En España, solo las bajas laborales que produce suponen 367 millones anuales



23 may. 2013 14:12H
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Redacción. Barcelona
El dolor quintuplica el consumo de recursos sanitarios y eleva la carga asistencial en los diferentes niveles de atención, según ha declarado Pere Vallribera, vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa) en una jornada organizada por esta agrupación en Barcelona con la colaboración de Grünenthal. “De hecho, resulta significativo que un tercio de las personas afectadas por dolor crónico lo sufren durante más de 20 años, con el consiguiente impacto económico directo sobre los servicios sanitarios”, ha destacado el también presidente de la Sociedad Catalana de Gestión Sanitaria.

Falsas creencias tanto de la población como de algunos profesionales de la sanidad en cuanto a los niveles soportables de dolor y a la resistencia a tomar ciertos analgésicos, así como un abordaje reactivo y fragmentado del tratamiento del mismo, son los principales escollos que impiden un óptimo abordaje del dolor, a juicio de Vallribera. El resultado de este manejo se traduce, en términos económicos, en un gasto superior a 34.000 millones de euros anuales en toda Europa, mientras que en España sólo el gasto de los días de baja laboral que produce supone un coste de 367 millones anuales.

De izda. a dcha.: Vicente Botella, gerente de Relaciones Institucionales de Grünenthal; Roser Vallés, directora general de Ordenación y Regulación Sanitaria, y Pere Vallribera, vocal de la Junta Directiva de Sedisa y presidente de la Sociedad Catalana de Gestión Sanitaria.

Y es que, en la actualidad, “la coordinación entre las diferentes etapas del tratamiento y entre los propios profesionales de distintos niveles asistenciales y especialidades sigue siendo caótica en España”, reconoce la doctora Elena Catalá, presidenta de la Sociedad Catalana del Dolor. En su opinión, “mejorar el abordaje del dolor ahorraría numerosos costes directos e indirectos y permitiría detectar y comenzar a tiempo un tratamiento individualizado para cada tipo de paciente. Estamos ante una patología que representa la aniquilación de la persona y de su entorno y que afecta de forma directa a la esfera psico-social”. El camino, a su juicio, pasa por “dotar a Atención Primaria de herramientas de evaluación que permitan detectar la causa del dolor de forma precoz e implementar planes autonómicos que mejoren su abordaje”.

Los planes de abordaje, tanto nacionales como autonómicos, que se llevan a cabo en España, representan una oportunidad para dar respuesta a este problema de una forma cada vez más adecuada.  No obstante, este reto no se plantea sencillo, puesto que, a diferencia de otros servicios clínicos que se podrían estructurar con más facilidad alrededor de funciones o de áreas de actividad más convencionales, el tratamiento del dolor, según ha puntualizado el presidente de Sedisa, Joaquín Estévez, “constituye un auténtico desafío de gestión por tratarse de un conjunto de actividades de naturaleza transversal, que implica una elevada coordinación entre especialidades hospitalarias y de Atención Primaria, que deben integrarse con claros criterios de eficiencia”.

En palabras de Vallribera, “resulta necesario avanzar en la gestión del dolor desde una perspectiva multidisciplinar, apostando por un cambio del modelo de atención compartimentado tradicional que evolucione hacia un nuevo modelo transversal e interdisciplinar mucho más efectivo pero, sin duda, más complejo en su organización y gestión. Debemos pasar de un abordaje por episodios, cada uno de los cuales puede ser eficaz, pero no serlo en su conjunto, a una atención integral del proceso que sea eficiente en su conjunto”.

La experiencia de Cataluña puede servir de guía para lograr el éxito del abordaje terapéutico en todo el territorio nacional. En opinión de Albert Ledesma, director del Programa de Prevención y Atención a la Cronicidad de Cataluña, es fundamental rediseñar el modelo asistencial para adaptarlo a la realidad y en esa tarea es en la que está inmersa precisamente su comunidad. “Estamos trabajando para implantar un modelo de atención integral que incorpore un número de actuaciones en todos los niveles; desde la formación, el sistema de compras como el diseño de los procesos asistenciales en las áreas de salud más prevalentes, entre las que se encuentra el dolor crónico”. El objetivo es que a finales del año que viene este modelo esté implantado en toda Cataluña y los pacientes con dolor crónico, principalmente asociado con patologías específicas como la artrosis, reciban los cuidados adecuados.

Los profesionales, a la cabeza del cambio

Los programas nacionales y regionales de abordaje del dolor otorgan un papel básico al profesional sanitario, tanto en la esfera clínica como organizativa. “La gestión clínica de equipos multidisciplinares y de todos los niveles asistenciales es la única respuesta efectiva y eficiente. El reto es, sin duda, abordar las reformas organizativas y estratégicas que permitan a nuestras organizaciones avanzar en modelos de gestión y organización descentralizados, con una gran implicación y autonomía de gestión de los profesionales”, argumenta el doctor Vallribera.

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