La falta de conocimientos lleva a hipertratar la infección, con mayor riesgo de generar multirresistencia bacteriana

 José Miguel Cisneros y Jesús Rodríguez Baño, jefes de Servicio de Infecciosas en los Hospitales Virgen del Rocío y Virgen de la Macarena, respectivamente.
José Miguel Cisneros y Jesús Rodríguez Baño, jefes de Servicio de Infecciosas en los Hospitales Virgen del Rocío y Virgen de la Macarena, respectivamente.


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Convertidas ya en un problema de Salud Pública, las bacterias multirresistentes amenazan con desestabilizar el esquema terapéutico establecido para ciertas enfermedades infecciosas. La complejidad que rodea a la prescripción de antibióticos, sumada a la falta de formación de los profesionales, hace que no siempre se receten este tipo de fármacos de forma adecuada y se generen, por tanto, barreras en el paciente que redunden en una disminución de su eficacia. 

Los datos hablan por sí solos. Casi 25.000 personas mueren al año en España por infecciones causadas por bacterias resistentes, según advierten desde la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc). 

Detrás de este escenario, no solo estaría la automedicación de algunos pacientes, sino también los errores asociados a la prescripción, derivados de "una formación profesional insuficiente en el manejo de las enfermedades infecciosas en general y en el uso de este tipo de fármacos, en particular", tal y como detalla José Miguel Cisneros, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Virgen del Rocío y antiguo presidente de la sociedad científica.   

Y es que, la prescripción de este tipo de fármacos está “en manos de todos los médicos" cuando "la mayoría no tienen el alto conocimiento específico que hoy en día se debe exigir para prescribir antibióticos adecuadamente", apostilla, en esta misma línea, su homólogo en el Hospital Virgen de la Macarena, Jesús Rodríguez Baño. Algo lógico, aclara, "porque no es el área de conocimiento principal de sus especialidades”. 


Hipertratamiento con antibióticos 


Parte de ese déficit formativo tendría que ver "con la complejidad de las infecciones". "Un médico que tiene que saber de todo, como en Familia, no puede estar al día de la última resistencia del último antibiótico. Ni siquiera un intensivista o un hematólogo tiene que estar a la última en una leucemia para curarla", argumenta Cisneros, en referencia al extraordinario -e inabarcable-  volumen de conocimientos generado en los últimos 40 años en torno a las infecciones, los nuevos huéspedes y los riesgos asociados a pacientes inmunodeprimidos. 

Cuando un médico está "peor formado, la respuesta natural es hipertratar, por el miedo a "quedarse cortos", advierte Cisneros, que insiste en la importancia de "recetar la cantidad justa, ni un gramo más" para evitar un potencial "impacto en la flora del paciente y aumento del riesgo a generar resistencias", dado que "las consecuencias de una mala prescripción trascienden al propio individuo". 

Aún así, lo cierto es que se trata de "fármacos muy complejos". Pese a ser capaces de curar completamente la enfermedad -no como ciertos medicamentos para la hipertensión-, este tipo de fármacos llevarían asociado un "impacto ecológico". Es decir, si el paciente desarrolla cierta resistencia al antibiótico en la flora de su intestino, la infección podrá seguir circulando entre los miembros de su entorno. 


Cómo elegir el fármaco adecuado 


Por tanto, prescribir este tipo de soluciones terapéuticas "requiere responder correctamente a muchas preguntas que el médico tiene que hacer", ya sea en Atención Primaria ante un caso de fiebre "o en la UCI", para identificar el foco de infección, es decir, qué bacteria, hongo o virus es el causante y el perfil del propio paciente. El reto se magnifica en la denominada "época de la multirresistencia" donde también se deben calibrar las opciones que tendrá el fármaco de vencer esa amenaza infecciosa. "El problema de la resistencia nos está llevando a la paradoja de que ahora tengamos en algunos pacientes menos antibióticos que Fleming", advierte Cisneros. 

Ambos coinciden, por tanto, al señalar la importancia de los denominados Programas de Optimización de Antimicrobianos (PROA), implantados de forma pionera en centros como el Virgen del Rocío y destinados a mejorar el nivel de conocimientos de los facultativos en antibióticos. "Formamos a nuestros compañeros porque no puede haber detrás de cada paciente un infectólogo, sería imposible", puntualiza Cisneros. 

En concreto, Rodríguez Baño considera que habría que aumentar los recursos destinados a estos programas "para que estén institucionalizados en todos los hospitales de forma adecuada", además de apostar por políticas "de prevención de la transmisión de microorganismos resistentes en centros sanitarios”. 


"El problema de la resistencia nos está llevando a la paradoja de tener, en algunos pacientes, menos antibióticos que Fleming".



Pese a que el Plan Nacional de Resistencias Microbianas 2025-2027 (PRAN) -que ya cuenta con un comité específico dentro de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Farmacéuticos (Aemps)- prioriza los PROA y refuerza la  vigilancia de patógenos fúngicos prioritarios, el infectólogo ve necesario "continuar avanzando".para combatir lo que considera "una clara amenaza de Salud Pública".

El informe O´Neil, realizado por prestigiosos economistas de la salud del Reino Unido basándose en datos epidemiológicos existentes, estimó que, si la tendencia actual continua, en 2025 podría haber unos 10 millones de muertes al año en todo el mundo, "más que las causadas por el cáncer u otras enfermedades”. 

A este problema "universal", se suma "una circunstancia única" en nuestro país: la falta de una especialidad médica en Enfermerades Infecciosas. Esto supondría, en sus palabras, "una discriminación negativa de los pacientes españoles, que no pueden ser atendidos por un infectólogo, igual que afortunadamente sí son atendidos, cuando tienen una cardiopatía grave o compleja, por un cardiólogo con formación MIR que es lo que le da el prestigio". "Tenemos el sistema MIR, que es una joya admirada fuera de España, con un vacío inconcebible, que, ahora, con la multirresistencia se pone aún más de manifiesto", añade Cisneros. 
 
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