Se trata de una unidad multidisciplinar en la que el paciente recibe una visita conjunta de varias especialistas



14 may. 2015 17:27H
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Redacción. Madrid
Más de medio millón de personas en España padecen psoriasis, una enfermedad inflamatoria crónica  de origen autoinmune y con un importante componente hereditario. Afecta principalmente a la piel y a las uñas, produciendo lesiones rojas que se descaman, duelen y pican.  

Juan Abarca.

Virginia Sánchez, jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario HM Sanchinarro, explica que la psoriasis también puede desencadenar otros problemas de salud, como elevación de los niveles de en sangre del colesterol y los triglicéridos, diabetes o hipertensión arterial.

La patología no cutánea más frecuente asociada a la psoriasis es la artritis psoriásica, una enfermedad degenerativa de las articulaciones que produce dolor, inflamación y dificultad de movimiento de las mismas. “Si una persona tiene psoriasis y presenta dolor articular debe acudir a su dermatólogo o reumatólogo para tratarla lo antes posible”, aconseja la experta.

Según varios estudios clínicos, entre un 32 por ciento y un 60 por ciento de los pacientes con psoriasis moderada o severa padece ansiedad o depresión. Al afectar al órgano más visible del cuerpo, la piel, es frecuente la aparición de distintas alteraciones psicológicas como la depresión, la falta de autoestima, la inseguridad, el rechazo laboral y social, estados de ira y problemas para mantener relaciones sexuales.

Por este motivo, en HM Sanchinarro se ha puesto en marcha la Unidad de Psoriasis, una unidad multidisciplinar en la que el paciente recibe una visita conjunta de varias especialistas. El equipo está formado por Virginia Sánchez y Mª Teresa Gárate (dermatólogas), Marta Valero (reumatóloga) y Sara Izquierdo (psicóloga clínica), que indicarán el tratamiento adecuado para cada caso.

Además, también cuenta con una Unidad de Fototerapia que dispone de una lámpara modelo Waldmann UV 1000L con emisión de radiación ultravioleta B de banda estrecha, que ha demostrado ser igual de eficaz que las de radiación UVA pero con menos efectos secundarios. Y es que en los últimos años estas radiaciones han adquirido gran importancia entre los tratamientos dermatológicos.

“Una vez que el paciente es valorado por el dermatólogo, se programan protocolos de tratamientos adaptados a cada situación concreta, teniendo en cuenta la enfermedad de la piel, el fototipo y la disponibilidad horaria del paciente”, señala Sánchez.
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