Estas tienen lugar de forma desproporcionada en los genes de la amígdala

Las mutaciones tras la fecundación son claves en el desarrollo del autismo
Para el experimento obtuvieron datos de secuenciación de todo el exoma de 5.947 familias


18 jul. 2017 9:00H
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POR REDACCIÓN
Las mutaciones que tienen lugar tras la fecundación juegan un papel clave en el desarrollo de trastornos del espectro autista, según un estudio del Hospital Infantil de Boston (Estados Unidos).

En la última década se han identificado más de 60 mutaciones en diferentes genes relacionadas con esta enfermedad, incluyendo mutaciones espontáneas o hereditarias, pero pese a ello el origen de la enfermedad sigue siendo una incógnita. Las mutaciones espontáneas o de novo pueden ocurrir en el esperma o el óvulo de uno de los progenitores, o bien en una célula embrionaria después de la fecundación. Estas últimas son conocidas como mutaciones postcigóticas y, como afectan a menos células, son más difíciles de detectar.

Según una de las autores del estudio, Elaine Lim, “si la mutación está en una fracción muy pequeña de todas las células, se perderá por la secuenciación de todo el exoma”. Para encontrar este tipo de mutaciones, los investigadores obtuvieron precisamente datos de secuenciación de todo el exoma de 5.947 familias. A continuación, secuenciaron de nuevo el ADN de algunos de los afectados utilizando tres tecnologías independientes de secuenciación en paralelo. Según sus hallazgos, el 7,5 por ciento de las mutaciones de novo de los pacientes con autismo eran postcigóticas y, de estas, el 83 por ciento no habían podido detectarse en la primera secuenciación del genoma.

Genes vinculados al trastorno

Algunas de estas mutaciones afectaban a genes ya conocidos por estar relacionados con el autismo u otros trastornos del neurodesarrollo (como los SCN2A, HNRNPU y SMARCA4) de diferentes maneras. Muchos otros estaban en genes que se sabe que son activos en el desarrollo del cerebro (como el KLF16 y MSANTD2) pero no se habían asociado hasta ahora con el autismo.

Y al comparar los datos de secuenciación con los análisis del ADN de muestras obtenidas en sangre, empezaron a observar en qué región del cerebro se expresan estos genes y qué mutaciones tuvieron lugar durante el desarrollo.

De este modo, los análisis mostraron que estas mutaciones tienen lugar de forma desproporcionada en los genes expresados en la amígdala, una región cerebral que se sabe que es "importante en el autismo", tal y como explicaba Elaine Lim.
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