Profesionales de Primaria analizan los nuevos datos de este nivel asistencial y piden reorganizar el mapa sanitario

José Polo, presidente de Semergen; Lorenzo Armenteros, portavoz de SEMG y Pedro Gorrotxategi, presidente de Aepap.
José Polo, presidente de Semergen; Lorenzo Armenteros, portavoz de SEMG y Pedro Gorrotxategi, presidente de Aepap; y Esther Nieto, presidenta de Faecap.


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Los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad muestran, aparentemente, una paradoja. Se trata de una caída del número de Centros de Atención Primaria en 2024 -a comparación con el año anterior- y el aumento de médicos de Familia y enfermeras para la cobertura asistencial. Aunque pudiera parecer que se mejora la dotación de personal, esto no necesariamente repercute de esa forma en la realidad sanitaria nacional; lo mismo que sucede con un posible retroceso en la infraestructura asistencial.

Lo primero que hay que analizar de estas cifras es, por ejemplo, "dónde se han producido" los cierres y por qué. Así lo plantea José Polo, presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), quien explica a Redacción Médica que hay comunidades autónomas que llevan muchos años "intentando hacer una reestructuración del mapa sanitario" por diversos factores, entre ellos, la despoblación; es decir, el enfoque debería estar en si la disminución de centros de Atención Primaria responde a un proceso de reestructuración o si es por falta de recursos humanos en dichas zonas, pese a ese incremento que muestra Sanidad.

"Habría que analizar el mapa de dónde se han cerrado los centros, si ha sido por zonas tensionadas previas donde por la falta de profesionales han tenido que cerrar. Si es así, sería un problema grave", enfatiza. En cambio, si fuera por falta de población, "que puede ocurrir en consultorios locales en los pequeños municipios que han ido a menos", sería por una reestructuración. 

Aumento del número de médicos de Familia y enfermeras


Es precisamente en este punto en el que Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), es enfático: "Inicialmente esos datos son en bruto, sin especificaciones de los matices que puedan tener". Y es que, los datos de Sanidad muestran que en 2024 se contabilizaron 31.241 médicos de Familia y 36.424 de Enfermería; cifras que superan las recogidas un año anterior: 30.976 y 34.986, respectivamente. Aquí hace referencia a que estos números del ministerio no detallan la cantidad de médicos que había en dicho momento, ni el número en plantilla, ni el de profesionales que han incrementado. "Esto es un valor falso, no es real", ha insistido a este periódico.


Los responsables de las sociedades de Primaria apuntan que el déficit estructural del sector es de 4.500 profesionales



Además, tal como ha explicado Armenteros, la cantidad en que se ha elevado el número de médicos de esta especialidad "es absolutamente miserable", considerando que el déficit estructural de profesionales que se estima es de 4.500 médicos de Familia, "que es histórico desde hace muchos años". En ese sentido, no corresponde dicho aumento con "las necesidades de la Atención Primaria". "Estos datos no significan más que eso, una lectura con propaganda política y que, incluso como eso, 250 médicos para todas las provincias hace que toque a tres médicos por cada una", ha dicho, sin dejar de lado que habrá "posiblemente" en dicho reparto, "muchas" que se queden sin un solo médico.

Para el portavoz sí tiene sentido que se produzca una disminución de Centros de Atención Primaria porque "todas las administraciones autonómicas están intentando reducir el número ante la escasez de médicos" y concentrarlos en núcleos más grandes. Desde su punto de vista, lo que se ha hecho es "cerrar aquellos centros más pequeños en los núcleos rurales donde la prestación con un médico no es rentable por el número de pacientes", algo que no se puede justificar porque las áreas rurales y más despobladas "se quedan sin médicos".

Equilibrio de recursos en el mapa sanitario


Conviene Pedro Gorrotxategi, presidente de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap), en que lo relevante no radica en el hecho de que disminuya el número bruto de centros de salud, sino en si estos se encuentran en un lugar estratégico (por ejemplo, en zonas rurales) para poder prestar una adecuada atención a la ciudadanía. Se trata, apunta, de una labor de equilibrio sanitario en función de los recursos de los que disponen las comunidades autónomas.

“Si disminuyen los centros de salud en zonas donde se centralizan muchos, tiene menos importancia que si esto sucede en sitios donde la gente tiene más dificultad para acudir al médico”, detalla a Redacción Médica el facultativo. La clave es que los pacientes, en este caso la población infanto-juvenil, reciban asistencia con garantías cuando la requieran y en la medida de lo posible evitando un desplazamiento grande de estos usuarios o del propio médico.


"Lo importante es que las plazas de Primaria sean atractivas, y para eso hace falta dotarlas de recursos"



“Lo importante es que la gente tenga una mayor accesibilidad a los profesionales sanitarios y que el número de personas en Atención Primaria se mantenga o aumente -expone-. Y eso tiene que ver también con que haya unas buenas condiciones de trabajo, porque si son malas agravan el problema de la falta de médicos”.

El propio Gorrotxategi hace hincapié en las diferencias que hay entre comunidades autónomas. Ese ‘mapa sanitario’ al que hace también referencia José Polo. “Yo vivo en el País Vasco y está todo muy concentrado, pero te vas a Castilla y León y las distancias son enormes -detalla el facultativo-. Por eso, en función de la población y de las características de la comunidad autónoma, habrá que poner más o menos centros”.

El presidente de la Aepap concluye que “lo importante es que las plazas de Atención Primaria sean atractivas”. “Y para eso hace falta dotarlas de recursos y establecerla como eje principal de toda la atención sanitaria”.


Ratios de profesionales "estancados" en Primaria


No se trata de un sentir exclusivo de los médicos. Esther Nieto, presidenta de la Federación de Asociaciones de Enfermería Familiar y Comunitaria (Faecap), subraya que esta desaparición de centros de salud se debe a una “reagrupación” que favorece a las grandes urbes, lo que provoca que los pacientes de las zonas rurales, que además están cada vez más envejecidos, se vean forzados a trasladarse a zonas alejadas para poder recibir atención sanitaria. 

“Puede ser que un centro desaparezca porque se unifican dos y se aumenta el número de profesionales para poder atender a los pacientes, pero si puede provocar desplazamientos mucho mayores”, señala. Y no solo de los usuarios sino de enfermeros y médicos a pesar de los problemas de efectivos en algunas comunidades. En este sentido, Nieto subraya las diferencias existentes a nivel de plantillas entre regiones. “Las ratios de profesionales son muy diferentes entre una autonomía y otra, necesitamos más para poder atender a la población pero el número está muy estancado para la cantidad de situaciones a las que nos enfrentamos para garantizar la prevención y la promoción de la salud”, zanja. 
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