Exteriores del Ministerio de Sanidad.
Fue en el mes de febrero cuando el
Ministerio de Sanidad presentó una serie de recomendaciones para una prescripción más sostenible de inhaladores, alineadas con el objetivo de neutralidad climática en medicamentos marcado por la
Unión Europea. Sin embargo, las recientes revisiones del reglamento europeo, tanto en materia de neutralidad climática como sobre los gases fluorados, plantean la posible necesidad de revisar el contenido de dicha guía. Desde el organismo liderado por
Mónica García aseguran a este periódico que estos cambios no “implican que la guía deba ser actualizada en base a esta normativa” y sostienen que intensificarán sus esfuerzos para
“darla a conocer y promover su uso”. No obstante, aseguran que el documento sí está sujeto a actualizaciones y que esperan realizarlas “en los próximos meses”. Los objetivos son claros: incorporar nuevos
inhaladores bajos en carbono y actualizar la huella de carbono de los ya disponibles.
Guía del Ministerio de Sanidad de inhaladores sostenibles
Según los datos del
National Institutes of Health (NIH), el uso de inhaladores podría suponer el 3 por ciento de su huella de carbono global, lo que implicaría el 12 por ciento de las emisiones directas y de las derivadas por el
consumo de energía del sistema sanitario. Por ello, la guía para la prescripción sostenible de inhaladores, trabajada conjuntamente con pacientes y sociedades científicas, se enmarca dentro del plan para lograr un
sistema sanitario neutro en 2050. La guía plantea toda una serie de “buenas prácticas” para que los profesionales sanitarios y prescriptores puedan contribuir a reducir el impacto de dichos dispositivos. “Esto se hace a través de la recomendación de
prácticas clínicas informadas sobre las consecuencias sanitarias y medioambientales de su uso, abarcando desde la información, la prescripción, la educación terapéutica y el reciclaje”, cuentan desde el Ministerio.
En las recomendaciones aseguran que se priorizarán los
inhaladores en polvo seco o niebla fina; es decir, aquellos que son bajos en carbono. Sin embargo, hay que estudiar el caso de cada paciente, ya que la "evidencia clínica está por encima de los criterios ambientales". En su presentación, el
secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, ya advirtió que, “con estas recomendaciones no decimos que haya que cambiar todos los inhaladores y que los pacientes ahora deban dejar los que están usando. La decisión entre optar por un inhalador u otro tiene que estar basada en criterios clínicos, aunque se prioricen los productos que tienen menor impacto ambiental". Ahora, en su respuesta a
Redacción Médica, el organismo liderado por Mónica García vuelve a insistir en este aspecto. “El objetivo del documento es servir de ayuda en la toma de decisiones, que debe ser en todo momento consensuada con el profesional prescriptor y que debe tener en cuenta, en primer lugar, el impacto en la salud del paciente para conseguir un
control óptimo de su patología”, afirman.
Actualización de las recomendaciones en la prescripción de inhaladores
La intención está principalmente en la relación médico-paciente, y la evidencia clínica y el estado de cada persona será lo más importante. Por ello, desde el Ministerio de Sanidad consideran que ni el objetivo de neutralidad climática ni el nuevo reglamento de gases fluorados implican que la guía deba ser actualizada. Pese a ello, confirman que ya se está trabajando en actualizaciones que esperan poder implementar “en los próximos meses”. El objetivo es incluir nuevos inhaladores bajos en carbono que están en proceso de aprobación, así como modificaciones en la huella de carbono de algunos inhaladores ya usados debido a una mejor evidencia científica.
Dos directrices que se alinean con el análisis emitido por la
Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) en este periódico.
Arturo Humberto Huerta, miembro del Área de Enfermedades Pulmonares Obstructivas Crónicas y EPOC de esta entidad, afirmó que los cambios regulatorios llevados a cabo en el marco normativo europeo durante los últimos meses “invitan a actualizar criterios y ejemplos en la guía para asegurar
alineamiento regulatorio". No obstante, él tampoco cree que "haga falta un cambio profundo del documento, pero sí una adaptación" a las nuevas realidades.
No solo se habría incrementado la evidencia clínica en los últimos meses, sino también “el juicio clínico de los especialistas a la hora de aplicar las recomendaciones en escenarios de ‘vida real’”. Por ello, consideran que la renovación de algunas directrices debería garantizar que estas no solo queden reflejadas en el documento, sino que sean realmente
aplicables en la práctica clínica diaria. Por su parte, el
presidente de Separ, David de la Rosa, ya adelantó en un debate de
Redacción Médica que, según se vaya avanzando en este área, serán necesarias más reformas normativas. "A medida que se amplíe la oferta de inhaladores con bajo impacto medioambiental, será necesario revisar los documentos para incorporar esas opciones sin perder rigor clínico”.
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