Así lo han confirmado ginecólogos reunidos en la Jornada Nacional de Miomas 2015, celebrada en Barcelona



19 may. 2015 10:55H
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Redacción. Madrid
Ginecólogos expertos en el manejo de los miomas uterinos, reunidos en Barcelona durante la Jornada Nacional de Miomas 2015, han coincidido en que el tratamiento prequirúrgico con acetato de ulipristal 5 mg (Esmya) permite a las mujeres con miomas sintomáticos llegar en condiciones óptimas a la cirugía, al controlar rápidamente el sangrado abundante, recuperarles de la anemia y reducir el tamaño del mioma, lo que facilita la técnica quirúrgica y reduce los riesgos. Incluso, en algunos perfiles de pacientes, como las mujeres perimenopáusicas, el tratamiento médico, además de mejorar su calidad de vida al dejarles asintomáticas, evita la cirugía. 

Sergio Haimovich, responsable de la Unidad de Histeroscopia del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital del Mar de Barcelona y director de la Jornada Nacional de Miomas 2015, e Ignacio Cristóbal, jefe de Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de La Zarzuela de Madrid.

La Jornada Nacional de Miomas 2015, organizada por el Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital del Mar y auspiciada por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), ha reunido en Barcelona a alrededor de 250 ginecólogos de toda España, especialistas en el manejo del mioma, una patología que presenta una alta incidencia –más de un 35 por ciento en mujeres de entre 40 y 45 años, y más de un 70 por ciento en mayores de 45 años–, y un gran impacto económico tanto en costes directos en tratamientos médicos y quirúrgicos como en indirectos en salud laboral.

El objetivo de la Jornada, según ha señalado el director de la misma, Sergio Haimovich, responsable de la Unidad de Histeroscopia del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital del Mar, es debatir y consensuar sobre el papel y los límites tanto de los tratamientos médicos como de las técnicas quirúrgicas en el abordaje del mioma, y fijar los perfiles de pacientes más adecuados para poder aplicarlos. 

“Queremos resaltar con esta jornada –ha destacado–, la innovación tanto en el tratamiento médico como en el quirúrgico ambulatorio de los miomas. Se han presentado nuevas técnicas y aparatajes como mini-resectoscopios y morceladores, además de lo más innovador en el tratamiento médico, el acetato de ulipristal 5 mg, una molécula que permite controlar la sintomatología de las pacientes, reducir el tamaño del mioma y operarlo con más facilidad, incluso de forma ambulatoria sin ingreso ni anestesia, y en algunos casos, con ese tratamiento médico hasta desaparece la indicación quirúrgica”.

Preparación prequirúrgica del mioma

En este sentido, durante la ponencia Preparación prequirúrgica del mioma, Javier Monleón, de la Unidad de Miomas del Hospital La Fe, ha hecho hincapié en que “en principio, la vía quirúrgica ha sido el gold standard en los miomas, aunque ya existen tratamientos médicos que van a evitar muchas cirugías”. Ahora bien, según ha expuesto este especialista, “superados los límites del tratamiento médico, una vez que se decide ir a cirugía, hay que determinar qué pacientes necesitan de un tratamiento prequirúrgico para llegar en las mejores condiciones posibles a la cirugía. Ello hará que la técnica sea más sencilla, se reduzcan los riesgos y mejore todo el proceso”.

Según ha explicado Monleón, por un lado, hay que diferenciar a las pacientes que van a ser operadas por laparoscopia o laparotomía por vía abdominal, y las que van a ser sometidas a cirugía histeroscópica. En cuanto a las primeras, “muchas de ellas están anémicas, con lo cual el tratamiento prequirúrgico nos servirá para recuperarlas de la anemia de cara a entrar en el quirófano en las mejores condiciones posibles. Además, si con ese tratamiento conseguimos reducir el tamaño del mioma, mejorará también su manejo y la extracción”.

En este sentido, según el especialista de La Fe, “Esmya (acetato de ulipristal 5 mg), ha supuesto una revolución importante porque ha cubierto un campo bastante limitado donde sólo teníamos los análogos de la GnRh, una medicación mal tolerada, problemática con los efectos adversos y que generaba más problemas que beneficios. Entonces, conseguir una molécula que deja a las pacientes amenorreicas, les permita recuperarse de la anemia y que esas pacientes, que antes entraban muy justas al quirófano, lo hagan ahora con unos niveles de hemoglobina mucho mejores, es un gran avance”.

Respecto a las segundas, las de cirugía histeroscópica, según Monleón, “son miomas más sintomáticos y sangrantes. El tratamiento prequirúrgico con acetato de ulipristal nos va a permitir también en estos casos tener a la mujer amenorreica, sin sangrados durante una temporada, de manera que, al hacer la histeroscopia, primero, el mioma disminuye su tamaño y se puede resecar fácilmente, y segundo, tiene una consistencia más blanda y permite una cirugía más fácil”. 

Tratamiento médico, una realidad

En definitiva, el tratamiento médico del mioma “es posible, no es ficción, sino una realidad, cada vez más extendida entre los ginecólogos”, ha destacado, en la misma línea, el jefe de Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de La Zarzuela de Madrid, Ignacio Cristóbal, durante el simposio Tratamiento médico del mioma, ¿realidad o ficción?, organizado por Gedeon Richter en el marco de esta Jornada Nacional de Miomas 2015.

“Los ginecólogos debemos saber que contamos con un arma terapéutica más, el Acetato de Ulipristal 5 mg, y que lo podemos utilizar de forma complementaria con otras técnicas, aunque aún nos queda recorrido para hacer un algoritmo de tratamiento completo”, ha apuntado Cristóbal. Y es que, según sus palabras, “es importante individualizar los casos. Hay muchas variables como la edad, el deseo de embarazo, la localización y el tamaño del mioma, la sintomatología, etc., y existen muchas opciones de incluir el tratamiento médico en diversas partes de ese algoritmo”.  

Papel y limitaciones de otras técnicas

Durante la jornada, los especialistas reunidos en Barcelona también han debatido sobre el papel y los límites de técnicas como la resectoscopia, los ultrasonidos guiados por resonancia magnética, el HiFU, la laparoscopia, la morcelación y la vaporización histeroscópica, la embolización de arterias y la miomectomía en consulta.

“La resectoscopia ha sido el gold standard, pero es una técnica que lleva haciéndose 20 años y apenas ha avanzado, es más agresiva para la paciente y requiere anestesia, así que se va desechando poco a poco a favor de técnicas menos invasivas”, ha indicado Haimovich, como es el caso de los ultrasonidos o el HiFU, “técnicas caras pero buenas opciones conservadoras para las mujeres que no quieren pasar por el quirófano”.

En cuanto a la embolización de arterias, sólo está indicada en mujeres que no quieren tener hijos, y respecto a la miomectomía en consulta, depende de tres factores: la tecnología que se dispone, la habilidad del especialista y la técnica quirúrgica empleada, concluye Haimovich.
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