Representantes de la privada y del mundo universitario analizan la última iniciativa de la Comunidad Valenciana

Veto a la universidad privada en el SNS: ¿ideología o priorización?
Carlos Rus, Cristina Alcalá, Ricardo Rigual y Marina García.


25 jun. 2016 18:00H
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El último ejemplo de diferenciación en sanidad lo ha protagonizado la Comunidad Valenciana, después de anunciar que los estudiantes de Ciencias de la Salud procedentes de universidades privadas no tendrán prioridad a la hora de hacer prácticas clínicas en el sistema público. ¿Se trata de una discriminación por problemas de ideología, de masificación o simple descoordinación en el seno de esta región? ¿Se puede extender a otros puntos de España? Sanitaria 2000 reúne a los principales representantes del sector privado y el ámbito universitario para analizar la última iniciativa impulsada por la Consejería de Sanidad valenciana en materia de formación.

La Comunidad Valenciana ha anunciado que los estudiantes de universidades privadas no tendrán prioridad para hacer prácticas clínicas en el sistema sanitario público de la región. ¿Es una práctica discriminatoria?

Carlos Rus no entiendo la confrontación de la pública y la privada.

Carlos Rus, secretario general de ASPE: Primero habría que hacer un análisis desde un punto de vista legal y, después, pasar a ver si tiene una base ideológica o no. Si no entiendo mal, están diciendo que una universidad debe estar adscrita a un solo hospital universitario y que un hospital universitario debe tener solo una universidad como referencia.

Ricardo Rigual, expresidente de la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina: Un hospital no se comparte pero una facultad puede tener varios hospitales.

Carlos Rus: Si esto es así, y es así para todo el territorio nacional, es lógico que se mantenga en la Comunidad Valenciana igual. El segundo punto sería decir, ¿cuál es la situación actual de los hospitales universitarios en esta región, ya sean públicos o privados? Leo que hay distintas posturas y que no hay una clara sobre si hay capacidad o no suficiente para coger en los hospitales universitarios a estos estudiantes. Si estos dos puntos de partida son así, el problema que hay es ideológico y de búsqueda de confrontación, por lo que es absurdo y no tiene sentido.

Ricardo Rigual: Desde el punto de vista de los decanos, que son los responsables de las facultades de Medicina, tanto a públicas como privadas, nuestro objetivo es que todas las funciones se ejecuten con calidad. No veo ningún inconveniente, porque hasta ahora se está realizando, que los recursos públicos sean utilizados por las facultades privadas. Otra cosa es si la capacidad permite que se utilice para aplicar la normativa y si hay suficientes recursos públicos para todos. El debate sobre si los recursos públicos deben ser utilizados por facultades privadas es estéril.

¿Deben los estudiantes quedarse solo en hospitales privados por haber elegido universidades privadas?

Ricardo Rigual: Las universidades, tanto públicas como privadas, convenian o conciertan con hospitales públicos. Entonces es un problema de cómo se convenia, qué puntos se fijan. Veo razonable que si existen recursos públicos que están disponibles, se puedan conveniar, pero no automáticamente, con universidades privadas. De hecho, se ha hecho con universidades ya clásicas. El problema llega cuando hay 'overbooking', cuando la capacidad para poder atender las necesidades de las públicas y de las privadas es demasiado alta. Desde la conferencia fuimos promotores de la idea de que un hospital universitario no se debe compartir por más de una universidad para una misma titulación. Pero aquí se debe aplicar esa normativa a dos facultades públicas, a dos facultades privadas o a una privada, eso es limitante.

Carlos Rus, Ricardo Rigual y Marina García, participantes en el debate de Sanitaria 2000.


Desde el punto de vista de los estudiantes, ¿copan los de la privada el sistema público a la hora de hacer prácticas clínicas?

Marina García, presidenta electa del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM): El CEEM está formado, igual que la conferencia, por estudiantes de las universidades públicas como de las privadas, y todos hemos llegado a un consenso en este punto. Entendemos que el problema está en hablar en términos de prohibición, de veto, y, en ese sentido, sí que sería una práctica discriminatoria y no estaríamos de acuerdo con la misma. Pero al mismo tiempo compartimos la decisión tomada en base a la priorización de recursos.

Creemos que no se trata de un problema de masificación, sino de coordinación. La masificación probablemente responda a otro tipo de causas, como puede ser la apertura indiscriminada de nuevas Facultades de Medicina, como hemos visto recientemente en Baleares, lo que crea otra serie de conflictos, pero no el que está ocurriendo en la Comunidad Valenciana. Entonces, en ese sentido, compartimos el mensaje de la conferencia en relación al real decreto de 2015 aprobado por el Gobierno de Mariano Rajoy hace un poco más de un año, donde se estipula de forma clara una única universidad para un único hospital en una misma titulación. En el caso de esta comunidad, quizás se ha tratado de asociar este problema a esa masificación, ya que es evidente porque no cumplimos los criterios internacionales.

Ricardo Rigual: No tiene nada que ver la masificación. Si hubiera menos estudiantes, habría más hospitales y no se generarían conflictos. Pero el origen del problema aparece cuando hay pocos recursos públicos y son utilizados por más de una institución.

¿Es más un problema ideológico, como comentaba Rus, o más bien de coordinación y masificación, como alegaba García?

Carlos Rus: En el ámbito de la sanidad estamos muy acostumbrados al debate público-privada, pero intentamos vernos como parte de un mismo modelo. Pero cuando lees los titulares de los periódicos que dicen ‘Los alumnos de las universidades privadas no podrán hacer prácticas en los hospitales públicos’, estás generando una confrontación que es absolutamente innecesaria.

No es la primera vez que ocurre en la Comunidad Valenciana. Está claro que se pueden establecer unos criterios donde se aplique la lógica, se valoren las notas de corte y no se establezca un rechazo ni una separación entre lo público y lo privado. Estoy seguro de que nos sentamos los estudiantes, la parte pública, la parte privada del ámbito puramente gestor y hospitalario, y sin la parte política, y esto tiene una solución en cuatro días.

Ricardo Rigual: Nosotros no vemos ningún inconveniente a que los recursos públicos se utilicen en las universidades privadas. El único problema que puede haber es si esos recursos son escasos.

¿Qué beneficios e inconvenientes tiene esta iniciativa?

El CEEM no apoya los vetos a la hora de realizar prácticas clínicas.

Marina García: Entendemos que es una medida que regula y coordina de forma adecuada. Además, responde a un mandato estatal y que, probablemente también desde la realidad de los estudiantes, permite que sepan de forma mucho más efectiva cuál es su recorrido por el grado. Hasta este momento, los alumnos tenían que estar a la espera de lo que iba ocurriendo y de la coordinación académica de sus respectivas universidades en base a lo que hacían las demás.

Carlos Rus: Pero entonces ves ahí Marina a los estudiantes de la pública lo público y a los de la privada, a la privada.

Marina García: Para nada. Hemos entendido la propuesta en base a ese real decreto. Por ello, creemos que es necesario priorizar los recursos y, en ese sentido, hay que hacer una apuesta por asegurar que los estudiantes de las universidades públicas tengan esas prácticas de calidad. Sin embargo, en ningún caso valoraremos de forma positiva que se restrinja, que se vete o que se prohíba. Y un poco volviendo a esa pregunta anterior de los estudiantes de la privada solo a la privada, en ningún caso vamos a estar de acuerdo con una medida en ese sentido.

¿Qué ocurre en aquellas regiones de España donde solo existe una Facultad de Medicina, como por ejemplo, en Navarra?

Ricardo Rigual: Ahí los estudiantes utilizan recursos privados y también públicos. El Complejo Universitario de Navarra usa los dos, uno pertenece a la misma institución y otro está regulado por un convenio con el sistema salud navarro. En esta región no hay problema porque hay recursos suficientes.

Carlos Rus: Es muy curioso, porque tienes el complejo hospitalario y la universidad en un radio de 100 metros de distancia y sin el más mínimo problema, con una colaboración absoluta. Pero no se puede aprovechar cuando hay una situación que no es correcta para dañar al final a los estudiantes, porque el efecto que esto tiene de negativo es para ellos.

Ricardo Rigual: No estoy de acuerdo. Porque la iniciativa la llevamos tanto las universidades con todos los estudiantes.

Carlos Rus: En cualquier caso, una implicación de los estudiantes es fundamental y que, además de ello, las universidades estén presentes me parece perfecto. Pero, ¿es esta solución la necesaria o justa?

Ricardo Rigual: Le estamos dando vueltas a lo mismo hace un rato. Es decir, creo que estamos todos de acuerdo en que los recursos, si están disponibles, se pueden utilizar según la normativa que está publicada.

¿Puede la iniciativa valenciana hacer que los estudiantes que quieren estudiar en esta comunidad se replanteen si hacerlo allí o en otra región o directamente cambiar de titulación?

Marina García: Quizás, y ligándolo con los términos de la excelencia y del eterno debate público-privada, cuando estamos hablando de un sistema, muchas veces parece existir un cierto grado comparativo. Nosotros entendemos que cualquier estudiante de Medicina es brillante, con vocación y que ha dedicado un esfuerzo tanto en el acceso a su formación universitaria como en las respectivas evaluaciones que va teniendo que superar para mantener ese continuo y reforzar su formación. Y es cierto que a veces determinados comentarios, desprestigian, son lesivos y no son tolerables.

Los estudiantes no somos autosuficientes, por las circunstancias en las que estamos viviendo, nosotros que recurrir al esfuerzo de nuestras familias, del Estado y de otros medios para proceder a realizar nuestros estudios. Y partiendo ya de esa realidad, eligen su universidad por muchísimos motivos. Entonces muchas veces este tipo de tendencias, que a veces se utilizan de forma mediática o más en una línea sensacionalista, realmente son lesivas. Este estigma que a veces percibimos con las universidades privadas, también aparece con los hospitales y nosotros entendemos que si lleva la etiqueta de universitario, ya es una garantía de calidad, tanto si es privado como público.

Carlos Rus: Estoy de acuerdo contigo. En cualquier hospital público o privado, el carácter universitario le da un título casi de excelencia, porque siempre la implicación con la universidad y la exigencia de la investigación requiere otra estructura. Pero en la Comunidad Valenciana, la sanidad privada se ha encontrado con situaciones kafkianas, donde las facturas se acumulan desde hace dos años y donde la política se basa en una ideología muy fuerte, porque uno a veces quiere hacer una serie de cosas y otras tiene que tener posibilidad para hacerlas. Entonces como no pueden obviarnos, la realidad es que, gobierne quien gobierne, tienen que seguir contando con nosotros.

Los decanos, en contra de la apertura de nuevas facultades de Medicina.

Pero, aparte de eso, veía las noticias donde sale la vicepresidenta del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina, Andrea García, y me gustaría saber exactamente también cuál es su postura y qué hace en una foto con la consejera de Sanidad de la Comunidad Valenciana, Carmen Montón.

Marina García: Sí, fuimos convocados para esa rueda de prensa precisamente por lo que establecía la regulación, que era el hecho de decir que a partir de ese momento en la Comunidad Valenciana se iban a poner las medidas necesarias para cumplir el real decreto estatal de 2015.

Ricardo Rigual: Es fundamental en la formación de los futuros médicos que el sistema tenga la calidad necesaria para garantizarla. Para regular esa calidad, existe una serie de normativas que hay que cumplir. Como que esa facultad de Medicina, sea pública o privada, pase los criterios de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca). 

Por otro lado, ser hospital universitario es, como bien dice Carlos, un marchamo de excelencia en principio. ¿Por qué? Porque se realiza investigación, aparte de docencia, y necesita tener una serie de requisitos. Ahora, también es verdad que todos los hospitales deben ser universitarios para poder utilizarse como hospitales de prácticas para los estudiantes de grado, y si no se llaman hospitales asociados.

Carlos Rus: Creo que si sacáramos un mensaje de los tres, la parte universitaria, la parte estudiante y la parte de sanidad privada, sería: “oye, esto no tiene sentido, no es necesario”. Cuando empiezas a crear una separación artificiosa, que no es real, no estás teniendo en cuenta la capacidad de elección de las personas ni valorarla. Esto es absurdo porque lo que está mostrando al final es una incompetencia ideológica detrás muy profunda, que intenta conducir a la gente a donde tú consideras y como tú consideras, no dejar que sean ellos los que elijan y poner unos criterios que sean de justicia.

¿Hay previsiones de que esta tendencia se extienda a otros puntos de España?

Carlos Rus: Nuestra experiencia en este sector nos dice que suele pasar.

Ricardo Rigual: Creo que hay que distinguir futuribles, es decir, lo que hay hasta ahora. ¿Hay peligro de que se extienda que no se realicen? Yo no lo veo, pero todo puede suceder, depende quiénes sean los dirigentes que tomen decisiones. Pero, ¿por qué va a extenderse?

Marina García: Creo que sí se puede repetir, dado que quizás no lo concebimos tanto como un problema ideológico, sino estructural, sobre todo, mientras se siga teniendo intención de abrir nuevas facultades de Medicina en diferentes comunidades autónomas. Y ya una vez entendido este, quizás podemos abordar el de los númerus clausus y la masificación. Existe una falta de descoordinación que finalmente lleva a que en esos servicios, de repente, coincidan demasiados estudiantes.

Ricardo Rigual: Nosotros hemos sido muy beligerantes con que no se deben abrir nuevas facultades, puesto que no son necesarias, e incluso, generan muchos problemas. Si hubiera más, obviamente el problema se va a reproducir. Todavía no lo veo este asunto resuelto, ya que en la Comunidad Valenciana están elaborando aún un protocolo que primero tendremos que ver y luego analizar si se va a extender.

Marina García: Por lo que he leído se va a cumplir el real decreto 2015 y al mismo tiempo se va a garantizar que los estudiantes de las universidades privadas completen su formación con garantías.

Ricardo Rigual: Efectivamente. Hay que aplicar el real decreto, sin duda, y luego ver cómo se resuelve el problema que se genera en agudo con los estudiantes que están cursando allí. A lo mejor hay que empezar otras alternativas a largo plazo, como puede ser pues un reajuste en númerus clausus para esas facultades.

Conclusiones

Conclusiones de los invitados al debate.

Carlos Rus: Es absurdo hacer una separación de la procedencia de los estudiantes y la posibilidad de que hagan prácticas en uno u otro. Lo público, para empezar, no es de nadie porque es de todos. Entonces no tiene sentido esta separación. Si la privada puede suponer algún apoyo en la comunidad, contad con nosotros, estamos a vuestra disposición tanto en el ámbito universitario como en el ámbito de los estudiantes.

Ricardo Rigual: Hay que tener siempre como objetivo formar estudiantes con calidad suficiente y garantizada y esto se consigue con facultades de calidad asociadas a hospitales de calidad y en un número adecuado de plazas hospitalarias por estudiantes. Entonces, el asunto pasa porque cuando se instaura una Facultad de Medicina o se verifica un título, seamos muy prudentes y muy cuidadosos con estudiar los recursos que se disponen para las plazas que se ofertan por parte de esa institución. Eso pasa, por supuesto, porque no se abran más si los recursos disponibles no son los adecuados. Asimismo, pongamos hospitales de calidad, públicos o privados, que se hagan convenios y conciertos con instituciones y siempre cumpliendo con la normativa general del real decreto en que un hospital no se comparte por más de una universidad para más de unos estudios universitarios.

Marina García: Recalcar la diferencia que entendemos entre priorizar y excluir. Creemos que lo que se ha hecho en la Comunidad Valenciana es priorizar y, en ningún caso, consideramos que la medida sea excluir y vetar a los estudiantes el derecho a su formación. Si estas medidas también sirven para regular esa situación, nosotros vamos a estar de acuerdo con ellas. Como estudiantes, tanto de la pública como privada, queremos expresar que nuestros objetivos son comunes y van más allá de lo que son nuestras propias instituciones y de intereses partidistas y mercantilistas. En ese sentido, hacer un llamamiento a poner en un lugar relevante los valores de una profesión, que entendemos que es en lo que nos estamos formando.

Primera parte del debate.

Segunda parte del debate.


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