Los test rápidos en busca de VIH desarrollados en el País Vasco durante los cinco últimos años han encontrado en la farmacia un aliado necesario y resolutivo. Con el fin de facilitar la detección del virus en personas con prácticas de riesgo, el Gobierno vasco lanzó una experiencia pionera que, de un lado, reforzó la responsabilidad preventiva de la Administración y, de otro, posibilitó lo que se está convirtiendo en una gran demanda de la botica: su función asistencial. Los hay que aseguran que el futuro de la farmacia será asistencial o no será, aunque la asignación progresiva de funciones que ensanchen la cobertura del sistema debe ir necesariamente acompañada de un debate sobre el modelo retributivo. En cualquier caso, los test VIH son un claro ejemplo de que la farmacia está sabiendo adaptarse a las nuevas exigencias del sector y está dispuesta a ganar ese horizonte en forma de espacio asistencial que se dibuja cada vez con más nitidez.
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