Persisten las dificultades financieras en las que lleva un tiempo instalado el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). El plan de viabilidad puesto en marcha ya ha deparado algunas medidas de ajuste, pero no son todavía suficientes para equilibrar las cuentas. Al contrario, el futuro sigue dibujándose de manera incierta y muy comprometida. Esta situación económica no parece corresponderse con la actividad del Centro, ni con su consideración pública ni con su prestigio en el ámbito internacional. Lo que vuelve a poner el foco en una actividad tan controvertida como la investigación, que necesita de políticas de largo recorrido y de confianza para obtener los mejores resultados. Pero los auditores no entienden las necesidades de los científicos. Y la economía casa mal con la actividad investigadora. Con todo, hay que vivir los problemas del CNIO en carne propia porque en su viabilidad va en juego también una parte muy importante de la investigación biomédica española.
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