaciones en el ámbito digital, cuya complejidad los hace poco operativos. Ojalá encuentren el equilibrio entre utilidad y usabilidad.
  • - el gran quebradero de cabeza de cualquier propuesta en este campo es la seguridad de los datos. Ojalá construyan un entorno suficientemente robusto para evitar fugas de información y, sobre todo, para convencer a los reticentes.

Evidentemente, ni Apple ni nadie nos va a sacar de pobres en la búsqueda de un modelo idóneo de combinación de tecnología y salud, pero con que consiga la mitad de lo logrado en otros campos ya habrá mucho camino recorrido.

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