Cartel de una oficina delegada de Muface
Cincuenta años, tres grandes crisis y
un último concierto salvado. Las negociaciones dieron sus frutos, y el contrato de
Muface, la mutualidad que dota de asistencia sanitaria a los funcionarios (y a sus familiares), salió adelante. El ‘sí, quiero’ fue oficial un 30 de abril, y la nueva cobertura, que se prolongará hasta diciembre de 2027, contará con Asisa y Adeslas tras el ‘adiós’ de DKV. Pero ahora, meses después desde que
se oficializase esa relación entre la dirección general de la mutualidad, encabezada en la figura de Myriam Pallarés, y las compañías,
las dudas han vuelto al mutualismo, que estos últimos días ha descubierto el
resultado de ‘la balanza sanitaria’ tras la crisis sin precedentes de Muface. La sanidad privada continúa en cabeza, con un 64 por ciento de adscritos, frente a una pública que se ha hecho con cerca de 61.000 mutualistas procedentes del modelo privado y que marca un 36 por ciento. Y, con todo ello, los funcionarios persisten en su idea:
“Me quedo en la sanidad privada porque es mi derecho”.
Es Pedro Gómez, un madrileño de 60 años, quien hace estas declaraciones. Poco después de conocer los
resultados de las permutas de Muface, que dibujan el nuevo mapa de la cobertura sanitaria tras la crisis sin precedentes, este funcionario se muestra contundente. “
No somos unos privilegiados. Todos tenemos la opción de escoger entre la pública y la privada”, indica.
Él fue uno de los mutualistas que vivió de primera mano el que probablemente haya sido el
mayor trance histórico de la mutualidad. En octubre, cuando el Gobierno y las aseguradoras forzaron un parón en las negociaciones por la situación económica del concierto sanitario, Gómez ya comenzó a temer.
“Empecé a tener dolores, muchos médicos…”, recuerda. El momento coincidió. En pocos meses tendría que ser operado y su asistencia sanitaria quedó en el aire después de que el primer proceso licitador quedase en el aire.
“Lo recuerdo con mucha incertidumbre, pero
siempre he confiado en que todo saldría adelante”, explica a
Redacción Médica. Fue operado en medio de esas prórrogas que han marcado uno de los momentos más críticos de la mutualidad. Todo siguió adelante. Y llegaron los
periodos de permutas.
“Nunca me he planteado irme de aseguradora ni irme a la pública de Muface”, apunta. De hecho, durante la conversación explica que “la sanidad pública de
Muface también tiene grandes listas de espera”.
A sus palabras se suman las de una mutualista jóven que prefiere mantenerse en el anonimato. "
Nos han tachado de privilegiados, pero solo disfrutamos de la asistencia sanitaria que tenemos por derecho", insiste. "Todo el mundo pensaba que la
sanidad privada iba a desaparecer, pero
ha salido fortalecida. No hay más que ver los resultados de las permutas".
En su caso, cuenta que ha optado por continuar en el modelo privado porque "da más confianza que la privada". Es aquí donde alude, al igual que su compañero, a las
listas de espera del sistema sanitario público.
Las permutas de Muface en mayo y junio
El
periodo extraordinario de permutas dio comienzo en mayo. Fue entonces cuando más de 200.000 mutualistas de DKV tuvieron que hacer
el cambio de entidad (o a la sanidad pública) tras la salida de la aseguradora del concierto. En el caso de que no lo hiciesen,
Muface de oficio tuvo la potestad de enviarles al INSS (servicios autonómicos de salud).
No obstante,
pudieron revertir este cambio en el mes de mayo. El mismo periodo en el que los mutualistas de Asisa y Adeslas han podido decidir si continuaban en la entidad, se iban a otra o si, por el contrario, se trasladaban al sistema público.
Con ello, como ya ha comunicado la propia Muface en su
Consejo General, la balanza a principios de julio sigue a favor de la sanidad privada (con un 64 por ciento del mutualismo), mientras que la pública ha crecido en más de 60.700 adscritos. Así, esta última se sitúa en un 36 por ciento.
En cuanto a los resultados de estos periodos,
el colectivo de Asisa ha sido el que más ha aumentado, alcanzando los 418.921 adscritos. Por su parte, Adeslas ha disminuido hasta las 573.868 personas. Por su parte, el INSS ha perdido a 85 mutualistas con respecto al mes anterior.
Con ello,
Muface seguirá adelante, al menos, hasta 2027. Así lo establece el contrato que cuenta con la rúbrica de la dirección del modelo y representantes de Asisa y Adeslas, las dos únicas aseguradoras que se han quedado en la mutualidad. Será entonces, dentro de tres años, cuando se conozca el destino final del modelo.
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