Una investigación abre la puerta a confeccionar nuevos tratamientos contra este tipo de tumor

Las células más letales de leucemia nacen años antes de las peores recaídas
Ferran Nadeu y Elías Campo, coordinadores del estudio en Nature Medicine.


5 oct. 2022 16:55H
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Una investigación realizada por el Idibaps-Clínic Barcelona-UB llega a la conclusión de que las células cancerosas que generan la recaída tras los tratamientos y que generan formas más letales de la leucemia más común se encuentran presentes incluso años antes del surgimiento de las primeras complicaciones. Por otra parte, se ha comprobado que, si se trata a las células transformadas con un fármaco que bloquea su metabolismo, se logra reducir notablemente su crecimiento, por lo que se abre la puerta a testarlo frente la leucemia linfática crónica.

El estudio, publicado en la revista Nature Medicine, demuestra que las células que provocan la recaída después del tratamiento y que darán lugar a la transformación de la leucemia en un tumor muy agresivo ya se pueden detectar en una cantidad diminuta al inicio de la enfermedad muchos años antes de que se manifiesten clínicamente estas complicaciones. Los resultados de este trabajo cambian la visión que se tenía de cómo progresa la leucemia, abriendo la puerta a terapias mucho más eficaces.

Hasta ahora se tenía el convencimiento que la leucemia progresaba porque sus células evolucionaban a lo largo del tiempo y se transformaban en tumores más agresivos porque adquirían alteraciones en su genoma de forma progresiva que las hacían más resistentes al someterse a un tratamiento. El nuevo trabajo demuestra que algunas de las células de la leucemia ya han adquirido estas alteraciones al inicio de la enfermedad, pero se encuentran en cantidades muy pequeñas.

Durante la evolución de la enfermedad, estas células más malignas irán incrementando y de forma progresiva serán seleccionadas para dar complicaciones clínicas muchos años después de su inicio. “Es como si la célula madre de la leucemia hubiera engendrado muchísimas semillas hijas desde el inicio de la enfermedad, cada una de ellas con alteraciones diferentes que les permitirá crecer en el futuro cuando las condiciones le sean más adecuadas”, señala Elías Campo, director del Idibaps y jefe del grupo de Patología molecular en neoplasias linfoides.

Pruebas diagnósticas para detectar células malignas


Estas observaciones confirman la denominada teoría del “Big Bang” de la evolución del cáncer que propone que la célula original maligna rápidamente se multiplica en un gran número de células hijas muy diversas con múltiples alteraciones que dan lugar a complicaciones futuras por un proceso de selección de las más adaptadas. “Esta nueva visión de la enfermedad abre la puerta a desarrollar pruebas diagnósticas altamente sensibles que nos permitan detectar y tratar estas semillas tan malignas muchos años antes de que puedan crecer de forma descontrolada”, explica Elías Campo.

En el estudio, se identificaron las alteraciones genómicas que determinan la progresión y, de forma sorprendente, vieron que algunas pocas células en el momento más inicial de la enfermedad ya tenían estas alteraciones. Por otra parte, también se identificaron alteraciones en el metabolismo de estas células más agresivas que, afortunadamente, parecen ser una debilidad de estas, un talón de Aquiles que se podría aprovechar para tratar o prevenir estas complicaciones. “Hemos visto que si tratamos las células transformadas con un fármaco que bloquea este metabolismo reducimos marcadamente su crecimiento” comenta Ferran Nadeu, coautor del trabajo. Este fármaco ya se está probando en ensayos clínicos en pacientes con otros tipos de leucemias y tumores sólidos y el estudio actual sugiere que también se podría usar en la leucemia linfática crónica.

“Esta investigación ilustra como se produce una transformación agresiva en el contexto de un cáncer indolente, un fenómeno que se podría explorar más allá de este tipo de leucemia”, apunta Elías Campo. “El estudio demuestra que la secuenciación de ADN y ARN unicelular es una herramienta necesaria para profundizar en la biología del cáncer y que nos ayudará a diagnosticar y a encontrar nuevos tratamientos para hacer frente a la enfermedad”, concluye.
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