Inidress propicia un debate entre varios actores involucrados para valorar el despegue de la propuesta madrileña

¿Cuáles son las claves del éxito del Plan de Humanización madrileño?
Saturnino Cubero, Julio Zarco, Cristina Muñoz, Julián Ezquerra e Ismael Sánchez.


24 oct. 2016 12:40H
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Las diez líneas estratégicas y los 27 programas concretos de actuación que forman el Plan de Humanización de la Asistencia Sanitaria de la Consejería de Sanidad que lidera Jesús Sánchez Martos tiene dos retos fundamentales: el concurso de los profesionales y la asignación presupuestaria. 

Así se desprende del debate que han llevado a cabo en el Instituto de innovación y desarrollo de la responsabilidad social sociosanitaria (Inidress), en la que gestores y profesionales han puesto de manifiesto cuáles son sus respectivas posturas ante la implementación del Plan. 

Julio Zarco, director general de Coordinación de la Atención al Ciudadano y Humanización de la Asistencia Sanitaria de la Comunidad de Madrid, ha defendido que pese a la necesidad del Plan, es posible que la masificación, la presión, la propia organización de las estructuras y el liderazgo en la gestión de estas hace que se pierdan aspectos afectivos y emocionales en la asistencia sanitaria. 

Según Zarco, la Consejería, con encuestas de satisfacción, reclamaciones y reuniones de comités de calidad en la mano, concluyó que los pacientes valoraban muy positivamente el sistema sanitario pero había "lagunas oscuras que tenían que ver con cosas en apariencia banales como la información, el acompañamiento, el trato, los espacios donde se encuentran los pacientes...". En definitiva, una serie de aspectos relacionados con lo emocional donde el sistema estaba fallando. 

Humanización vs eficiencia

Por su parte Cristina Muñoz, responsable de calidad, programas y formación del Centro de Humanización de la Salud de los Religiosos Camilos, explica que a veces se contrapone el valor humanización con el valor eficiencia, lo que sería arriesgado, puesto que la humanización debe buscar una eficiencia, "porque debe conducirnos a una justicia social y a un uso más óptimo y ético de los recursos". Y para ello, la formación es la clave. "La empatía no es una intuición con la que uno nace, es algo que se trabaja, igual que enseñar a comunicar malas noticias", algo para lo que sin duda se necesita dinero. 


"Hemos perdido cerca del 30% de nuestra retribución. Sin inversión, el Plan va a quedar en nada"



Pese a que la Consejería madrileña ha insistido en que humanizar implica un cambio de valores y que es más una cuestión de actitud sin grandes cambios estructurales ni presupuestarios, Saturnino Cubero, presidente de la Federación Alzheimer de la Comunidad de Madrid, considera que faltan medios humanos para implementar el Plan. 

Por su parte, Julián Ezquerra, secretario general de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid, cree que el problema fundamental es que no hay un solo capítulo del Plan que se dedique expresamente al profesional, y que si se quiere que funcione es necesario contar con la complicidad de los profesionales, y para ellos, hay que mejorar sus condiciones. 

Motivar a los profesionales

"Hemos perdido cerca del 30 por ciento de nuestra retribución. Sin inversión, el Plan va a quedar en nada, porque la buena voluntad tiene un límite. Si no ves una contraprestación a cambio de la buena voluntad la gente abandona. Yo deseo y quisiera que esto se pueda llevar a buen puerto y que los profesionales se vean claramente vinculados con esto pero porque tengan algo a lo que agarrarse, que les pueda ilusionar", ha afirmado. 

En respuesta a Ezquerra, Zarco ha señalado que los profesionales están presentes a lo largo del Plan a través del cambio en el modelo de liderazgo, pero admite que la mayor resistencia está en ellos mismos. "El éxito de la propuesta depende de la implicación del máximo número de actores posible, pero para ello se necesita un esfuerzo no solo dialéctico, sino también presupuestario", ha añadido Muñoz, recordando que apelar solo a la actitud es peligroso. 

En este punto, el director general de Coordinación de la Atención al Ciudadano y Humanización de la Asistencia Sanitaria ha admitido que las dos grandes debilidades del proyecto son el concurso de los profesionales y la asignación presupuestaria, ambas superables según su opinión,  y ha recordado que durante el primer año el programa no tiene presupuesto, y que su éxito depende de la implicación de los profesionales. 
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