Jaume Raventós, consejero delegado de ITA, analiza con Redacción Médica la digitalización en salud mental

"La pandemia ha sido un acelerador de la transformación digital en salud"
Jaume Raventós, consejero delegado de ITA.


9 abr. 2021 12:00H
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POR IVÁN FERNÁNDEZ
La digitalización en la Salud Mental es cada vez más una realidad que un plan a futuro y tratamientos digitales o consultas por videollamada ya son algo común en el día a día de las clínicas. Para hablar de esta transformación, desde Redacción Médica hemos conversado con Jaume Raventós, consejero delegado de ITA, que cuenta con más de 30 centros en España y se dedica al tratamiento de los trastornos alimentarios (TCA),de conducta (TC), de personalidad (TP), del neurodesarrollo (TDA-TDAH-Autismo-Asperguer-SAF), las adicciones y la psiquiatría general (UPG).

¿Cuánto han aumentado los tratamientos online desde que empezó el Covid?

"Tanto los pacientes como los profesionales han visto las bondades del sistema no presencial"

Cuando empezó la pandemia, en el primer confinamiento pasamos en 72 horas de aproximadamente un 2-3 por ciento de actividad no presencial a un 100 por cien. Toda la actividad ambulatoria que estábamos haciendo la tuvimos que trasladar a actividad no presencial. Realmente el impacto ha sido muy importante.

¿ITA estaba preparada para esta transformación a marchas forzadas?

Nosotros ya hacía mucho tiempo que teníamos dentro de nuestro plan estratégico una línea de potenciar la transformación digital del grupo ITA. Dentro de esta teníamos como principal objetivo la asistencia no presencial, y nos habíamos preparado anteriormente ya con tecnología para poder hacer esta teleconsulta. Realmente fue una oportunidad tremenda porque seguramente sino nos hubiésemos preparado, no hubiéramos podido hacer este salto en 72 horas. 

¿Qué partes fueron las más difíciles en la transformación digital? 

Fundamentalmente toda la parte ambulatoria: las visitas, la consulta externa, la visita profesional-paciente… pero también existe todo lo que es la actividad de hospital de día donde el paciente pasa unas horas y hace una comida principal dentro del centro de ITA. Claro, transformar esto en no presencial cuando hay terapias de grupo diarias, terapias individuales, comidas, fue absolutamente un reto y ahí es donde yo creo que tuvimos el mayor inconveniente para pasar de actividad presencial a actividad no presencial.

Un año después de esta situación, ¿Hacia dónde va el modelo; presencial, semipresencial o 100% digital?

Yo creo que hemos vuelto a la actividad presencial, sobre todo en el hospital de día, mientras que en la actividad de consulta externa se ha mantenido bastante la actividad no presencial. Actualmente, estamos aproximadamente en un 15 por ciento de actividad de consulta externa en actividad no presencial. Esto es una cifra importante porque tanto los profesionales como los pacientes han visto la bondad del sistema no presencial y estamos aprovechando los puntos fuertes que tiene. Esto ha venido para quedarse. La pandemia ha sido un acelerador de la transformación digital.


"Relacionarse con el paciente a través de la tecnología requiere unas capacidades que el profesional no tenía antes"


¿Los tratamientos online otorgan un mayor seguimiento del paciente?

Los tratamientos online tiene varias bondades. Lo primero es que el paciente accede de una forma más fácil, no tiene que trasladarse y puede aprovechar mejor su tiempo, solo es el tiempo de consulta y no hay tiempos muertos. Estamos viendo que el paciente valora muchísimo esto. El segundo tema es la relación profesional-paciente. Estamos viendo que realmente el paciente aprecia que el profesional pueda a través de un medio no presencial relacionarse con él como si estuviera delante del despacho.

¿Cuáles son las claves para humanizar el tratamiento online y que no se note la distancia?

El profesional tiene que tomar conciencia de que la relación con el paciente no tiene que ser distante sino cercana. No es necesario estar frente a frente con el paciente para que la humanización sea real, también puede ser a través de una pantalla. Por parte del profesional es importante que sienta esta confianza en la tecnología y en la manera de relacionarse. ¿Cómo se consigue esto? A través de formación. Se requieren unas capacidades que el profesional no tenía antes. Es absolutamente necesario que formemos al profesional para tener este tipo de actividad y que en el momento de establecer la consulta se sienta suficientemente próximo al paciente como para que no la tecnología no sea una barrera.

¿Y desde el punto de vista del paciente?

Desde el punto de vista del paciente esta humanización se siente por la cercanía del profesional, es decir, por esta relación que se establece en el diálogo, en el lenguaje, en la mirada, en el ambiente… Todo esto acaba haciendo que el paciente pueda ver que a pesar de que están hablando a través de una pantalla, el profesional está cercano a él. Nosotros esta cercanía la notamos cuando hablamos con nuestros familiares, cuando hablamos con nuestros amigos, por qué no con el profesional.

¿Cree que se pueden desarrollar algoritmos que sean capaces de analizar el estado del paciente?

Una de las principales ventajas de poder trabajar con monitorización de pacientes a través del móvil o equipos médicos es la gran cantidad de datos que recibimos. La validez de los algoritmos está en la bondad de la inteligencia artificial y el valor de los datos, ya que cuantos más tengamos mejor funcionará. En patologías orgánicas ya hay muchas experiencias de algoritmos que van preguntando distintas opciones y te llevan a una orientación diagnóstica. No es un diagnóstico porque legalmente no lo es, pero sí que es una orientación diagnóstica. En salud mental esto aún no existe, pero tenemos la posibilidad de trabajar en ello. Es uno de los retos que desde ITA hemos lanzado para los fondos Next Generation.


"En ITA hemos aprendido que el éxito de los tratamientos online depende de la complejidad del paciente"


¿Los pacientes se muestran partidarios a dar todos estos datos?

Cuando usamos una aplicación móvil damos nuestros datos y no sabemos a quién. Tenemos que ser conscientes de que esto tiene que cambiar, nuestros datos son muy valiosos y nosotros debemos ser realmente quienes los gestionemos. Tanto la Unión Europea como los distintos gobiernos están trabajando en conseguir que el ciudadano se empodere con estos datos y tú seas capaz de decir pues sí, voy a ceder los datos para investigación clínica, o quiero cederlos porque hay un proyecto que me interesa. 

En ITA han creado una Unidad de Tratamiento online donde aglutinan varios procesos ¿Un paciente puede empezar y concluir un tratamiento sin llegar a pisar la clínica?

Nosotros lo llamamos tratamientos nativos online, donde un paciente entra en modo online y sigue en ese modo a diferencia de un tratamiento mixto en el que puedes tener un primer contacto online y luego hacer una visita presencial. En ITA hemos aprendido que depende de la complejidad del paciente. En uno poco complejo que sólo requiere un contacto de vez con el terapeuta un tratamiento online cien por cien seguramente puede ser útil. En casos más complejos no es recomendable. 


"Es muy importante decidir qué paciente es candidato a entrar en un programa no presencial y qué paciente no lo es"


¿En los casos más complejos solo sería para una aproximación al tratamiento?

Podemos hacer una primera visita presencial, el paciente vuelve al domicilio y las visitas sucesivas o las que solo son de seguimiento las podemos hacer online. Te ahorras el desplazamiento, el  tiempo... Estamos aprendiendo mucho en poco tiempo. Es muy importante decidir qué paciente es candidato a entrar en un programa no presencial y qué paciente no lo es. Esta es la pregunta, este es el reto y esto es lo que estamos aprendiendo y donde los profesionales al final van a tener que decidir. 

Ustedes también realizan tratamientos con realidad virtual,  podría explicar en qué consisten esos tratamientos y cómo lo perciben los pacientes.

Hemos abierto un área de terapias digitales y creemos que es un área con gran futuro en la salud digital. ¿Significa esto que una terapia digital puede sustituir a una terapia farmacológica? Creemos que no, pero sí que puede complementarla. En estos momentos hay dos grandes líneas de terapias digitales: la realidad virtual y el gaming. Dentro de la realidad virtual estamos probando con distinto tipos de pacientes, por ejemplo, dentro de la fobia social hay programas que te permiten simular espacios de relación social que disminuye la angustia del paciente en el momento en el que se encuentran en un espacio real.

¿Y funciona?

Estamos en proceso de evaluación, pero los resultados preliminares que estamos evaluando realmente son muy buenos en el sentido de que estamos consiguiendo que el paciente se adhiera mucho a este tipo de tratamiento y lo reciba de forma muy positiva. Por lo tanto, para nosotros ya es una buena experiencia. En ITA tenemos una metodología que es normal en el sector, probamos en un grupo pequeño de pacientes, lo evaluamos y en función de resultados escalamos o no a otros grupos de pacientes o a otros centros. 


"La decisión la tiene siempre el clínico y es la parte clínica la que pilota, decide, y evalúa las bondades de la tecnología"


¿Y la parte de gaming?

Los juegos no sólo tienen una parte negativa desde el punto de vista de la adicción tecnológica, sino que hay juegos pensados para mejorar habilidades o capacidades de enfermos con determinados tipos de trastorno. Por ejemplo, los trastornos de déficit de atención son niños que toda la relación con la tecnología le es muy fácil, con lo cual el trabajo con determinados juegos es muy positiva. Hay algunas experiencias que tenemos y que vamos a tener próximamente con algún servicio de algún hospital de Madrid que esperamos poder avanzar pronto.

¿Cómo se organizan para coordinar tanto la parte clínica con la parte digital?

La visión que tenemos es que la tecnología es un facilitador de la parte clínica. Para nosotros los programas vinculados a la salud digital están en función del valor que nos aportan en nuestros tratamientos. Por consiguiente, la decisión la tiene siempre el clínico y es la parte clínica la que pilota, decide, y evalúa las bondades de la tecnología. La moda por la moda no; la tecnología para mejorar la clínica y mejorar los resultados de nuestros pacientes, esto siempre. No existe la disyuntiva tecnología y clínica, todo es clínica. La tecnología es un instrumento que utiliza la clínica para mejorar resultados. 
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