La cafeína logra controlar los movimientos involuntarios de una niña de 11 años, diagnosticada con disquinesia

Logran reducir los síntomas de una enfermedad rara con 2 tazas de café
Médicos franceses llevan años recetando café.


13 jun. 2019 12:30H
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Dar de tomar café a un niño pequeño parece una incongruencia en sí misma, y es algo que no deja de ser llamativo aunque la recomendación venga por parte de un médico. Sin embargo, dos tazas diarias es lo que ha recetado un facultativo francés a una niña de 11 años que había sido diagnosticada con una disquinesia relacionada con un gen llamado ADCY5.

Se trata de una enfermedad rara de la siquiera se conocen el número exacto de casos, aunque se sabe que los afeca orden de un nacimiento entre un millón”, explica Emmanuel Flamand-Roze, neurólogo en el hospital parisino Pitié-Salpêtrière y uno de los autores del artículo publicado en la revista Anales de Medicina Interna que trata este caso.


Gracias al café, los movimientos involuntarios desaparecen casi por completo durante 7 horas


“Los brazos, las piernas y el rostro empiezan a moverse de forma exacerbada. Ese niño no podía ir en bici ni incluso volver a casa caminando de la escuela, puesto que una crisis puede acontecer en cualquier momento”, asegura Flamand-Roze.

En este sentido, los autores de este artículo aseguran que desde hace varios años recetan café, "porque otros pacientes aseguraron que les daba resultado contra estos movimientos”. Lo cierto es que en algunos lugares del mundo, como Madagascar, es un remedio habitual contra algunos tipos de dolencias.

En este caso, el niño empezó a tomar dos expresos al día y los efectos fueron inmediatos. Una vez ingerido, los movimientos desaparecían casi completamente durante casi 7 horas.

Después de varias semanas, los padres contactaron con los médicos porque el café ya no surtía efecto. Sin embargo, cuando se dieron cuenta de que habían comprado café descafeinado, repararon el error y los movimientos volvieron a desaparecer.

La clave está en la cafeína


De este modo, por pura casualidad, los progenitores de este niño descubrieron la prueba que faltaba para comprobar científicamente la eficacia del café: la cafeína.

La eficacia del café se explica por el hecho de que la cafeína se fija en receptores relacionados con la proteína ADCY5. Esta está muy presente en una región profunda del cerebro que controla los movimientos.

Según los médicos autores del citado artículo, los padren realizaron lo que científicamente se denomina “un ensaya de doble ciego”, que permite comparar la eficacia de un medicamento con un placebo sin que ni el paciente ni el administrador del tratamiento sepan cuál de los dos se está suministrando.

"Esta historia forma parte de los azares extraordinarios de la historia de medicina. Incluso si se tratara de un bebé con esta enfermedad, le administraría café", explica Flamand-Roze, neurólogo en el hospital parisino Pitié-Salpêtrière.


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