La teoría del caos se aplica a sistemas complejos de impredecible evolución ya que la influencia de las condiciones iniciales y de los diversos factores que actúan como atractores durante su desarrollo es decisiva para determinar su trayectoria. Por lo que predecir su futuro a medio y largo plazo resulta imposible.

Al contrario que el desorden, característica de los fenómenos aleatorios, el caos puede ser totalmente determinista, aunque no se pueda establecer ningún pronóstico suficientemente preciso sobre su evolución. Medicina y Sanidad son ejemplos de sistemas caóticos en los que sus principales atractores son los profesionales (sobre todo médicos y enfermeras).

Los responsables gubernamentales y de la sanidad de la Comunidad de Madrid parecen empeñados en demostrar que es posible ir más allá en la planificación y gestión de un sistema caótico como el sanitario y, sobre todo en los últimos tiempos, se han adentrado profundamente en los abismos del desorden y descontrol absolutos.

Los antecedentes y el punto de partida de la situación actual eran ya indicativos del rumbo que iba a tomar el sistema sanitario madrileño a corto y medio plazo: restricciones financieras, inversiones poco justificables, adjudicaciones de compras poco trasparentes, problemas en la organización de la gestión y la asistencia, errores en la política de recursos profesionales, etc.

En este contexto han ido aumentando de volumen las voces procedentes de una oposición política que atribuye al gobierno autonómico el propósito de deteriorar hasta destruirlo el sistema sanitario público. El gobierno madrileño, a su vez, acusa a la oposición de politizarlo todo y buscar el caos. Ya hemos apuntado antes que los sistemas sanitarios son de naturaleza caótica y que, por lo tanto, no es necesario buscar el caos. Pero una cosa es el caos y otra distinta el desorden y, lo que es más grave, la incompetencia demostrada por los responsables políticos para encontrar soluciones mínimamente aceptables a la grave situación actual.


"Los profesionales son el atractor principal de los sistemas sanitarios de naturaleza caótica y como tales pueden influir de forma decisiva en su trayectoria futura"



Como decíamos al inicio de estas líneas, los profesionales son el atractor principal de los sistemas sanitarios de naturaleza caótica y como tales pueden influir de forma decisiva en su trayectoria futura. Pues bien, los ínclitos gobernantes de la Comunidad de Madrid, en vez de buscar vías de confluencia con ellos y sus organizaciones se dedican fervientemente a lanzar sombras de sospecha sobre sus comportamientos en el marco conflictivo actual.

Los problemas se acentúan cuando se llega a la desagradable conclusión de que la incompetencia clamorosa no se limita al nivel de la consejería de sanidad si no que extiende sus tentáculos mucho más arriba. Por desgracia parece que las cosas no se van a arreglar si, como piden desde la oposición, se producen dimisiones solamente en la cúpula sanitaria. Los problemas se vienen arrastrando desde hace ya bastantes años y el panorama actual es consecuencia de errores pertinaces cometidos en varias legislaturas previas.

Caos, desorden, descontrol, incompetencia, son palabras clave de un conflicto del que no se visualiza una salida positiva, sobre todo para los que más sufren sus consecuencias: la ciudadanía.