Margaryta Gurkalo defiende el papel clave de las especialidades científicas, claves para el impulso de la investigación

MIR de Laboratorio: "La decisión va más allá de apego a lo seguro"
Margaryta Gurkalo.


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Las especialidades MIR no siempre son valoradas de la misma forma por los aspirantes a la residencia. Algunas como Dermatología, Cirugía Plástica, Estética y Reparadora u Oftalmología gozan del cariño de buena parte de los candidatos, que no dudan en escogerlas si tienen la oportunidad. Sin embargo, otras deben esperar varios días a que sus futuros especialistas hagan acto de presencia en el proceso de adjudicación. Es el caso de las disciplinas facultativas focalizadas en el laboratorio. No obstante, ramas como Análisis Clínicos, Bioquímica Clínica Microbiología y Parasitología también tienen sus adeptos. Médicos que ponen en valor su importancia para el correcto funcionamiento del hospital. Una de ellos es Margaryta Gurkalo, próxima residente de Inmunología en el Hospital Universitario Ramón y Cajal (Madrid).

La sanitaria eligió la cuarta aspirante que seleccionó dicha especialidad. Lo hizo con el número de orden 4.098, momento en el que tan solo nueve disciplinas habían agotado su oferta para 2025. Gurkalo pudo haber elegido Urología, Obstetricia-Ginecología, Neurología o Pediatría, pero se decantó por Inmunología. "Desde la universidad me interesó el laboratorio, pero nunca pude dedicarme a esto en Ucrania -país del que procede y en el que estudió la carrera- ", ha revelado a Redacción Médica.

Su pasión por la investigación y la ciencia la atrajo hacia la especialidad. No tuvo ninguna duda a la hora de elegirla. "Me imagino trabajando en algún tratamiento nuevo para alguna enfermedad rara que todavía no tiene cura", ha puntualizado. Una rama que entronca con su personalidad, según ella. "Es una disciplina bastante tranquila, ya que no tiene la carga asistencial del resto. Eso sí, Inmunología también tiene días de consulta, hospital de día y guardias propias", ha continuado.


Defensa de los profesionales de laboratorio


Como sucede año tras año, Inmunología fue una de las especialidades que más tardó en cerrar su oferta. En concreto, lo consiguió en el número de orden 8.268. Un escenario que también vive disciplinas como Análisis Clínicos, que finalizó en el 10.820; Bioquímica Clínica, al hacerlo en el 10.011, o Microbiología y Parasitología, en el 10.444. Cifras que palidecen ante Dermatología, clausurada en el 543, o Cirugía Plástica, Estética y Reparadora, con el cartel de 'sold out' desde el 743.


"Entiendo que algunas pueden ofrecer una mejor calidad de vida, pero prestigio no ofrece una más que otra"



A Margaryta no le interesa el ritmo de agotamiento. Según ella, no se debe confundir la celeridad de determinadas ramas con su relevancia. "Es todo fama y apego a lo seguro. Todas las especialidades son valiosas", ha aseverado la médica. "Entiendo que algunas pueden ofrecer una mejor calidad de vida, pero prestigio no ofrece una más que otra. ¿Y si encuentro la cura para una patología que todavía no tiene tratamiento?", ha defendido la futura inmunóloga.


De Ucrania a España


La residente del Hospital Universitario Ramón y Cajal tiene ya ganas de comenzar su periodo de instrucción en el Sistema Nacional de Salud (SNS). "El servicio del centro es muy completo y estoy segura que me formaré muy bien", ha comentado. El 6 de junio arrancará su proceso de especialización, al igual que el del resto de aspirantes que han conseguido su plaza en la convocatoria de 2025.

Eso sí, para la sanitaria, esta no será su primera 'residencia'. Y es que tras graduarse en la Universidad Nacional de Medicina de Odesa cursó la especialidad de Medicina Interna en el Hospital Regional de la urbe ucraniana. A continuación, trabajó como especialista en Kiev hasta 2021, año en el que se mudó a España. En concreto, al País Vasco. "Se trata de una comunidad autónoma a la que vengo con cierta regularidad desde que tenía 16 años", ha revelado.


"Desde la universidad me gusta el laboratorio, pero no pude dedicarme en Ucrania"



La sanitaria lleva más de tres años en el país. Desde que consiguió homologar su titulación, Margaryta ha ejercido como médica general en una residencia de la tercera edad en la provincia de Bizkaia. Un empleo que ha compaginado con la preparación del examen MIR. "Al principio estaba a tiempo completo, pero tuve que priorizar y cambié a tiempo parcial. Un mes antes de la prueba cogí vacaciones y me dediqué por completo a estudiar", ha relatado. Nada más elegir vacante, la sanitaria dejó su trabajo y empezó a buscar piso en Madrid.

Ante la médica, cuatro años de especialización, que compartirá también con graduados en Biología, Farmacia y Bioquímica, al tratarse de una vía multidisciplinar. Más allá de este periodo, la médica no descarta volver a Ucrania, siempre que la guerra se lo permita. "Me gustaría tener a dónde volver si es lo que decido algún día. Es muy duro ver como el mundo en el que vives se cae abajo", ha afirmado.  De momento, su batalla particular será con Inmunología. "Espero disfrutar y aprovechar la experiencia", ha sentenciado.
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