Ramón García Gómez, oncólogo y presidente de la Asociación de Médicos Jubilados del Hospital Gregorio Marañón; y Juan Montilla, médico de Atención Primaria en Valenzuela.
La jubilación activa en la Medicina española genera un debate intenso entre quienes deciden
prolongar su vida laboral y quienes prefieren retirarse tras décadas de dedicación. Esta decisión no solo implica voluntad o motivación, sino también
límites físicos y consecuencias económicas: las capacidades físicas no son las mismas y la pensión puede verse reducida hasta un 25-30 por ciento, sobre todo en aquellos casos en los que los médicos han trabajado exclusivamente en la sanidad pública y después quieren
ejercer en la privada o con aseguradoras.
Juan Montilla, médico de Atención Primaria en Valenzuela (Córdoba), decidió seguir trabajando tras cumplir 67 años: "No solo porque me encuentro bien y con capacidad para trabajar, sino también por
necesidad en la zona y por circunstancias personales. Mi mujer es más joven y no se jubilaba, y no me veía todavía solo en casa". Además, trabaja en un consultorio local atendiendo a los mismos pacientes desde hace 36 años: "Conozco a mi cupo, conozco a mi gente. Estoy en un pueblo tranquilo, nunca he tenido problemas de agresividad o falta de respeto hacia el profesional".
En cambio, Ramón García Gómez, oncólogo y actual presidente de la Asociación de Médicos Jubilados del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, considera que prolongar la actividad profesional
no siempre es recomendable: "Después de tantos años trabajando, continuar en activo sería una locura. La pensión se reduce hasta un 25-30 por ciento, hay que asumir gastos de consulta, seguros, limpieza, aparataje… y a cierta edad son muchas horas.
No compensa ni económica ni vitalmente". Por otra parte, subraya que ejercer por cuenta propia implica costes que no se recuperan de inmediato: "Todo esto son gastos que no se compensan en un mes".
Incentivos, legislación y economía
Pero Montilla resalta que
la jubilación activa no solo beneficia al profesional, sino también al sistema sanitario, sobre todo por la
necesidad de médicos en zonas rurales: "Si fallamos los tres o cuatro médicos que estamos en la zona, no habría personal suficiente. Muchos compañeros incluso renuncian a sus libranzas para
cubrir guardias y consultas".
Sin embargo, García Gómez cuestiona la viabilidad económica de continuar trabajando: "
La pensión se ve bastante reducida si decides acogerte a la jubilación activa. Para que salga rentable, tienes que echar más horas, y a partir de cierta edad, aunque tengas salud, son demasiadas". Además, explica que los médicos que trabajaron exclusivamente en la Seguridad Social enfrentan una disminución sustancial de su pensión si quieren ejercer ahora en la privada: "Si queremos empezar a trabajar libremente o en compañías de seguros,
sufrimos pérdidas importantes".
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"Para que salga rentable, tienes que echar más horas"
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Y es que, tras la pandemia y la falta creciente de médicos en Atención Primaria, el Gobierno puso en marcha un plan extraordinario de jubilación activa para retener temporalmente a los facultativos que alcanzaban la edad de jubilación. Esta medida, aplicada de forma exclusiva
a médicos de Atención Primaria y Pediatría, permite permite compatibilizar el trabajo con el 75 por ciento de la pensión contributiva y parte del salario. Sin embargo, la prórroga del plan hasta 2025 se considera un parche temporal, ya que no soluciona el déficit estructural de profesionales en estos niveles asistenciales. Su finalización podría
dejar vacíos en los cupos y consultas que dependen directamente de estos médicos, especialmente en zonas rurales y periféricas. Según Moncloa, su continuidad se plantea por dos vías: incluirlo en los
Presupuestos Generales del Estado de 2026 o aprobar un
real decreto, aunque la medida no se extendería a otras especialidades ni hospitales, lo que limita su impacto en la falta general de profesionales.
Por otro lado, la jubilación activa general, que se aplica al resto de médicos y especialidades, permite
compatibilizar la pensión con el ejercicio profesional, pero con condiciones menos favorables, ya que implica pagos de
hasta 9.000 euros anuales a Hacienda según la
tributación de los ingresos percibidos y reducciones del ingreso total de la pensión, que en algunos casos se estima entre un 25 y un 30 por ciento.
Salud, cansancio y limitaciones físicas
Aun así, Montilla afirma sentirse en
buenas condiciones físicas y psicológicas para seguir atendiendo a sus pacientes: "Me encuentro bien, no necesito desplazarme muchos kilómetros, y tengo buena relación con mis compañeros y pacientes". Por lo tanto,
estas condiciones facilitan la decisión de continuar: "Aquellos que trabajan con sus pacientes habituales y en un entorno tranquilo pueden plantearse continuar. Otros en ciudades grandes, con conflictos o largas distancias, probablemente prefieran jubilarse". Aparte, resalta la satisfacción personal y la experiencia que "permite formar a los jóvenes médicos y
mantener la Atención Primaria".
En cambio, García Gómez enfatiza los
límites de la edad avanzada: "A partir de los 70 años, muchos se fatigan y no es aceptable seguir el mismo ritmo. A los 72 todavía siguen algunos, a los 73 se lo plantean, y a partir de 74 ya pocos mantienen el ejercicio libre de la profesión". Además, advierte que la
percepción de la propia capacidad física no siempre coincide con la realidad: "Uno se percibe como un jovenzuelo de 25 años, pero no tienes las capacidades físicas ni la resistencia que crees. No debemos confundir deseos con realidad".
Por eso, subraya la importancia de adaptarse y prepararse para la jubilación: "Hay que adaptarse o morir. Prepararse años antes de la jubilación permite disfrutar de esa etapa sin
verse arrastrado por la presión laboral. Se nos abre un nuevo ciclo vital, con mayor disponibilidad de tiempo y libertad, de nuevas posibilidades y atractivas vivencias". Además, destaca que esta etapa ofrece oportunidades de desarrollo personal: "No solo se trata de Medicina. Puedes disfrutar de hobbies, cultura, música, excursiones y al mismo tiempo transmitir conocimientos de manera altruista".
Plan temporal de jubilación activa
Montilla continúa trabajando dentro del sistema público y valora el marco legal vigente: "En Andalucía se permite prolongar la vida laboral hasta los 70 años, con incentivos económicos aplicables a la pensión futura". En este contexto, asegura que "si no se hubiese abierto esta posibilidad de jubilación activa, muchos de nosotros quizás
hubiéramos optado por la jubilación completa".
En definitiva, Montilla ve la jubilación activa como un medio para
contribuir al sistema y formar a las nuevas generaciones: "La experiencia permite mantener la atención en áreas con déficit de personal y transmitir conocimiento a los jóvenes médicos". En cambio, García Gómez enfatiza el lado humano de la profesión y
la nueva etapa vital: "Curar algunas veces, aliviar muy a menudo y consolar siempre. Esto se puede hacer dentro y fuera de la profesión, en familia, vecinos, amigos o desconocidos que acuden en busca de ayuda". Además, destaca que la jubilación ofrece la posibilidad de disfrutar de la vida más allá de la Medicina porque "se abre nuevo ciclo vital
con libertad de tiempo y decisión, y oportunidades para ser más felices".
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