Carmen Vidal Palacios, presicenta de la Sociedad Española de Pediatría Social (SEPS).
La necesidad de reforzar la atención a niños y adolescentes
en "situaciones de riesgo, violencia o vulnerabilidad" ha llevado a plantear una
formación específica de los profesionales que atienden a este grupo de edad centrada en el ámbito social. Una propuesta que la Sociedad Española de Pediatría Social (SEPS) trasladaba al Ministerio de Sanidad hace unos meses y que el Grupo Popular del Congreso de los Diputados se encargaba de recordar en una de sus preguntas parlamentarias.
En dicha reunión, el departamento de Mónica García escuchó los objetivos de la sociedad, centrados principalmente en la atención a la infancia y a la adolescencia en "problemas relacionados con el contexto social y con las
situaciones de riesgo, vulnerabilidad y violencia".
Por ello, desde la entidad plantearon al ministerio la necesidad de
"formar adecuadamente a los profesionales sociales y sanitarios en estos temas". En otras palabras, la sociedad ve necesario reforzar este ámbito en la formación de profesionales como los pediatras.
Unidades de referencia
En este sentido, la sociedad científica expuso las experiencias de algunas comunidades autónomas en la
creación de unidades de referencia de pediatría social en Atención Primaria para agilizar la atención.
Aunque la
Pediatría Social aún no cuenta con un área estandarizada en los centros, varias comunidades autónomas como Cataluña, Galicia o la Comunidad Valenciana ya están pilotando unidades específicas y programas de formación complementaria destinadas a agilizar la atención y mejorar la coordinación entre
pediatras, Enfermería, trabajadores sociales y equipos educativos. Estas unidades permiten detectar de forma temprana situaciones de riesgo, intervenir de manera rápida y dar soporte a familias y menores, evitando que problemas sociales se traduzcan en complicaciones de salud a largo plazo.
Intervención temprana
Y es que ese es el objetivo que persigue la entidad con el impulso de la Pediatría social y la formación específica asociada: que los profesionales sanitarios sean capaces de detectar signos de riesgo como violencia doméstica, pobreza, desamparo, ciberacoso o abuso desde la consulta de Atención Primaria, con el objetivo es
intervenir de forma temprana y coordinada con servicios sociales, educación y justicia.
Sanidad ha reconocido la relevancia de este ámbito, aunque en su respuesta parlamentaria aclara que "no se adquirieron compromisos expresos con la sociedad", dejando la puerta abierta a futuros desarrollos normativos o formativos.
En cualquier caso, la Pediatría enfrenta importantes desafíos en España. La
escasez de pediatras en Atención Primaria y la sobrecarga asistencial dificultan la implementación generalizada de programas especializados, tal y como han reclamado más de una vez los profesionales de esta rama médica. Según la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap), más de 1,9 millones de niños no cuentan con un pediatra asignado en su centro de salud, lo que limita la capacidad de
ofrecer atención integral en entornos vulnerables.
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