Seram destaca que Radiología permite ver, medir y vigilar lo que antes solo se intuía por el tacto o por el PSA

Rafael Salvador, radiólogo en Hospital Clínic de Barcelona. "La resonancia magnética evita biopsias innecesarias en cáncer de próstata"
Rafael Salvador, radiólogo en Hospital Clínic de Barcelona.


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Las pruebas radiológicas permiten diagnosticar la patología prostática de forma más precisa y menos invasiva, lo que ayuda a evitar biopsias innecesarias, facilita una detección precoz del cáncer de próstata y permite una planificación personalizada del tratamiento, así como un seguimiento más eficaz, según especialistas de la Sociedad Española de Radiología Médica (Seram), como Rafael Salvador, radiólogo en Hospital Clínic de Barcelona.

“En el cáncer de próstata, la radiología por medio de la resonancia magnética (RM), no solo ayuda a detectar la enfermedad, sino también a guiar su diagnóstico y monitorizar el seguimiento”, señala Salvador. La RM permite identificar las zonas con mayor riesgo de tener un cáncer clínicamente significativo, clasificarlas con sistemas como PI-RADS, y guiar las biopsias dirigidas por fusión de imágenes de la ecografía y la RM.

En la valoración del posible cáncer de próstata cuando la RM es negativa significa que no se identifican lesiones sospechosas de cáncer clínicamente significativo en la próstata. Una RM negativa permite evitar biopsias innecesarias, que son invasivas, generan ansiedad y no están exentas de posibles complicaciones.  Eso, en la práctica tiene una enorme relevancia clínica y psicológica para el paciente.

Desarrollo del PET


“Con la RM se evitan diagnósticos de cánceres de baja agresividad que no suponen un riesgo para el paciente, y se evita sobre diagnosticar y sobre tratar a estos pacientes. Además, tras el tratamiento (ya sea cirugía, radioterapia o vigilancia activa), la imagen permite evaluar la respuesta y detectar posibles recidivas”, apunta Salvador. También, comenta que “más recientemente, el desarrollo del PET con trazadores específicos (como el PSMA) y en combinación con la tomografía computarizada (TC) o RM, ha cambiado las reglas del juego, ya que puede localizar con precisión recidivas o metástasis incluso cuando el PSA apenas ha empezado a subir”.

Las pruebas de imagen para el seguimiento de la salud prostática son:
  1. Ecografía: sencilla, accesible y útil para valorar el tamaño prostático o problemas urinarios. La ecografía transabdominal permite una primera aproximación. La ecografía transrectal, realizada desde dentro del recto, permite adicionalmente la realización de biopsias diagnósticas.
  2. Resonancia magnética multiparamétrica (RMmp): más precisa para detectar lesiones sospechosas y planificar biopsias o tratamientos.
  3. Biopsia dirigida: cuando la RM detecta una lesión sospechosa, se puede realizar una biopsia focal guiada, lo que mejora la precisión del diagnóstico. Se realizan con guía ecográfica fusionando las imágenes de la RM o directamente en la RM.
  4. PET-PSMA: sobre todo para los pacientes con sospecha de recidiva o enfermedad avanzada.

Prevención personalizada


“Gracias a estas técnicas, la medicina se orienta cada vez más hacia una prevención personalizada, con menor invasividad y mayor precisión”, remarca Salvador.

Pacientes a los que se les realizan estas pruebas:
  • Varones con síntomas urinarios (dificultad para orinar, aumento de la frecuencia, etc.) en los que se sospecha hiperplasia benigna. En estos pacientes la ecografía puede ser suficiente.
  • Pacientes con PSA elevado o en aumento. Ante una elevación sospechosa de PSA, que sugiere la posibilidad de que exista un cáncer prostático, será necesario la realización de una RM.
  • Hombres con antecedentes familiares de cáncer de próstata o con factores de riesgo genéticos.
  • Pacientes con diagnóstico previo de cáncer de próstata que necesitan control o seguimiento.
  • Candidatos a vigilancia activa, donde la RM permite monitorizar la enfermedad reduciendo la necesidad de biopsias repetidas.

Para todos los pacientes, lo más importante es consultar a tiempo y realizar controles adecuados puede marcar la diferencia entre un problema leve y una enfermedad avanzada.

“La Radiología ha transformado la forma en que entendemos la próstata: hoy podemos ver, medir y vigilar lo que antes solo se intuía por el tacto o por el PSA y que se biopsiaba a ciegas”, concluye Salvador.
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