La responsable de comunicación, ebusiness y RSC de Menarini es miembro del Jurado de los Premios Sanitarias 2020

Mónica Moro: "No hay que imitar a los hombres, somos únicas, somos mujeres"
Mónica Moro posa en el Club de Esgrima de Madrid


16 feb. 2020 17:30H
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Mónica Moro, responsable de comunicación, ebusiness y RSC en el Grupo Menarini España, se acercó a la sanidad cuando no era más que una niña. Su madre trabajaba en el área administrativa del Hospital San Juan de Dios, por lo que no era extraño que acudiese al centro. "Desde niña viví el ambiente del hospital como una cosa muy normal, que servía para que los niños estuvieran bien, se curasen, y pudieran volver a jugar en el colegio", relata Moro, miembro del Jurado de los Premios Sanitarias 2020. 

Con motivo de esta entrevista, Redacción Médica se cita con Mónica Moro en el Club de Esgrima de Madrid, un espacio con mucha simbología para la responsable de Menarini. "Yo empecé como tiradora, estuve durante 20 años en la alta competición en el equipo nacional", rememora, añadiendo que hizo "sus pinitos" como técnica o entrenadora. "También inicié una carrera en paralelo, fui de las primeras mujeres árbitro internacional de esgrima", se enorgullece.

Sin embargo, fue su madre quien le acercó a un deporte diametralmente opuesto a la natación que practicaba. "Yo empecé a los 14, demasiado mayor. Mi madre me dijo que me había apuntado a un curso de esgrima. Yo le dije: ¿a un curso de qué?, ¡eso no lo conoce nadie'", relata Mónica Moro, que ha ocupado cargos directivos en la Federación Catalana de Esgrima y ha sido directora de la competicion de esgrima en los IX Juegos paralímpicos de Barcelona 92.

Primeros pasos en el sector sanitario


Todo ello, compaginado con su carrera sanitaria. "Mi idea era ser farmacéutica, pero al final decidí que lo que me gustaba era la Medicina", explica Mónica Moro, licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Barcelona. "Por cosas de la vida, mi hija, de 22 años está acabando ahora Farmacia. Y yo, que soy médico, trabajo en una farmacéutica. O sea que todo lo relacionado con la salud siempre ha estado presente en mi vida", reflexiona la médico, que también tiene un hijo interesado por la rama sanitaria: "Al final vamos a acabar siendo médicos y farmacéuticos gran parte de la familia", bromea.

Mónica Moro reflexiona sobre el papel de las mujeres en los puestos directivos.

De su paso por la facultad, lo que más le impactó fue la sala de disección. "Pasaba muchas horas allí. Hubo una época en la que me hubiera gustado ser cirujana", recuerda Moro, que al final centró su carrera "en el mundo de la salud digital". "Yo creo que debo ser de las personas que más tiempo lleva en este largo y tortuoso camino de aplicar la tecnología al mundo de la salud. Quedé realmente impactada por las posibilidades incipientes que había por el año 95, donde internet iba con un módem de 54K que podía servir para mejorar la salud de las personas. Y aquí sigo", bromea la responsable de Menarini, que pone el énfasis en el alto número de mujeres que hay en la sanidad española

"El sector de la salud siempre ha sido muy femenino", remarca la médico, consciente de la evolución de las últimas décadas. "Yo empecé la carrera en los años 80 y en aquél entonces había mayoría de hombres, aunque también había mujeres. Ahora cuando doy clases en las universidades de Medicina, hay mayoría de mujeres en el mundo de la salud, al menos en el ámbito universitario". 

Brecha de género con techo de cristal


La responsable de Menarini participa en dos proyectos solidarios en Senegal. 

Preguntada por la escasa presencia de mujeres en los puestos directivos, Moro cree que hay "brecha de género con techo de cristal". Y concisa: "Cuando te vas a los números grandes, somos muchas mujeres. Si los analizas con más detalle, te das cuenta que en los puestos de responsabilidad, donde se toman decisiones, los números los perdemos", lamenta.

Por suerte, nunca ha sentido que su capacidad fuera cuestionada por el hecho de ser mujer. "Tú te integras en unos equipos de trabajo que tienen que ser equitativos, para mí no existe otra opción. Hay que buscar esa equidad. Yo siempre digo que la igualdad tiene que ser de facto. Yo no quiero ser igual a un hombre, no soy un hombre ni quiero serlo, yo quiero equidad a nivel profesional y a nivel personal", reivindica. 

Madre de dos hijos, no ha tenido muchas dificultades para conciliar ambas facetas. "Quizá porque soy una persona muy activa y, más allá de la maternidad, siempre he hecho muchas cosas, mi agenda siempre ha sido un tetris", ilustra la responsable de Menarini, que subraya la importancia de "dar espacio" a cada una de esas facetas. 

"Una de las cosas que las mujeres tenemos que tener claro al principio de la maternidad es que es algo temporal y que ellos al final crecen", considera la médico, que nunca se ha visto tentada a abandonar o reducir sus responsabilidades laborales. "Ni mi marido ni yo pensamos en abandonar o parar. Yo soy más de reorganizar y readaptar", confiesa Moro, que se declara 'activista de la eSalud': "Me subo, impulso y defiendo todo lo que, gracias a la tecnología o el entorno digital, mejora la salud de las personas".

Mónica Moro en el Club de Esgrima de Madrid, donde se celebró la entrevista.

Mónica Moro en el Club de Esgrima de Madrid, donde se celebró la entrevista.


Implicada en proyectos solidarios


Cuando realiza esta entrevista, Moro acaba de aterrizar de Marrakech, donde ha realizado actividades con mujeres bereberes. "Hoy en día, mi corazón y mis proyectos están en Senagal", confiesa la médico, que guarda en su teléfono móvil numerosos vídeos y fotografías de sus viajes al país africano, donde ha puesto en marcha el proyecto Enhebra, Badalona-Senegal en País Bassari y Casamance:: "Son unas 50 mujeres con las que trabajamos por la autogestión económica y el empoderamiento femenino".

En uno de esos viajes, traslada a Redacción Médica, una mujer senegalesa le dijo que "iba a luchar como un hombre". "Yo le dije que no, que lucharemos como lo que somos, mujeres. Nuestro estilo de lucha es nuestro estilo de victoria. No hay que imitar a nadie, somos únicas, somos mujeres", sentencia.

En su opinión, en los últimos años se ha avanzado en romper el techo de cristal, pero aún hay que dar "el gran salto".  "Hay veces que a las mujeres nos falta ese punto de obstinación o de perseverancia. Quizá en algún momento tiramos la toalla porque realmente es agotador, es verdad, pero hay que seguir". 




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