Unas fotos publicadas por CSIF han abierto la polémica sobre el estado del centro

El Vall d’Hebrón niega que en su cocina haya cucarachas y material oxidado
El antes y el después de la cocina del Vall d'Hebron.


28 mar. 2019 19:00H
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La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha servido la polémica en la cocina del Vall d’Hebron. Según denunciaban, "los recortes y la falta de inversión hacen que existan desperfectos y carencias importantes en el mantenimiento de las instalaciones que ponen en riesgo la salud de los pacientes y los profesionales".

"CSIF denuncia que el mobiliario de la cocina presenta oxidaciones y un deterioro que no garantizan la salubridad en las elaboraciones de las comidas", ha señalado el sindicato en un comunicado. Sin embargo, fuentes del Vall'dHebron han querido desmentir esa información, indicando que las imágenes facilitadas por CSIF y publicadas por varios medios de comunicación, son antiguas.

Según el centro la foto "está desfasada y se realizó en un momento de transición por obras". Además, el "espacio en cuestión corresponde a la denominada 'zona sucia' de la cocina, donde se limpian utensilios", por lo que, en todo caso "no hay ningún tipo de contacto con alimentos". 

Para apoyar su versión, han remitido a Redacción Médica una foto en la que se muestra el estado actual de las cocinas, que dista mucho de la realidad denunciada por CSIF. 


Material oxidado


Cucarachas, material dañado y oxidado han dado paso a una cocina limpia y ordenada, como corresponde a cualquier servicio de preparación de alimentos, según se puede observar en la foto facilitada por el centro a este medio.

Así, la central de funcionarios  también señala en el comunicado que han hecho púbico que "las medidas preventivas en los cocinas tienen que ser más estrictas, y por tanto, los acciones de prevención, planificación, evaluación y coordinación tienen que ser mucho más cuidadosas y a la vez se tienen que aplicar con más rigor por la importancia que tiene la alimentación de los pacientes para la recuperación de su salud".

Además, los sindicatos habían denunciado que "las alcantarillas del suelo se embozan y expulsan defecaciones provenientes de los baños", y que "la falta de enseres de cocina obliga a los profesionales a utilizar el mismo utensilio para realizar diferentes elaboraciones y se almacenan diferentes tipos de alimento en el mismo refrigerador con el consecuente peligro de contaminaciones cruzadas". 

"Es cierto que la cocina es antigua y necesita arreglos", reconocen desde el centro, pero "ya se están haciendo obras, como la construcción de dos nuevas cámaras frigoríficas. También está prevista la construcción de un nuevo edificio de logística que albergará a la cocina". En cuanto a los embozamientos, reconocen que se han dado "en un par de ocasiones, "pero se han subsanado gracias a que contamos con los servicios de empresas para solucionar estos problemas".
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