Redacción. Madrid
A finales de agosto, la farmacéutica anunciaba que su medicamento experimental contra el azheimer, el solanezumab, era capaz de retrasar el declive cognitivo en pacientes en fases iniciales de la enfermedad, si bien fracasaba en los principales objetivos del ensayo clínico. "Reconocemos que los estudios del solanezumab no lograron sus objetivos primarios", aseguraba John Lechleiter, presidente ejecutivo de Lilly. La compañía, que elevó su pronóstico de beneficio neto en 2012 por segunda vez a comienzos de agosto, ha visto cómo las perspectivas positivas se han frenado en seco. En España, donde Lilly está en proceso de renovación tras el regreso de Javier Ellena a la Presidencia, estas malas noticias pueden ahondar la irregular marcha de los últimos meses vividos bajo la dirección de Eric Patrouillard.
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