Manuel Cobo Dols, oncólogo en el Hospital Regional Universitario de Málaga y colaborador en el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima).
La reciente polémica en torno al
Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) por el presunto desvío de hasta 25 millones de euros destinados a investigación del cáncer ha generado preocupación entre los profesionales sanitarios. Así, Manuel Cobo Dols, facultativo especialista del Área de Oncología Médica en el Hospital Regional Universitario de Málaga y colaborador en el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima), analiza en
Redacción Médica el
impacto de este escándalo y subraya la necesidad urgente de
instaurar auditorías externas que garanticen transparencia en la
gestión de los fondos de este organismo nacional.
El oncólgo explica que el impacto de este caso va más allá del ruido mediático, ya que afecta al núcleo del sistema científico español. "La investigación básica y traslacional que se hace en el CNIO es primordial. De allí surgen las hipótesis de trabajo que luego tienen aplicabilidad clínica, tanto en biomarcadores como en nuevas terapias", asegura. También destaca que España es "pionera" pese a recursos limitados y que el CNIO actúa como un referente esencial: "Cuando conseguimos una beca del CNIO sabemos que es una de las entidades que más soporte económico puede ofrecer. Además, un proyecto aprobado allí tiene gran repercusión y suele estar bien acreditado".
Auditorías externas como aspecto "vital"
Por esta razón, insiste en que la
confianza en la institución, en su vertiente científica, permanece: "Queremos pensar que el CNIO como institución sigue siendo fiable. Hay muchísimos profesionales vinculados que trabajan con absoluta calidad, garantía y transparencia". En este contexto, admite que, pese al prestigio científico,
la gestión financiera ha sido históricamente un punto sensible: "El CNIO maneja cantidades ingentes de dinero y muchas veces no sabemos
cómo se designan los fondos, qué criterios se aplican o cuál es la trazabilidad". La actual polémica, señala, ha reavivado todas estas preocupaciones porque, "cuando hablamos de millones de euros y
la trazabilidad no es totalmente transparente, esto genera duda y controversia".
Por eso, al preguntarle por
posibles vías de solución, Cobo Dols es tajante: "Creo que
las auditorías son vitales. No solo para el colectivo médico, también para la sociedad. Cuando se asigna dinero para investigar algo tan trascendente como el cáncer,
la ciudadanía tiene que tener claro dónde va esa partida económica".
"No sabemos si las partidas se destinaron a algo distinto de lo previsto o si se desviaron hacia
proyectos para los que no estaban diseñadas", continúa. Por este motivo, considera indispensable aclarar con exactitud "a qué proyectos se destina cada euro" para
garantizar un sistema fiable y transparente.
Dudas sobre la gestión económica
Y es que
no es la primera controversia que rodea al organismo, por lo que la confianza debe reforzarse mediante mecanismos claros y estables: "Hay que
establecer circuitos para que no vuelva a pasar algo así y ser mucho más transparentes en cómo se gestionan las estrategias económicas". "La investigación depende de ello", añade
Sin embargo, el especialista considera que, a pesar de la repercusión de la noticia, el sector privado no dejará de
invertir en investigación oncológica:
"No creo que vaya a menguar la inversión, pero la institución debe actuar con diligencia, explicar bien lo ocurrido y abrir más canales de transparencia". Para él, el camino es inequívoco: "Toda la investigación necesita una gestión económica impecablemente transparente y las auditorías contribuirían a ello". "Es necesario
investigar exactamente qué ha pasado y quién está implicado", concluye.
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