El Clínic se gestionará como consorcio en el que los profesionales podrán ser patronos



3 oct. 2014 17:01H
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Redacción / Imagen: Miguel Fernández de Vega y Pablo Eguizábal. Madrid
La posibilidad de nuevas tasas o copagos sanitarios en Cataluña está descartada. Así lo ha destacado el director del Servicio Catalán de Salud (CatSalud) en el espacio ‘En directo con’ emitido vía streaming y organizado por Sanitaria 2000, empresa editora de Redacción Médica, con la colaboración de Gasmedi y VitalAire.

Josep María Padrosa ha señalado que “lo contemplemos o no, Cataluña no puede decidirlo”. El responsable del servicio de salud catalán ha garantizado que el presupuesto en Sanidad para 2015 “se incrementará ligeramente”; y ha defendido la autonomía de gestión en los centros sanitarios que “permite mayor agilidad”. Asimismo, ha avanzado que el nuevo estatus jurídico del Hospital Clinic se formará a partir de un consorcio que “estamos puliendo y que dará entrada al conocimiento clínico”.

Josep M. Padrosa.

El presidente Artur Mas anució, durante su comparecencia en el Debate Sobre el Estado de la Región, que en 2015 no habrá más recortes en sanidad.

El 2015 se plantea dentro de un ámbito de continuidad. El propio presidente ya lo ha comentado. El presupuesto de Salud en Cataluña supone el 40 por ciento del global de la Generalitat. Hay una voluntad de intentar devolver parte de las pagas a los trabajadores vinculados a la Administración Pública, por lo tanto, esto quiere decir que se producirá un ligero incremento. En salud y en todos los ámbitos sanitarios un presupuesto de continuidad es un presupuesto que requiere continuar buscando la eficiencia, no los recortes.

Hubo épocas en las que, lamentablemente, íbamos con presupuestos a la baja y tuvimos que frenar la producción. Ahora es diferente. Será un presupuesto estable en una estructura, la sanitaria, donde la demanda crece y en la que aparece la nueva tecnología, que es más cara. Por lo tanto tenemos que evitar las ineficiencias que tengamos.

¿Hay alguna previsión sobre si el presupuesto puede crecer ligeramente? ¿Sería suficiente con un mantenimiento para poder poner en marcha esas medidas?

Evidentemente una parte tiene que crecer porque devolver una paga a los trabajadores que están vinculados al ámbito público directamente, supone, aproximadamente, unos 80 o 90 millones más que tenemos que recolocar en el presupuesto. Por ello, algo va a crecer.

En el caso de mejora de la situación económica, ¿van a pagarse los complementos específicos a los profesionales?

Es pronto para saberlo pero insisto en lo que comentaba. Aproximadamente, una tercera parte de los hospitales de Cataluña están vinculados al Instituto Catalán de la Salud (ICS), por tanto, a lo que sería administración pública pura y dura. El resto son consorcios, fundaciones o entidades históricas que trabajan para la sanidad y que si cumplen el presupuesto, las negociaciones con los trabajadores pueden haber afectado o no a estas pagas.

Por lo tanto, hay entidades que en lugar de ajustar la nómina han ajustado sus plantillas, o bien han ahorrado en capítulo II u otros capítulos; y han podido mantener la paga extra o los objetivos que pactaban con los médicos. De esta forma, habrá algunos que podrán continuar y otros que podrán recuperarlos.

Las farmacias catalanas han sufrido impagos al igual que las de otras autonomías. ¿Va a contribuir el CatSalut a solucionar y prevenir este problema?

Este es un tema global. Tienes un presupuesto, una tesorería y diferentes agentes: hospitales, proveedores de tecnología, farmacias y salarios; todo forma parte del mismo contexto. La inversión en farmacia de Cataluña ha pasado de 1.800 a 1.350 millones de euros entre 2011 y 2014. Hay una rebaja, pero, aproximadamente, la farmacia se lleva el 20 por ciento del presupuesto.

Las farmacias en Cataluña cobraban a 35 días, hasta el mes pasado estábamos a 60 días y este mes hemos tenido que volver a aplazar. Y no es diferente a la situación de los conciertos o con la tecnología.

Hablaba hace un momento de personal público que trabaja para la sanidad catalana. En algunas comunidades autónomas los sindicatos se quejan de las condiciones en las que se contrata. Se habla de contratos precarios y de excesiva interinidad. Algunas de ellas han puesto en marcha procesos para revertir esta situación. ¿Cuál es la situación en el CatSalut? ¿Es un asunto que priorice el CatSalut?

De priorizar, este es un tema que no me toca. El modelo histórico de Cataluña intentó separar el que financia el servicio, de quien tiene la responsabilidad de darlo a los asegurados y del que hace la provisión. Se identificó una clara separación entre el que financia y contrata y el que provee el servicio. Explico esto porque el Servicio Catalán de Salud no participa en la negociación ni en las directrices de los recursos humanos de cada centro. Los recursos humanos de cada centro se mueven según su identidad.

Por ejemplo, el ICS sería el descendiente del antiguo Insalud, y evidentemente se mueve por normativas laborales, enmarcadas en el Estatuto Básico de los trabajadores de la Seguridad Social. Cuando la Generalitat dice que quita la paga extra de los funcionarios, se la quita a estos trabajadores.

El resto de trabajadores de la red, tanto si son consorcios públicos o fundaciones, se mueven por sus convenios. La mayoría de los proveedores en Cataluña tienen un convenio del sector. Es lo que llamamos el convenio de la XHUP (Xarxa Hospitalaria d’Utilizació Pública). Había un convenio de la XHUP, pero se bloqueó y en estos momentos se está revisando. Por lo general, todos tienen un convenio de ámbito laboral.

Por otro lado, tenemos otros centros, como el Clínico que tienen convenios singulares. La situación es un poco esta amalgama. Considero que todo aquello que se aproxima al funcionariado da la sensación de más estabilidad y lo que se acerca más a lo laboral da más inestabilidad. Sin embargo, a los estatutarios, por ley, se les ha quitado la extra y a los laborales de la XHUP si negocian con su centro no se les ha quitado. En todos los apartados hay pros y contras.

¿Piensa dotar de más autonomía gestora a los hospitales del CatSalut?

Dar autonomía es bueno porque da agilidad. El poder tomar una decisión en una comarca, región o un centro determinado es bueno, siempre que se haga bajo un marco regulado. No es lo mismo actuar para la atención sanitaria de Lérida que para la de un barrio de Barcelona. Son condiciones determinadas. Hay ciertas peculiaridades que permiten que los gestores más directos de estas instituciones puedan tomar decisiones más rápidas.

La estrategia de unificar centros en consorcios, caso de Lérida, está generando cierta reticencias. ¿Cree que cualquier iniciativa de este tipo genera de por sí este recelo?

Uno se pregunta ¿qué está pasando en el 2014 que no pasaba en el 2004 o en el 94?. Lo que se está haciendo no es diferente a lo que hemos hecho siempre. Por lo tanto debe haber un condicionante que ha provocado esta situación. Y este probablemente sea, en parte, la situación de crisis que hemos tenido en el 2011. Consideramos que ha habido una falta de consenso.

La Ley de Ordenación Sanitaria de Cataluña del año 90 se aprobó por unanimidad. Se cedía, se pactaba y se incorporaba, y a partir de aquí, se desarrollaban las cosas. En Cataluña tenemos nueve empresas públicas vinculadas al CatSalut y 13 consorcios. Todo este modelo es anterior a esta situación. Por tanto, es un modelo de estructuras que siempre hemos tenido.

El consorcio de Lérida está formado por un hospital del ICS, el Arnau;  y una empresa pública del Servicio Catalán de Salud. Es cien por cien Generalitat. Lo que se entiende ahora, es que muchos años después de relación entre las dos instituciones, y tras unificar algunos servicios debe haber un paraguas que una a las dos. Esto es lo que se produce ahora y ya estaba contemplado en los planes estratégicos 2007-2008 del anterior gobierno. Creemos que las reticencias al modelo son fruto de la pérdida de consenso.

Evidentemente, en el Hospital Arnau los profesionales son estatutarios y los de la empresa pública son laborales. A partir de ahora, el consorcio, por su fórmula jurídica va a contratar personas y las nuevas contrataciones serán laborales. En el consorcio también participa la Universidad de Lérida. Otro elemento que nosotros defendemos y que hay quien considera que no es  bueno, es lo que llaman el fraccionamiento del ICS. Esto quiere decir que el Hospital Arnau tendrá autonomía de gestión en su territorio pero seguirá dentro del ICS. No cambiamos absolutamente nada.

El director del CatSalut responde a las preguntas del director general de Sanitaria 2000, Ricardo López.


El Clínic de Barcelona, considerado uno de los mejores hospitales de España, está reorganizando su estatus jurídico. ¿En qué consiste el cambio que prepara?

El Clínico es una institución cuyas primeras referencias fueron de finales del siglo XIX, concretamente de 1888. En el 1906 se constituye como entidad asistencial, en 1956 ya hay una ley que regula el Clínico y en el 2008 se produce el traspaso de la estructura del Estado a la Generalitat. En la ley de traspasos se indicaba que debíamos buscar un órgano jurídico que estableciera cómo  gestionar esta transición.

En la actualidad está gestionado por un patronato donde están los departamentos de Salud y Economía y otros patrones designados directamente por la Administración. El año pasado en la ley de medidas complementarias de presupuestos lo que se hizo fue instar a que la fórmula siguiera en el modelo de crear un consorcio y en estos momentos ya están los estatutos prácticamente terminados.

El consorcio estará formado por el CatSalut, la universidad, y por lo que llamamos ‘sillas del conocimiento clínico’. Esto quiere decir que las propias juntas clínicas internas que tenga el Clínico van a designar patronos entre sus profesionales. Son ocho sillas para el CatSalud, cuatro para la universidad y tres para el conocimiento clínico. Nuevamente es una fórmula consorcial.

Es evidente que Cataluña es un ejemplo en cuanto a la colaboración público-privada. ¿Se plantea el CatSalut extender estas fórmulas a nuevas formas de la asistencia como la hospitalización a domicilio?

Hoy por hoy, el 40 por ciento de la actividad hospitalaria en Cataluña no está en estructuras públicas directas. Pero si miras la salud mental, el proyecto sociosanitario en el que llevamos trabajando muchos años, la participación de entidades ‘no ICS’ llega al 80 por ciento. Por lo tanto, este es un modelo habitual. Dicho esto, lo que si entendemos es que hay que ser coherentes con la dinámica que establecemos: tenemos que garantizar un acceso universal, una cobertura financiada públicamente y regulada entre nuestros proveedores a partir de un contrato. Estos ejemplos de colaboración los vamos a buscar en estructuras que ya estén.

La colaboración público-privada ha estado siempre. Es un tema que no abandonamos porque es propio de nuestro modelo y que nos hace avanzar. 

He de mencionar aquí los ocho acuerdos de riesgo compartido, que es una colaboración público-privada clara que hemos alcanzado con las empresas farmacéuticas. Este sistema nos permite introducir nuevos medicamentos de forma protocolizada y si funciona se paga, si no ellos asumen el riesgo.

La esperanza de vida es cada vez mayor y el perfil del paciente es el del enfermo crónico y pluripatológico. ¿Debe enfocarse el sistema de otra forma?

Totalmente. Nosotros en el 2011 tuvimos que hacer una bajada brutal en los presupuestos como hicieron otras comunidades. Pero entendíamos que estas medidas tenían un momento determinado. Para conseguir unos objetivos uno tiene que tener una hoja de ruta. Nuestra hoja de ruta es el Plan de Salud y marca tres ejes de transformación: la orientación del sistema a la cronicidad, la resolución de las necesidades de la población en el dispositivo más cercano y más eficaz, y la concentración, el estudio y la introducción de la alta tecnología. 

En estos momentos, prácticamente uno de cada tres ciudadanos tiene una enfermedad crónica. Todo esto se suma al incremento de la esperanza de vida. La pirámide que tenemos estudiada en Cataluña demuestra que hay un porcentaje de personas, aproximadamente un 3 por ciento, a los que se tiene que dedicar 20 veces más de dinero que a mucha otra gente. Ante esta situación, evidentemente hay que reorientar el sistema. Hemos comprobado que la monitorización de estos pacientes en Atención Primaria reduce un 25 por ciento sus ingresos. Estamos ante un cambio no coyuntural, sino estructural; hay que entenderlo y sé que es duro.

Ese cambio de tendencia y del propio perfil del paciente está generando un aumento de la esperanza de vida, la cronificación de las patologías y el hecho de que la frecuentación a los servicios sanitarios vaya en aumento. Cuando hablamos de la hiper frecuentación surge el tema del copago. Cataluña ha liderado una posición más proclive a implementar algún tipo de copago o tasas. ¿La contempla en lo que queda de esta legislatura o en la venidera?

La contemplemos o no, Cataluña no puede decidirlo. Lo decidimos con la tasa del euro por receta y la justicia lo echó para atrás. Si tienes que hacer sostenible una situación, tienes varias maneras: puedes atender a menos gente; puedes darles menos servicios;  o permitir que alguien colabore. Pienso que deberíamos evitar al máximo posible las dos primeras. En Cataluña creemos que hay que atender a todo el mundo. No estamos para no cubrir a la gente.

Creemos que reducir la cartera de servicios genera inequidades. Hay que buscar ser más eficientes. Pero si el ingreso no llega directamente de las finanzas públicas deberíamos ver si podemos hacerlo a partir de la aportación farmacéutica, como propusimos. Se trata de coparticipar pero esto tiene que ser fruto de un debate.

O sea, a corto plazo no se prevé ninguna medida de este tipo, ¿no?

No. Aunque quisiera no podría.

Hablaba de la necesidad de encuentro político en momentos difíciles. En el Consejo Interterritorial últimamente el consenso brilla por su ausencia. ¿Cómo ve este tipo de reuniones a nivel político? En el último se ha aprobado la creación de una plataforma estatal de innovación, ¿este tipo de medidas deben proceder de este órgano?

En el ámbito de la salud tiene que haber el máximo consenso posible, porque los problemas son los mismos en todos los sitios, aunque de diferente magnitud. Lo que no es bueno es la imposición de las cosas y creo que el Consejo Interterritorial es más un órgano de coordinación y de consensos que impositivo, porque quien tiene la responsabilidad directa de la atención son las comunidades autónomas. El tener un punto de encuentro donde se recojan las experiencias de 17 es fundamental. Pienso que no debería estar politizado en absoluto.

En cuanto a la plataforma de innovación pienso que el consenso es básico. Si se piensa que solo tiene que haber una única plataforma de innovación aquí en el ministerio, no va a ir bien. Si piensan que es bueno que aquellos que puedan la tengan y vayan sumando, es estupendo. En Cataluña tenemos un Observatorio de Evaluación que recoge la innovación que los diferentes clínicos elaboran y esto permite la comparativa y la evaluación.

Es habitual la crítica hacia el hecho de que no se evalúen las tecnologías sanitarias. También se critica que no haya una única agencia evaluadora y que cada comunidad autónoma tenga la suya.

¿Esto es bueno o es malo? Pienso que es bueno. Estoy seguro de que si en lugar de trabajar uno trabajan 17, haremos algo más. Además, podríamos permitir que cada agencia se especializara en un determinado ámbito y se organizaran en red. Una cosa no quita la otra.

Otro ejemplo de ese consenso que se demanda pero que en la práctica no existe se puede apreciar en la asistencia sanitaria entre autonomías. ¿Cómo ve este asunto?

Es un tema que también se politiza. Hay mecanismos de compensación para las personas que una comunidad entiende que no tiene el servicio adecuado para asistirlas y son atendidas en otra. Pero esto está medio regulado y habría que mejorarlo. El problema está cuando esta actividad no se realiza de forma ordenada. El tema más dramático es la asistencia transfronteriza. Es curioso y a mí me cuesta entender la situación que tenemos con Aragón. Si la asignación de los presupuestos y la responsabilidad de cubrir la asistencia está en las autonomías, y yo tengo dimensionado según mi población, si su población tiene más cerca nuestro servicio que el de la propia comunidad, y vienen, entiendo que debe establecerse un modo de contraprestación.

Nosotros tenemos dificultad para cobrar  a los pacientes que vienen a Lérida procedentes de Aragón. No los cobramos. En cambio, el propio Aragón contrata nuestros servicios para realizar la atención en Aragón, y esto sí que se paga. Es lo mismo. Deberíamos buscar un poco de sentido común y de lógica. Tenemos que buscar un consenso, no podemos perjudicar a los ciudadanos.

En el Hospital de la Cerdanya no ha pasado esto con los pacientes franceses que llegan, ¿no?

No, porque de origen ya es diferente. Este acuerdo comenzó a funcionar el 19 de septiembre. Formalmente no se ha inaugurado, pero ya está en funcionamiento. Es otro consorcio entre Cataluña y el Estado francés. El 60 por ciento pertenece a la Generalitat y el 40 por ciento al gobierno francés. Forma parte de un consorcio sociosanitario y pediátrico situado dentro de Francia. Es muy interesante y es la única experiencia que hay en Europa, pero es complicado. Primero culturalmente, porque somos dinámicas culturales diferentes. En segundo lugar porque son modelos asistenciales distintos y es complejo. Nosotros somos una unidad de gobierno muy descentralizada, y el modelo francés es muy centralista, pero creo que se arreglará por inercia.

Damos paso a las preguntas de nuestros lectores vía email y Twitter. La primera de ellas la formula Andreu Closas: ¿La sanidad catalana estaría más saneada en un Estado independiente?

No es un tema de la sanidad. Si Cataluña considera que debe ser independiente y tiene más recursos, automáticamente la salud, que actualmente acapara el 40 por ciento del presupuesto, tendrá más recursos, pero no es cuestión de que sea independiente. Es un tema de financiación.

Rubén le pregunta por el decálogo de medidas que han propuesto varios parlamentarios catalanes con medidas urgentes para la sanidad local. ¿Cree que el CatSalut necesita una reforma urgente?

Sí, creo que la sanidad es viva y los procesos patológicos son diferentes, y no cambiar las cosas es un error.

Manel Sanchez, estudiante de Medicina, pregunta sobre las declaraciones del consejero Boi Ruiz en las que afirmaba que el doctorado debe ser un requisito obligatorio para la residencia del médico. ¿Qué beneficio piensa usted que reportaría eso a la sanidad?

Pienso que sería bueno. No sé si debe ser obligatorio pero si tendrían que tenerlo una inmensa mayoría de los residentes. Ahora nos encontramos con una situación compleja y es que no siempre han coincidido las edades de jubilación de los asistenciales universitarios. En estos momentos tenemos que hacer virguerías para que los médicos estatutarios que se jubilan a los 65 años no pierdan su vinculación a las plazas universitarias. Siempre es bueno que tengan mucha más formación.

Pascual pregunta por el riesgo compartido, del que hemos hablado a lo largo de la entrevista, y se interesa por saber qué camino hay del riesgo compartido al pago por resultados.

Es un paso más. A partir de la experiencia que tenemos ya en riesgo compartido, hay que confeccionar un modelo de análisis y evaluación de pago por resultado. Creo que tiene que ir orientado hacia esto.

Fernando Alonso @Bolaredo preguntá por qué no se informa sistemáticamente a los pacientes que sus datos de la historia clínica electrónica serán vendidos a Big Farma.

No se han vendido, al menos en Cataluña. Sí que es cierto que, como pasa en Inglaterra y en Suecia, se piensa que los datos que podamos sacar de la atención pueden ayudar a introducir la innovación, pero esto tiene que garantizar el anonimato y la seguridad de que no se puedan cruzar los intereses. Hay que pensar si el fruto que se puede sacar va a ser para mejorar la actividad.

Pifesa @pifesa pregunta qué hay de verdad en que la sanidad catalana ‘marca’ a los pacientes que van a morir.

Este es un análisis que me duele mucho que se haya hecho. Es cierto que se identifica a estos pacientes como se identifica, por ejemplo,  a los diabéticos, pero es fruto de un trabajo orientado a la mejora de las curas paliativas en procesos complicados, que requieren de un abordaje multiprofesional. Es una labor que se hace conjuntamente con los familiares y consentido por ellos. Es un modelo de actuación sobre un paciente de respeto humano y ético. Está validado por la OMS y se ha hecho en estudios con los comités de ética de varios hospitales y la Comisión Deontológica del Colegio de Médicos.

Vea el vídeo completo de la entrevista.

La última pregunta de los lectores a la que vamos a dar paso es de Luis @luisparrajimene que pregunta si se puede hacer una política sanitaria con un horizonte tan indefinido como el que tiene Cataluña.

Si, claro que se puede. Debe hacerse y no debería ser a corto plazo. No es un tema de ideologías. Aunque haya un ámbito político, hay un gran ámbito asistencial y gestor. Mi equipo es prácticamente el mismo que el del gobierno anterior, y probablemente se mantenga con el siguiente, y estos son quienes hacen las políticas sanitarias, no las ideologías sanitarias. No tiene nada que ver una cosa con la otra.

Lleva tres años al frente del CatSalut. Es el director más veterano dentro de los servicios autonómicos de salud, ¿cómo está viviendo esta etapa a nivel personal?

Pienso que muchos ya veíamos en 2009 y 2010 que había claros indicios de que esto iba a ser complicado. Cuando el consejero me lo propuso yo era consciente de que sería duro, pero la verdad es que no tanto. Lo que te sabe mal no es la dureza o la dificultad sino las tensiones, demagogias y agresiones personales que tenemos que compartir en estos momentos, por eso los gerentes tenemos un tiempo de vida corto.

Tengo la suerte de que tengo un consejero del que aun aprendes y cuando aprendes te cuesta dejarlo. Además, tenemos una relación personal estupenda.
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