La investigación biosanitaria en las Islas Baleares era dispersa y difuminada, aunque la producción científica individual o en pequeños grupos era aceptable. En 2002 se creó el Iunics (Instituto Universitario de Investigación en Ciencias de la Salud), primer embrión del Instituto actual, con el fin de relacionar grupos de investigación. Posteriormente se consiguieron fondos de financiación: un crédito de 3,16 millones de euros procedentes del Instituto de Salud Carlos III (Isciii) -Desarrollo de condiciones para la constitución del Instituto Balear de Investigación Sanitaria- y una subvención de 3 millones del Ministerio de Ciencia e Innovación. Con dichos fondos, se ha podida dotar de infraestructuras y equipamiento a los 2.800 metros cuadrados destinados a Investigación.

El 23 de diciembre de 2013, se firmó el convenio de creación del Instituto de Investigación Sanitaria de Palma (Idispa) entre el Servicio Balear de Salud (Ibsalut), que englobaba el Hospital Son Espases y gerencia de Atención Primaria de la isla de Mallorca, un órgano gestor que ya existía previamente (Fisib) y la Universidad de las Islas Baleares (Iunics). Fui nombrado director científico del mismo. Mi actividad profesional había sido, desde 1976, jefe de sección  de la Unidad Coronaria y más tarde también de la Unidad de postoperados de Cirugía Cardíaca. Mi actividad investigadora se había incrementado notablemente desde 2006 al ser nombrado investigador principal de un grupo del Ciberobn.

Acepté el cargo de director científico del Idispa para cubrir la última etapa de la vida profesional, sabedor de la grandes dificultades del cargo, pero como un reto siguiendo mi filosofía  asistencial de siempre: cuanto más difícil es el diagnóstico de un enfermo más interesante es; en medicina, siempre hay que buscar el mecanismo fisiopatológico de las manifestaciones de la enfermedad (inquietud investigadora), no hay pacientes sin diagnóstico, es que no hemos encontrado la página, el paciente a menudo te está contando el diagnóstico y tú no lo quieres escuchar, la investigación en los profesionales asistenciales es a menudo un trabajo gratis que solo da satisfacción personal, etc...

El cargo de director científico del Idispa tiene algunos retos importantes. En primer lugar, conseguir que los 46 grupos de investigación, con un total de 550 investigadores agrupados en 7 áreas temáticas, encuentren una base para relacionarse y realizar proyectos comunes evitando la investigación individual. Las áreas temáticas son: Bioingeniería y Cirugía Experimental, Enfermedades Infecciosas e Inmunológicas, Enfermedades Metabólicas y Nutrición, Enfermedades Respiratorias y Cardiovasculares, Epidemiología Clínica y Salud Pública, Neurociencias y Oncohematología.

Estas áreas están soportadas por siete plataformas: estabulario y cirugía experimental, unidad de ensayos clínicos, biobanco, proteómica, microscopia, genómica y citometría y cultivo celular. Intentaré que los proyectos comunes estén alineados con algunas de las recomendaciones del Isciii: la investigación clínica y traslacional, la descripción del interactoma humano y la disección de sus redes de conexión molecular, el uso y difusión de las tecnologías de la información en el área de Epidemiología, Salud Pública y Servicios de Salud. También potenciaré las políticas de I+D+I porque creo que toda inversión en investigación que no retorne la inversión es, prácticamente, tirar el dinero.

Pongo como ejemplo de retorno de inversión el estudio Predimed, en el que he participado: la inversión de casi 8 millones de euros del Isciii y de la industria privada hicieron posible este estudio de prevención primaria de las enfermedades cardiovasculares, con dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra y frutos secos. Los resultados beneficiosos en la prevención de infarto de miocardio e ictus han tenido impacto en salud y económico. En Baleares, por ejemplo, ha aumentado un 30% la producción de aceite y se han incrementado las exportaciones del mismo y frutos secos.

Pero un reto importante inmediato es conseguir la acreditación del Idispa ante el Isciii, que supone poder acceder a las subvenciones específicas del mismo. A tal fin se van cumpliendo todos los ítems para presentarlos a final de año, aunque un escollo importante puede ser la necesidad de estudios de medicina. Hay justificación suficiente, incluso económica; además, contamos con todos los permisos de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación y Ministerio pero, desgraciadamente, la decisión final es política.

Para conseguir la consolidación del Instituto en 2015, el otro reto importante será conseguir fondos para el funcionamiento y mantenimiento del mismo, que deberá pasar forzosamente por conseguir proyectos europeos (H2020, etc.), dados los recortes actuales en investigación. Es dramático ver la cantidad de buenos curriculums de jóvenes investigadores que no tienen trabajo. Esperemos que las políticas cambien.

A pesar de todo hay que seguir trabajando e investigando porque, como decía Ramón y Cajal: no hay temas agotados sino hombres agotados en los temas.





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