La Comunidad de Madrid ha acordado permitir a sus profesionales de atención primaria alternar sus turnos de trabajo, por la mañana o por la tarde, según sea más conveniente para la conciliación de la vida laboral y familiar. El avance, vigente a medias desde 2007, es ahora plenamente operativo y cuenta con el respaldo de los sindicatos. Los conocidos también como turnos deslizantes no son sino una prueba más de que los servicios de salud intentan por todos los medios flexibilizar el sistema, tratando de reducir el alcance de unas normas que, de tan rígidas e inmemoriales, ya casi ni se discutían, aunque nada tuvieran que ver con la realidad de los nuevos tiempos. Cada vez es más anacrónico comprobar que el trabajo asistencial ordinario se concentre abrumadoramente en las mañanas. Y cada vez es más inconcebible chocar contra los vacíos vespertinos en los centros sanitarios. Pasos como el dado por Madrid son la prueba de que hay que ir adaptando la normativa a la costumbre, tanto de pacientes como de profesionales.
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