Celebramos, un año más, el
Día Internacional de la Mujer viviendo una realidad en nuestro trabajo, en nuestro hogar o en nuestro entorno más cercano que dista aún mucho de ser la ideal.
Pese a los indudables avances registrados en los últimos tiempos, vivimos aún una
realidad que no es igual para los hombres y las mujeres.
Persisten obstáculos y
barreras en distintos ámbitos, también en el nuestro, el sanitario, que dificultan el gran objetivo de lograr una sociedad justa e igualitaria en la que todas las personas, independientemente de su género, disfruten de las
mismas oportunidades para poder ser lo que quieran ser.
Por ello, un año más, las enfermeras y enfermeros de nuestro país alzamos nuestra voz, y como defiende también la ONU,
decimos alto y claro que somos de la 'Generación Igualdad' y que luchamos por los derechos de todas las mujeres.
Las
mujeres y las niñas de todo el mundo, también en nuestro país, siguen siendo infravaloradas. Trabajan más, ganan menos y tienen menos posibilidades de alcanzar sus aspiraciones profesionales y personales.
Además, sufren el
terrible problema de la violencia de género que, lamentablemente, está aún muy lejos de erradicarse.
Las enfermeras lo sabemos muy bien. Cuidamos y atendemos a muchas mujeres con estos problemas y también los sufrimos en primera persona, ya que
los trabajos destinados a los cuidados siguen siendo invisibilizados y sin el reconocimiento necesario, cuando éstos deberían ser puestos en el centro de la sociedad.
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"Somos una profesión que, al ser mayoritariamente femenina, ha sufrido especialmente continuas situaciones de discriminación, violencia y falta de reconocimiento"
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Además, somos una profesión que, al ser mayoritariamente femenina, ha sufrido especialmente continuas situaciones de discriminación, violencia, falta de reconocimiento…
Hemos sido “invisibles” durante muchos años, aunque nuestra labor ha sido y es absolutamente fundamental e imprescindible para garantizar la salud, el progreso y la riqueza de cualquier país.
Como el resto de mujeres de nuestra sociedad, seguimos sufriendo aún una importante diferencia con respecto a los hombres. Una
diferencia de género que repercute negativamente en los salarios, en las pensiones…
En pleno siglo XXI, en 2020, aún nos cuesta tres veces más llegar y permanecer en
altos cargos de responsabilidad y gestión, nos cuesta tres veces más lograr la corresponsabilidad de los derechos de la vida laboral, familiar y personal, nos cuesta tres veces más tantas y tantas cosas…
Ante esta realidad, y con motivo del Día Internacional de la Mujer,
exigimos a los poderes públicos y económicos un claro compromiso con la igualdad entre hombres y mujeres. Necesitamos medidas valientes, decididas e innovadoras que promuevan una igualdad real y efectiva.
Exigimos a todas las administraciones públicas y empresas privadas la puesta en marcha de medidas eficaces encaminadas a mejorar el acceso y permanencia en el empleo de las mujeres, medidas que fomenten la
promoción profesional a puestos de responsabilidad y dirección y medidas que propicien el ejercicio corresponsable de los derechos de la vida laboral, familiar y personal.
Las mujeres no podemos continuar encargándonos de los cuidados en exclusiva,
exigimos la corresponsabilidad en el hogar y exigimos los plenos derechos de ciudadanía, el derecho a cuidar y ser cuidadas. Reclamamos también que se reconozca la aportación económica, social y cultural que hacemos las mujeres en esta sociedad y que nuestra voz sea escuchada.
Las
enfermeras y enfermeros que somos parte de SATSE nos unimos, un año más, al resto de mujeres y hombres que luchan contra la desigualdad y la injusticia y trabajan en la construcción de un futuro donde se creen las oportunidades para el desempeño de la igualdad en derechos y condiciones para todas y todos.
Nuestra fuerza es imparable y lo vamos a conseguir. ¡
Somos la Generación Igualdad!