El Gobierno no obliga a incinerar los cuerpos pero recomienda no hacer autopsias

Sanidad publica el protocolo para fallecidos por coronavirus en España
Fachada del Ministerio de Sanidad


3 mar. 2020 11:00H
SE LEE EN 4 minutos
El Ministerio de Sanidad ha publicado el procedimiento para el manejo de cadáveres de casos de COVID-19 en el que recomienda que no se realicen autopsias a los fallecidos como consecuencia del coronavirus en España.

El ministerio dirigido por Salvador Illa explica que, por el momento, una guía específica para el manejo de cadáveres de personas fallecidas por COVID-19, "pero puede ser de aplicación lo contemplado en las Directrices de la Organización Mundial de la Salud publicadas en 2014 sobre Prevención y control de las infecciones respiratorias agudas con tendencia epidémica y pandémica durante la atención sanitaria".

El cadáver, especifica, "debe introducirse en una bolsa sanitaria estanca biodegradable y de traslado con ataúd, que reúna las características técnicas sanitarias de resistencia a la presión de los gases en su interior, estanqueidad e impermeabilidad, tal y como está establecido en la Guía de consenso sobre Sanidad Mortuoria.  La introducción en la bolsa se debe realizar dentro de la propia habitación de aislamiento".
 
Dicha bolsa se deberá pulverizar con desinfectante de uso hospitalario o con una solución de hipoclorito sódico que contenga 5.000 ppm de cloro activo. Si el cierre de la bolsa es de cremallera, se procederá al sellado utilizando pegamentos u otras sustancias que aseguren la estanqueidad de la cremallera.

Autovigilancia durante 14 días


Debido a los riesgos habituales del trabajo en la sala de autopsia, se recomienda no realizarla a los cadáveres de personas fallecidas por COVID-19, ya fuesen casos clasificados como caso en investigación, probables o confirmados, salvo indicaciones clínicas fundamentada.


El personal que participe en la autopsia debe autovigilar cualquier síntoma respiratorio en los 14 días posteriores


Estos riesgos surgen del contacto con materiales infectivos, especialmente por salpicaduras, más que por inhalación de material infeccioso. Sin embargo, en casos de pacientes fallecidos por COVID-19, los pulmones y otros órganos todavía pueden contener virus vivos y es preciso tomar medidas de protección respiratoria complementarias durante los procedimientos que generan aerosoles de partículas pequeñas (por ejemplo, el uso de motosierras y el lavado de los intestinos).

Como ya adelantó Redacción Médica, en caso de aceptar la realización de la autopsia se debe comunicar inmediatamente a las autoridades sanitarias responsables y se minimizará el número de personas que van a realizar la autopsia, sin que haya ninguna persona adicional en la sala salvo aquellos que la están realizando. Además, se debe elaborar un listado de todo el personal, quien debe autovigilar cualquier síntoma respiratorio en los 14 días posteriores a la última exposición a un caso confirmado para realizar el diagnóstico oportuno y proceder a su aislamiento.

Además, tras la finalización de la autopsia, se deben limpiar y desinfectar las superficies que se han
contaminado con tejidos o líquidos y secreciones corporales
. Esta limpieza, concretan, la deben realizar las mismas personas que han realizado la autopsia.

Entierro o incineración



Se puede ofrecer servicio de velatorio para el fallecido


Desde el Ministerio de Sanidad advierten que no se deben realizar actuaciones de limpieza ni intervenciones de tanatopraxia sobre el cadáver. "Tras la correcta introducción del cadáver, desinfección y sellado de la bolsa impermeable, la manipulación exterior de ésta o del ataúd que la contenga no comporta riesgos", aclara.

Tal y como describe el protocolo, se puede ofrecer servicio de velatorio para el fallecido, pero éste será con el ataúd cerrado, conteniendo el cadáver introducido en la bolsa impermeable con las precauciones detalladas anteriormente.

La bolsa impermeable conteniendo el cadáver puede introducirse en un féretro normal, sin que sean precisas precauciones especiales. El destino final del cadáver, explica el organismo dirigido por Illa, puede ser entierro o incineración, en las condiciones habituales. Las cenizas pueden ser objeto de manipulación sin que supongan ningún riesgo, añade el documento. 
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.