Almirall ha decidido jugar contra España al expresar públicamente su deseo de que la Agencia Europea del Medicamento no se vaya de Reino Unido tras el Brexit. Una opinión que perjudica directamente a España, que lucha por ser su nueva sede con al menos tres ciudades candidatas: Madrid, Málaga y Barcelona, ésta última, lugar donde se afinca la compañía y de donde provienen los Gallardo. Una postura sorprendente que deja clara una cosa: en Almirall les gusta mucho hablar de la unidad de España, pero a la hora de la verdad preocupa más que una brisa les tumbe a que el país se beneficie por tener un organismo europeo de máximo nivel dentro de sus fronteras.