Los efectos de testosterona en las células de los pulmones duplican la probabilidad de tener la enfermedad

Las hormonas, culpables de que haya más mujeres que hombres con asma


1 dic. 2017 11:30H
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POR REDACCIÓN
Las mujeres tienen dos veces más probabilidades que los hombres de tener asma y esta diferencia de género está causada por los efectos de las hormonas sexuales en las células de los pulmones. Investigadores de la Universidad de Vanderbilt y Johns Hopkins, ambas instituciones en Estados Unidos, descubrieron que la testosterona obstaculiza una célula inmunitaria vinculada a los síntomas del asma, como la inflamación y la producción de moco en los pulmones, como detallan en un artículo publicado en Cell Reports.

"Cuando comenzamos este estudio, realmente pensamos que las hormonas ováricas aumentarían la inflamación, más que los beneficios de la testosterona", relata el autor principal, Dawn Newcomb, del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt. "Me sorprendió ver que la testosterona era más importante para reducir la inflamación", reconoce este investigador, cuyo trabajo se realizó en células humanas y roedores.

Estudios previos han encontrado que, antes de la pubertad, los niños poseen una tasa de asma aproximadamente 1,5 veces mayor que las niñas, una tendencia que se revierte después de la pubertad, cuando las mujeres tienen dos veces más probabilidades de sufrir asma que los hombres. Este patrón continúa hasta que las mujeres llegan a la menopausia, y luego las tasas de asma en las mujeres comienzan a disminuir. El aumento de los síntomas de asma está regulado por muchos factores diferentes, incluida la exposición a alérgenos e infecciones virales, y los investigadores sospecharon que las hormonas sexuales también podrían estar involucradas.

Más células que promueven la inflamación en mujeres

Newcomb y sus colegas analizaron células humanas y de ratón para estudiar más a fondo la tendencia en las diferencias de género que habían observado. Se centraron en células de pulmón llamadas células linfoides innatas del Grupo 2 o células ILC2, las cuales producen citoquinas, proteínas que causan inflamación y producen moco en los pulmones, lo que hace que sea más difícil respirar. Los investigadores recogieron sangre de personas con y sin asma y descubrieron que los aquejados de asma tenían más células ILC2 que los que no tenían. De ese grupo, las mujeres asmáticas presentaban más células ILC2 que los hombres asmáticos.

Las células ILC2 también se encuentran en los pulmones de los ratones, pero son raras, con solo alrededor de 10.000 de los 10 millones de células en un pulmón de ratón. De manera similar a los resultados que encontraron en humanos, Newcomb y sus colegas descubrieron que detectaban menos células de ratones machos que de ratones hembra. Utilizaron estas células de roedor para experimentar con los efectos de las hormonas en las células ILC2.

Cuando los investigadores agregaron hormonas ováricas, como estrógeno y progesterona, a las células ILC2, no observaron un cambio o un aumento en la capacidad de las células para producir citoquinas. Sin embargo, cuando añadieron testosterona, vieron que la hormona evitaba que las células se expandieran y reducía la producción de citoquinas.

Aunque este estudio se centró en la testosterona, Newcomb espera realizar estudios más amplios para explorar los efectos de más hormonas sexuales en el asma: "Las hormonas sexuales no son el único mecanismo sino, más bien, uno de los muchos mecanismos que podrían estar regulando la inflamación de las vías respiratorias. Éste no es el único mecanismo importante en el asma".
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