Pablo Delgado, R3 de Intensiva y Ricard Ferrer, jefe de Servicio en el Vall d'Hebron.
La especialidad de
Medicina Intensiva está siendo una de las notas negativas de esta
elección MIR 2025. Con más del 60 por ciento de las
plazas MIR adjudicadas, este campo concreto está empeorando los datos con respecto al año pasado. Con 205 vacantes repartidas, a estas alturas, el año pasado había adjudicado
38 plazas más que ahora, por lo que, previsiblemente, agotará su cupo mucho más tarde que en la convocatoria pasada, cuando decía adiós en el número 6.637. El exceso de
sacrificio que demanda esta especialidad a sus profesionales ha ido diluyendo el 'brillo' adquirido durante la pandemia, cuando los intensivistas eran vistos como un
pilar "imprescindible" para sostener emergencias sobrevenidas. A ello se suma una escasa presencia en las aulas de las
facultades de Medicina, resultando un campo "desconocido" para muchos de los
futuros médicos internos residentes.
De hecho, España es uno de los pocos países de Europa donde
Intensiva sigue siendo una optativa y, por lo tanto, no es un área conocida por el 100 por cien de los alumnos, tal y como expone
Pablo Delgado, quien, hace ahora tres años, escogía plaza en el
Hospital San Juan de Dios Aljarafe, pese al desconocimiento que.rodea a esta rama de la Medicina. De hecho, son pocos los estudiantes que conocen realmente lo que es la especialidad, qué pacientes llevan o cómo se lleva a cabo la Medicina Integral", añade.
"Por circunstancias que nadie se explica, hay estudiantes que acaban la carrera sin haber puesto un pie en una UCI", corrobora Ricard Ferrer, jefe del
Servicio de Medicina Intensiva en el Vall d'Hebron, consciente, como veterano en este campo, de lo importante que es tener visibilidad dentro de las facultades de Medicina a la hora de ganar interés en la
adjudicación MIR. Si los estudiantes, "no conocen bien la especialidad y se quedan con las ideas preconcebidas, es muy difícil que la escojan". Aunque pocas, aquellas personas que, como Delgado, sí llegan a empaparse de toda esta dinámica “suelen quedarse enamoradas de la especialidad una vez llegan a
rotar en este escenario”, admite el residente.
Ha nacido una estrella
Atrás queda, cada vez más, la época de bonanza vivida por Intensiva durante la
pandemia. Esta crisis sanitaria actuaría como acicate, otorgando visibilidad y valor a la labor de sus profesionales, hasta entonces no tan notorios a ojos de la ciudadanía como tantos otros compañeros. "Se puso en evidencia que la especialidad y las UCI, en general, eran imprescindibles no solo para escenarios como el covid sino para cualquier otra situación de emergencia, como un
accidente con múltiples víctimas. Cualquier situación que requiera una respuesta por nuestra parte, más allá del trabajo que hacemos cada día", subraya Ferrer.
Una fama cirscuntancial que, como era de esperar, tendría también su efecto en la
elección MIR. En 2021, esta rama médica experimentaba un
auténtico 'boom', ya que "los medios de comunicación hablaban mucho de ella debido a su papel crucial en ese periodo. Ahora, más allá de alguna noticia ligada a la
Organización Nacional de Trasplantes (ONT), la UCI no suele ser un área mediática”, eclipsada por la innovación en otras áreas como “
las terapias CAR-T o
nuevas técnicas en Cardiología".
De aquel protagonismo postpandémico queda ya poco, reconoce Ferrer, desplazado por una
visión mucho más negativa que señala a Intensiva como una especilidad "muy sacrificada". Además de ser una rama eminentemente hospitalaria, y con apenas "salida al sector privado", requiere
asistencia 24/7 todos los días del año, lo cual, en opinión del intensivista, se "asocia a una pobre calidad de vida". Pese a las "muchísimas cosas positivas" que alberga, la imagen que ha perdurado en el imaginario colectivo es que es una especialidad que puede requerir mucho sacrificio", insiste el jefe de Serivicio.
Guardias en UCI "pésimas"
Esto hace que, los estudiantes, "cuando están acabando la carrera y analizan qué tipo de trabajo quieren tener, buscan las especialidades que están cogiendo en primera línea, y que son todo lo contrario a Intensiva ya que tienen
actividad privada y prácticamente no tienen guardias", argumenta.
De hecho, las
guardias de 24 horas son uno de los principales motivos detrás de la pérdida de interés en Intensiva, según Delgado, puesto que "las condiciones de estas jornadas en la UCI son pésimas" con contratos que deberían ser sometidos a mejora. Otro de los problemas de esta rama, a ojos del MIR, es que se encuentra entre dos aguas, al no ser "un campo puramente médico como puede ser la
Cardiología o la
Hematología, ni tampoco puramente quirúrgico”.
En este punto, Delgado hace referencia a la inicitiva
UCI para todos, movimiento liderado por la intensivista
Tamara Contreras y que busca “modificar las condiciones laborales y cambiar el actual Estatuto Marco. Contreras se llega a plantear dejar la especialidad debido a las condiciones de estas guardias en Intensiva, por lo que el hecho de que se expongan también puede echar para atrás a la gente".
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