Esto implica crear un "programa de seguridad exhaustivo" y formar a los pacientes

Pablo Valdés, radiólogo especialista de la Sociedad Española de Radiología Médica (Seram). Advierte de la importancia de seguir una serie de protocolos para evitar accidentes en salas de resonancia.
Pablo Valdés, radiólogo especialista de la Sociedad Española de Radiología Médica (Seram)


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Tras el trágico accidente ocurrido en Estados Unidos, donde un hombre murió tras entrar a una sala de resonancia magnética con un objeto metálico, Radiología se ha pronunciado para poner el foco en la seguridad en estos entornos. Así, Pablo Valdés, radiólogo especialista de la Sociedad Española de Radiología Médica (Seram), ha hablado con Redacción Médica para advertir de la importancia de seguir una serie de protocolos, ya que la sala de resonancia "puede ser la más peligrosa de un hospital".

No se trata del primer caso de este tipo y por eso Valdés asegura que hay que intentar crear una "cultura de seguridad global" que llegue a los médicos, a los técnicos sanitarios, al personal adminisitrativo y a los propios pacientes. "Muchos radiólogos son excelentes en diagnóstico en residencia, pero igual no tienen un conocimiento muy bueno de seguridad y los técnicos, igual", señala.


Programa de seguridad exhaustivo


Para ello, hay que establecer unos protocolos "muy complejos" que deriven, dice Valdés, en un "programa de seguridad exhaustivo" desde que incorpore "muchos filtros personales, administrativos, formularios, barreras físicas, puertas que sólo pueden abrir determinadas personas, bases de seguridad...". Esto significa trabajar "en muchos niveles" para que pacientes y médicos estén correctamente informados y para que se impongan barreras físicas, de personal y administrativas"

En definitiva, un programa en el que participe todo el personal del servicio. Un aspecto clave, recalca el facultativo porque "en realidad la resonancia es probablemente la sala más peligrosa del hospital si no lo haces bien". De ahi, la gran "cantidad de bibliografía y guías internacionales muy buenas como la del Colegio Americano de Radiólogos", indica.

Para que el sistema sea seguro, entonces, hay que intentar que esa seguridad "no dependa de las personas, si no de las barreras del propio sistema". La clave, indica Valdés, es "poner muchas barreras de forma que, si hay un fallo en una de las barreras, haya otra después y así sucesivamente". En el reciente accidente en Estados Unidos, es evidente que "fallaron varias", desde dejar que el hombre, que acudió como acompañante, entrara en la sala de radiación hasta que llevara una cadena de metal.

Un campo magnético inmenso


"El campo magnético de la máquina de resonancia es inmenso y siempre está activo". Por lo que, al entrar con un objeto metálico, se pega a la máquina de resonancia automáticamente, con un "efecto bala", y "es imposible despegarlo". El procedimiento a seguir en estos casos es regular la temperatura del campo, subiéndola para que pierza su fuerza magnética, y poder así desenganchar el objeto. En este contexto, es cierto que las resonancias con máquinas abiertas "tienen un campo menos potentes", reconoce Valdés, aunque es igualmente necesario "aplicar algunas medidas de seguridad".

Muchas veces un paciente entra con un dispositivo que no se ha detectado y, aunque no se desplace al entrar en la sala de resonancia, el campo magnético puede alterarlo, explica Valdés. "Empieza a funcionar mal y eso incluso puede matar a un paciente con algunos marcapasos o con bombas de inyección de medicamentos. Por eso, la seguridad hay que hacerla siempre, en todos los pacientes y en todas las salas, independientemente de que creas que el paciente puede entrar o no, independientemente del campo magnético de tu máquina".

En este sentido, Valdés considera importante la formación de los pacientes, que están "desactualizados" sobre lo que realmente es una resonancia médica. "Hay que tener en cuenta que el paciente es el dueño de su proceso, es el que tiene que ser informado, mientras que nuestra obligación como profesionales es informar", reconoce el facultativo. Esto permite que "tenga interés en que el proceso sea seguro, ayudándonos a hacer las cosas mucho mejor". El paciente en Radiología es "un aliado indispensable para hablar de calidad y de seguridad", concluye.
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