Los médicos especialistas en este campo sí exigen que este personal sea siempre supervisado por facultativos del ramo

Salud Pública no exige que los rastreadores de Covid-19 sean sanitarios


15 may. 2020 16:00H
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Las comunidades autónomas ya han empezado a conformar los primeros equipos de rastreadores Covid-19, es decir, los equipos de vigilancia epidemiológica que controlarán la transmisión del coronavirus. Aunque esta labor siempre ha correspondido a médicos y enfermeros de Salud Pública, puede darse el caso de que "personas con un perfil profesional más bajo y menos especializado se dediquen a esta tarea de rastreo", explica a Redacción Médica Joan-Ramon Villalbí, expresidente y parte actual de la Junta de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas). Eso sí, "siempre con una formación breve pero intensa y bajo la supervisión por el personal habitual".

"La tarea de supervisión de contactos es muy protocolizable ya que se basa principalmente en desarrollar una encuesta y seguir los algoritmos. Es decir, es una cosa fácil de hacer", apunta este facultativo y pone de ejemplo la contratación de diferentes perfiles profesionales que se ha llevado a cabo en los sistemas de vigilancia de Massachusetts (Estados Unidos).

No obstante, Joan-Ramon Villalbí no apuesta porque la contratación de nuevas personas sea la opción elegida por la Administración y es "un camino que debe tomar cada comunidad autónoma" a pesar de que la carga de trabajo que implica rastrear los casos de coronavirus todavía "es muy grande y desborda un poco los tradiciones sistemas de vigilancia de Salud Pública".

Dos principales opciones para los grupos de rastreadores Covid-19


En este sentido, desde Sespas plantean dos opciones. La primera sería la posibilidad de reforzar estos servicios con unas plantillas donde la gente más experimentada y conocimientos sobre el tema supervise a las personas nuevas que se incorporen a hacerlo, "personas nuevas y a lo mejor con menos calificación profesional que los que lo hacían anteriormente", explica Joan-Ramon Villalbí.

Y la otra opción más viable es que otros servicios sanitarios que tienen que ver con los casos colaboren mucho más intensamente que habitualmente con Salud Pública. "Por ejemplo, los servicios de Atención Primaria que al final son los que ven a la mayoría de casos nuevos o sospechosos, puedan hacer parte de esta labor y comunicarlo rápidamente. También podría ser los servicios de Salud Laboral, al tener un control de las personas que están laboralmente activas y cogen la baja", argumenta este facultativo del Sespas. Aún así, recuerda que para que Atención Primaria pueda soportar esta sobrecarga de trabajo sería importante "recuperar su musculatura" tras la bajas de médicos y enfermeros de esta disciplina.






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