En esta misma tribuna, el pasado 9 de agosto de 2021, escribía un artículo titulado “Necesitamos "reinventar" el Sistema Nacional de Salud” y en el hacía una reflexión acerca de la necesidad de reinventar el sistema, algo a mi juicio absolutamente necesario. En respuesta al mismo, César Pascual publicaba, también a través de su tribuna en Redacción Médica, otro artículo titulado ¿Quién se beneficia de la situación actual del Sistema Nacional de Salud? en el que concluía y cito literalmente con una frase que incluye el siguiente párrafo: “primeras reflexiones acerca del melón que Ezquerra ha abierto”.

La verdad, hace tiempo que siento cierta cercanía con Pascual en lo que se refiere a la visión de lo que sucede en la Sanidad y sus posibles soluciones. No hablo de ideología política, que me importa muy poco, hablo de visión desde la perspectiva del profesional de la gestión, del profesional del Sistema. Al fin y al cabo, las diferencias políticas en esta materia son muy sutiles y más de cara a la galería que reales. Y, por fortuna, mi ideología la mantengo para mí, y debo hacerlo bien pues dependiendo de quien me etiquete, me hace de un lado o del contrario. Será porque los torpes no entienden que ser de una determinada ideología no está reñido con hacer crítica cuando los dirigentes se equivocan, como tampoco entienden que, si el contrario hace algo bien, se aplauda.


"El Sistema Nacional de Salud ha llegado a su final y hay que reinventarlo"



No sé si he abierto un melón o no, no sé si este tema interesa a los profesionales lectores de este medio, no sé si es el mejor momento, pero lo que si se es que el Sistema ha llegado a su final y hay que “reinventarlo”. Para mí esto es incuestionable.

Para enmarcar este inicio de una serie de artículos sobre este tema, quiero recordar esta frase de Lao Tzu: “Haz las cosas difíciles mientras aún sean fáciles y las grandes mientras son pequeñas”, en nuestro caso lo traduciría más o menos así: “hagamos la reinvención del Sistema Nacional de Salud, algo difícil, mientras la situación lo permita y sea fácil, un reto grande pero aún posible”.

¿Cuál es la primera acción que se debe llevar a cabo?


Para afrontar un problema de este calado, lo primero que debemos hacer es analizar la situación, hacer una foto fija del sistema, dónde estamos, que se puede o debe cambiar, cuáles son los problemas más importantes, que ineficiencias tenemos, quienes son los actores principales, etc. Un análisis que los expertos hacen habitualmente y que en sus manos dejo. Puede ser que el análisis sea en muchos casos coincidente y en otros muchos no lo sea tanto, por ejemplo, en la definición del problema, en la diferente visión política, pues seguro que lo que para unos es una fortaleza, para otros es una debilidad.

Yo me ratifico en mi idea, en que el modelo ha llegado a su fin, que hay que volver a diseñarlo y actualizarlo. El actual Sistema de Salud tiene casi 50 años, una eternidad que le ha llevado a su obsolescencia. Ya dejamos atrás el siglo XX y lo que arrastraba de la tradición funcionarial y administrativa del siglo XIX, esta etapa se ha superado y estamos en unos momentos en los que la relación laboral, la estructura jerárquica, el conocimiento, la digitalización, el Big Data, la globalización, etc., ha cambiado nuestra sociedad y sus necesidades. Hay que entender que, si no se evoluciona de forma paralela, si seguimos anclados al pasado, el Sistema de Salud que tenemos ya no dará satisfacción a las necesidades de los ciudadanos y de los profesionales que lo constituyen.


"Si seguimos anclados al pasado, el Sistema de Salud que tenemos ya no dará satisfacción a las necesidades de los ciudadanos y de los profesionales que lo constituyen"



Los responsables políticos deberían sentarse y consensuar las bases del nuevo Sistema Nacional de Salud. Definir qué características debe tener, cuáles son sus principios, a quien se destina, cómo se organiza, definir conceptos básicos como universalidad, equidad, accesibilidad, financiación, “descentralización con cogobernanza”, cartera de servicios unificada, interoperabilidad, planificación “centralizada” de servicios de referencia nacionales, Servicio de Salud Pública nacional, plan de infraestructuras a corto medio y largo plazo, política de personal y modelo de relación laboral, criterios y unidades de medida, bases de datos generales, digitalización y Big Data único y accesible a todos, explotación y análisis de datos, comparación de resultados, niveles de eficiencia, determinar que regiones deben tener un tratamiento especial por su pirámide de edad, dispersión, morbilidad, etc., plan especial para la “España vaciada”, etc.

Mucho trabajo y necesidad imperiosa de hacerlo desde la “despolitización”, olvidando identidades territoriales absurdas, pensando en las necesidades de los destinatarios/usuarios del Sistema, todos los ciudadanos. No podemos olvidar que todos somos o seremos pacientes y sobre todo no podemos obviar lo que nos ha enseñado la pandemia de la Covid-19, la Salud Pública potente es fundamental, como lo es la Atención Primaria, base de un sistema sostenible.