Encuentro del secretario general de Fenin, Pablo Crespo, con periodistas.
La
industria tecnológica sanitaria genera más de 54.000 empleos directos y 85.000 indirectos e inducidos en España, lo cual supone un impacto total de casi 140.000 puestos de trabajo en el ámbito nacional, según los datos de un estudio elaborado por la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (
Fenin). Estos empleados se reparten entre
933 empresas, cuya facturación total en 2024 se elevó a 17.000 millones de euros, de los cuales 5.000 fueron en exportaciones. La cifra representa un 8,2 por ciento de la inversión sanitaria nacional. El sector, además, contribuye con 11.600 millones de euros al Producto Interior Bruto (PIB) -5.100 de valor añadido directo más 6.500 de valor añadido indirecto-, o lo que es lo mismo: por cada euro invertido en la industria de la tecnología sanitaria, España ‘gana’ 1,27 euros.
Contando la facturación directa, indirecta e inducida, el impacto total en la economía española del sector se eleva a los 30.300 millones de euros.
“Es importante que se ponga en valor la inversión en nuestro sector para mejorar la salud de las personas y para tener un sector que genere valor añadido”, ha resumido el secretario general de Fenin, Pablo Crespo, en el seminario para periodistas organizado por la entidad en Toledo. Crespo ha valorado estos datos en un contexto de “incertidumbre” en el ámbito de la tecnología sanitaria europea por los
aranceles del 15 por ciento impuestos por Estados Unidos y las nuevas restricciones a compañías extranjeras en las licitaciones del mercado chino. “Esto nos lleva a la reflexión de la autonomía estratégica. Desde la Unión Europea se está intentando mejorar las capacidades productivas para disminuir la dependencia exterior de sectores estratégicos como el de la tecnología sanitaria”, ha recordado Crespo, quien, además, ha explicado que Fenin ya trabaja con el Ministerio de Industria para contar con un plan de industrialización “que nos ayude tener una mayor capacidad productiva y que, en casos como los la pandemia, podamos tener mejor respuesta a situaciones complicadas”.
Empleo estable y femenino en la industria tecnológica sanitaria
En lo referente a las cifras de empleo, el análisis de Fenin refleja que
el 96 por ciento de los cerca de 140.000 puestos que crea el sector son indefinidos, cifra que se eleva al 98 por ciento en el ámbito de fábrica. En términos de igualdad, las compañías de tecnología sanitaria también se hallan por encima de la media española en líneas generales: el 54 por ciento del empleo del sector es femenino frente al 53 por ciento del resto de la economía nacional. Sin embargo, sólo el 23 por ciento de los puestos directivos están ocupados por mujeres, cuando la media nacional es del 35 por ciento. Por otro lado, el 3 por ciento de los puestos de trabajo en la industria tecnológica lo ocupan personas con discapacidad frente al 2,7 por ciento de la media de la economía española. Finalmente,
el gasto por empleado es de 60.000 euros, más del doble de la media estatal, que no alcanza los 30.000 euros. “Nuestros empleados están bien pagados, tienen buenas condiciones, por lo que tienen recursos para poder consumir, y esto genera ingresos para el país”, ha destacado Crespo.
Inversión en innovación de tecnología en sanidad
En cuanto a la innovación, la industria española de tecnología sanitaria invirtió
264 millones de euros en I+D+i durante 2024. Además, con 163 patentes registradas en Europa en 2023 -lo cual supone un incremento del 14 por ciento respecto al ejercicio previo-, se consolida como el segundo ámbito técnico nacional en este sentido, “un dato muy revelador de la capacidad innovadora” del sector, pero que, sobre todo, demuestra que esa innovación “acaba llegando al mercado”, según Crespo.
El reto de la viabilidad financiera en el sector
No obstante, quedan retos por delante. El informe de Fenin recoge que
el 92 por ciento de las compañías de la industria tecnológica sanitaria son pymes, que acumulan el 66 por ciento del empleo y el 42 por ciento de la facturación total. “Esto supone que un sector como el nuestro es vulnerable porque las compañías pequeñas tienen menos músculo financiero y más dificultades para poder absorber una inflación de casi el 21 por ciento en los últimos cuatro años”, ha lamentado Crespo.
De hecho,
el 21 por ciento de las empresas del sector tuvieron un resultado de facturación negativo en 2023, y la mayoría de dichas compañías son pymes. “Esto supone un problema de competitividad y de viabilidad en nuestra industria”, según el secretario general de Fenin. Para paliarlo, desde la patronal se viene demandando a las administraciones “desde hace mucho tiempo” que
se indexen los contratos públicos, algo que ya está permitido desde la modificación de la Ley de Contratos de 2023, pero de lo que, por ahora, sólo se beneficia la obra pública: “Esta situación está poniendo en riesgo la viabilidad del sector y, lo más preocupante de todo, el acceso de los pacientes a la tecnología sanitaria y el empleo y el valor añadido de la industria tecnológica”.
En todo caso, Crespo ha valorado el impulso de cambios regulatorios desde el Ministerio de Sanidad, como la futura
ley de Medicamentos y Productos Sanitarios, el Real Decreto de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, el Real Decreto de Financiación de Productos Sanitarios y la
Ley de Salud Digital. “Se están planteando
modificaciones que afectan y pueden afectar directamente a la competitividad de nuestro sector y, sobre todo, a la velocidad de incorporación de la innovación”, ha aplaudido el secretario general de Fenin, quien aboga por que el ámbito de la tecnología sanitaria pueda contar con un marco legal distinto al de la industria farmacéutica que recoja sus “peculiaridades”: “El diálogo es constructivo con el ministerio”.
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