Vacunación entre sanitarios. Imagen creada con IA (Gemini).
La
vacunación antigripal en los profesionales sanitarios en España vive un momento crítico. Según los
últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad,
la cobertura entre el personal sanitario ha caído del 65,6 por ciento en 2020 (año marcado por la pandemia de Covid) hasta el 39,5 por ciento en 2024.
Una tendencia descendente que se sitúa
muy por debajo del 60 por ciento recomendado por las estrategias estatales de salud pública y que deja entrever un problema más complejo de lo que sugieren las cifras.
Para comprender las razones detrás de estos datos,
Redacción Médica se ha puesto en contacto con
varios profesionales sanitarios de distintos ámbitos: Atención Hospitalaria, Sanitaria Escolar, Atención Primaria, Farmacia Comunitaria y Cirugía. Sus declaraciones permiten dibujar un panorama fragmentado, en el que conviven dudas sobre la eficacia, miedo a los efectos secundarios y, en menor medida, la percepción de protección frente al virus.
"Casi nunca me vacuno por los efectos secundarios"
Entre las voces más reticentes se encuentran varias enfermeras. Una
profesional del ámbito hospitalario en las Islas Canarias reconoce que "no, casi nunca" se vacuna y cita como motivo principal "los efectos secundarios temporales de la vacunación". También considera que el nivel de cobertura actual es "insuficiente" y apunta a dos factores clave: la idea extendida de que la vacuna está más indicada para personas vulnerables, y el miedo a efectos adversos.
A miles de kilómetros, una
enfermera escolar que trabaja para un centro de menores en Asturias comparte una percepción similar. "No me suelo enfermar", explica, y añade que en su entorno ha visto casos en los que "cuando se vacunan de la gripe, la consecuencia es pasar síntomas similares". A diferencia de su compañera hospitalaria, cree que la cobertura entre los profesionales es "adecuada", basándose en su experiencia. "La mayoría de mis compañeros sí se la ponen", admite.
Estas dos visiones muestran un patrón entre quienes conviven diariamente con la prevención y la salud pública, ya que persiste la percepción de que
la gripe es un problema menor para quienes gozan de buena salud, mientras que la reacción a la vacuna se percibe como una molestia más tangible.
Dudas sobre la eficacia: un argumento persistente
Por su parte, una
médica de Familia en la Comunidad de Madrid, admite vacunarse "solo en algunas temporadas", una decisión condicionada por su experiencia personal. "Sinceramente, porque nunca he tenido gripe", justifica. Considera, además, que la cobertura actual es "inadecuada para los niveles que se establecen" y destaca que muchas de las reticencias se explican por "dudas con respecto a la eficacia de la vacuna".
Este argumento, habitual en la población general, demuestra que
la percepción de la vacuna de la gripe como una herramienta imperfecta sigue pesando incluso dentro del colectivo sanitario.
Los que sí se vacunan: protección y responsabilidad
Las visiones más favorables proceden del ámbito farmacéutico y quirúrgico. Un
titular de Farmacia de la capital madrileña afirma vacunarse "la mayoría de los años" porque considera "importante recibir la protección inmunológica cada invierno". A su juicio, la cobertura es "adecuada, aunque mejorable", y recuerda que la vacuna tiene una amplia aceptación porque "reduce significativamente la incidencia de enfermedades de temporada y la letalidad en grupos de riesgo".
En una línea muy similar, un
cirujano cardiólogo de Osakidetza asegura vacunarse también casi todos los años. Lo hace "por protección, ya que estamos muy expuestos por nuestro trabajo". Para él, la aceptación de la vacuna se resume en un objetivo básico del entorno sanitario, que es "evitar contagiarnos en un medio muy prevalente al contagio".
Entre la percepción de riesgo y la decisión personal
Podemos concluir que
las respuestas recogidas muestran un contraste evidente entre quienes se sienten vulnerables a la gripe (o responsables de su posible transmisión) y quienes perciben la enfermedad como un riesgo bajo.
El miedo a los efectos secundarios, la falta de percepción de necesidad y las dudas sobre la eficacia siguen siendo barreras importantes, a pesar de la insistencia institucional en el
papel esencial de los sanitarios como barrera de protección para la población más frágil.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.