Cartel de una sede de Muface
Los frentes siguen abiertos. Aún quedan varios cabos sueltos por solucionar. Incluso otros que van apareciendo según pasan los días. El hecho de haber sobrevivido a la que probablemente haya sido la
mayor crisis de su historia ha dejado un camino con nuevas barreras y demandas que comienzan a hacerse notar.
Muface, la mutualidad que dota de asistencia sanitaria a 1,58 millones de personas (entre funcionarios y beneficiarios), encara su renovado capítulo con una reclamación por parte de los
mutualistas adscritos a la sanidad privada del modelo. Y es que el mutualismo ha enviado una petición para que
su sistema de urgencias se integre en el 112 en vez de en el de las aseguradoras. Una solicitud que, como ha podido saber
Redacción Médica, tiene un trasfondo mayor detrás. Los funcionarios claman por esta medida por “la definición del
término urgencia vital” y sueltan una lanza contra Muface por mantener el servicio de urgencias de las aseguradoras:
“Nos están dejando morir”.
Estas declaraciones pertenecen a un mutualista que capitanea la petición enviada por el mutualismo de la sanidad privada. “Los más mayores tenemos muchos más problemas que los jóvenes”, cuenta este funcionario jubilado que lleva varias décadas adscrito a la
cobertura sanitaria privada de Muface. “Nos manejamos mucho mejor con los
números cortos, como el del 112, que con el de las aseguradoras, que son varias cifras”, reclama sobre uno de los ejes que guían esta petición.
El mutualismo pide su integración en el 112
Sin embargo, no es el principal aspecto que abandera esta reclamación. Este periódico se ha puesto en contacto con varios de los funcionarios que han firmado esta petición, que por cierto cuenta ya con miles de rúbricas, y ha sacado a relucir el principal problema que apuntan los mutualistas. “Es un engorro. Solo podemos llamar en caso de urgencia vital pero,
¿qué es exactamente urgencia vital? Puede que pensemos en que nos esté dando un infarto y sea un ataque de ansiedad”, explica María Jesús Garrido, una profesora de 54 años que ha seguido de cerca la crisis de la mutualidad. A todo ello, añade:
"Nos sentimos marginados".
Esta, tal y como
se define en los pliegos del concierto de asistencia sanitaria, es aquella situación en la que se haya “producido una patología cuya naturaleza y síntomas hagan presumible un
riesgo vital inminente o muy próximo, o un daño irreparable para la integridad física de la persona de no obtenerse una actuación terapéutica de inmediato”. Así lo explican los documentos a los que ha tenido acceso
Redacción Médica, y que los propios mutualistas ponen sobre la mesa en su conversación con este periódico para subrayar la
“falta de una definición precisa”.
En caso de que no se cumpla con esa situación de urgencia vital y un mutualista recurra al servicio de urgencias 112, y a la consecuente hospitalización, tendrá que abonar los costes de su asistencia sanitaria. No será así en el caso de que sí se cumplan con los requisitos, que entonces quien abonará los gastos será
la entidad a la que esté adscrito (Asisa o Adeslas).
Redacción Médica se ha puesto en contacto con uno de los funcionarios que, a lo largo de este verano, ha tenido que hacer uso de este sistema de urgencias 112 siendo un mutualista de la sanidad privada.
“Pensé que tenía una angina de pecho y solo era ansiedad”, cuenta esta persona de 76 años que prefiere mantenerse en el anonimato. De hecho, detalla que entre todo el proceso llegó a abonar cerca de 900 euros.
El sector asegurador responde a la petición del ‘Muface privado’
Esta reclamación ha llegado a oídos del sector asegurador de Muface. Fuentes de las compañías,
en conversación con este periódico, han rechazado la medida:
“Es un servicio que está establecido en el concierto”.
Su ‘no’ a esta reclamación hace alusión a la firma del contrato el pasado 30 de abril. Fue entonces cuando
Asisa y Adeslas se dieron el ‘sí, quiero’ con la dirección general de Muface en la sede del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública en Madrid. En ese documento, que comprendía las
principales claves de la asistencia sanitaria a los funcionarios adscritos a la mutualidad, se establecieron los pilares del concierto para los años 2025, 2026 y 2027.
“Es una petición que está fuera del actual concierto”, confirman las voces expertas a este periódico. Es aquí donde ahondan aún más:
“El servicio de urgencias de las aseguradoras funciona como el 112”. Aunque, como apuntan estas fuentes, hay una diferencia: las compañías disponen de una red propia y concertada de centros, mientras que la sanidad pública dispone de la red del Sistema Nacional de Salud (SNS).
Por tanto, en el caso de que esta petición de los funcionarios se convierta en realidad, habrá que esperar a la
redacción del próximo convenio, que se espera para finales de 2027. Aunque hay una excepción: las fuentes del sector asegurador apuntan a que si aparece una
“circunstancia sobrevenida” sí que se podrán establecer cambios. No obstante, en este momento “no existe ningún tipo de impedimento para que la asistencia sanitaria quede diferenciada”, como apuntan estas mismas voces.
El concierto sanitario de
Muface sigue su curso. Peticiones, reclamaciones y dudas aparte, el mutualismo tendrá su
asistencia asegurada hasta 2027. Todo ello después de la crisis sin precedentes que ha encarado en los últimos meses el modelo encabezado por Myriam Pallarés, la directora general, que ha visto tambalearse un sistema con 50 años de recorrido. El siguiente paso será la renovación del contrato, que tendrá lugar en los últimos meses de 2027, cuando Muface y las aseguradoras se citarán para definir el futuro de Muface.
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