Mayte Moreno, directora de Cuidados del Comité de Cuidados en Salud del Ministerio de Sanidad.
La Proposición de Ley para
establecer mejores ratios de enfermeras por pacientes sigue su tramitación en el Congreso desde que el pleno aprobara su toma en consideración en diciembre. Es el segundo intento por sacar adelante la norma -que parte de una Iniciativa Legislativa Popular (ILP)-, después de que el anterior caducara con el fin de la pasada legislatura. Más allá de lo que acabe ocurriendo esta vez, parece que partidos políticos, administraciones y profesionales coinciden en que
el texto original tiene que enmendarse, y en el Ministerio de Sanidad tienen claro que los cambios a introducir han de pasar por
establecer ratios por complejidad de cuidados que tengan en cuenta varios factores: el tipo de patología del paciente, los condicionantes sociales particulares de cada caso y la intensidad de cuidados necesarios para, así, no sólo determinar el número trabajadores que han de prestar esa asistencia, sino también
dividir porcentualmente la responsabilidad en función de las competencias profesionales requeridas según cuatro 'escenarios de complejidad': Atención Primaria, Atención Especializada, atención de media y larga estancia, y ámbito sociosanitario.
En febrero, el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, ya avanzó que el ministerio iba “a empujar” para que la Proposición de Ley de ratios de Enfermería quedara enmendada con un modelo “en función de la
complejidad de cuidados” para que “no se quede obsoleta dentro de cinco años”. En ello insistió la directora del Cuidados del Comité de Cuidados en Salud, Mayte Moreno, en el acto organizado por Sanidad en mayo por el Día Internacional de la Enfermería. En conversación con
Redacción Médica, Moreno señala que el
sistema de seis pacientes por enfermera que se plantea en el actual borrador normativo es “demasiado fijo”:
“Nosotros queremos algo que esté más adaptado a las personas”, indica.
Recursos humanos adaptados a necesidades de pacientes
Es, de hecho, uno de los objetivos reflejados en el
Marco Estratégico para los Cuidados de Enfermería (MECE) aprobado en el Consejo Interterritorial celebrado a finales de mayo. “Es importante ir más allá de las ratios que establecen las dotaciones de profesionales de los cuidados según el número de personas atendidas e
incluir factores como la complejidad y las necesidades de cuidados, ya que estos factores varían entre personas y entre comunidades, por lo que la estimación de la dotación de personal de enfermería debe tenerlos en cuenta, permitiendo prestar cuidados seguros en base a la complejidad y las necesidades individuales detectadas”, reza el documento, avanzado por este periódico en exclusiva antes de su aprobación, y que sugiere la elaboración de dos informes para 2027: uno sobre la dotación de las profesionales necesarias “para una prestación de cuidados segura en base a las necesidades de la población” y otro “a 10 años vista” que tenga en cuenta las “necesidades de cuidados futuros” incluyendo
planes de contingencia para posibles situaciones de crisis.
Según Moreno, los grupos parlamentarios ya conocen la propuesta planteada desde Sanidad, a través del Comité de Cuidados, para “flexibilizar” el modelo del que parte la Proposición de Ley: “Hemos pedido que haya un
sistema de clasificación de pacientes que no solamente tenga en cuenta su enfermedad. Por ejemplo, si alguien que ingresa por una fractura de cadera tiene apoyo en casa para ayudarle en la recuperación o un recurso social, necesitará menos cuidados que alguien que vive solo”, explica. Pero el de las circunstancias particulares o determinantes sociales de cada persona es sólo una de las patas de la mesa: “Primero queremos clasificar al paciente, pero también asociar a esa clasificación una
intensidad de cuidados según los porcentajes de competencias que necesite”.
Moreno recuerda que, en el ámbito de los cuidados enfermeros, tienen cabida tanto las enfermeras generalistas, las especialistas y las de práctica avanzada, como las TCAE. “Un paciente puede necesitar que el 20 por ciento de sus cuidados sean especializados, y en ese caso los tendría que prestar una enfermera especialista. Pero, si se trata de una persona muy deteriorada en una residencia, el 80 por ciento restante depende más de una TCAE”, resume. La intención, por ende, es trasladar ese modelo a cuatro ámbitos asistenciales de la mano de las comunidades autónomas: “Lo queremos hacer en Primaria, en Especializada, en media y larga estancia y en sociosanitario”.
La dilatación de los plazos de enmiendas, el gran escollo
Según la responsable del Comité de Cuidados, los partidos “están por la labor” de apoyar la propuesta de Sanidad. La cuestión es que la inestabilidad parlamentaria está conllevando que los trámites en las Cortes se alarguen esta legislatura más de lo habitual. El
plazo para presentar enmiendas a la totalidad a la Proposición de Ley de ratios de Enfermería sigue abierto desde febrero y, en principio, hasta el 18 de junio, aunque no es descabellado pensar que se ampliará una vez más. No en vano, Moreno da por hecho que se acabará acordando con las comunidades autónomos un modelo de ratios “bajo mínimos” basado en el planteamiento ministerial antes de que llegue ningún desarrollo normativo.
“Si todos utilizamos unos mínimos datos para clasificar pacientes y más o menos utilizamos una clasificación parecida en todas las comunidades autónomas, va a ser más fácil plasmarlo en una ley ajustando tiempos y competencias”, afirma. Por eso no se atreve a poner sobre la mesa una alternativa normativa al proyecto que hay en marcha: “Una vez tengamos el consenso y demostremos que el modelo es útil, vamos a empezar a trabajar en ello para que
se legisle en función de lo que ya estamos haciendo”. A partir de ahí, tocará concretar cómo financiar el desarrollo común del sistema.
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