Tras años de estudio, el regreso presencial convirtió la elección de plaza en una ceremonia cargada de emoción

Abrazos y mucha alegría, la nota predominante en la vuelta a la presencialidad de la asignación de las residencias médicas.


SE LEE EN 8 minutos
El reloj apenas marcaba las nueve de la mañana y ya había nervios, flores y miradas de complicidad en la entrada del Ministerio de Sanidad. Tras varios años marcados por la pandemia y el formato telemático, la asignación de plazas MIR ha recuperado en 2025 su carácter presencial. Y con él, la solemnidad del momento, la emoción compartida y la posibilidad de vivirlo como lo que es: un rito de paso. Decenas de futuros residentes acudieron este lunes a elegir su destino acompañados de sus familias, parejas o amigos. Para algunos, era el final de un camino de años. Para otros, una segunda oportunidad. Y para todos, un día difícil de olvidar. La elección de una especialidad no solo responde a criterios técnicos o académicos: muchas veces es una decisión atravesada por vivencias personales, límites físicos, vocaciones silenciosas o, simplemente, intuiciones claras.

Redacción Médica acompañó a los primeros aspirantes en esta jornada y recogió testimonios que reflejan la diversidad de trayectorias, las esperanzas puestas en cada elección y la intensidad de este momento que marca el inicio real de su vida médica.
Buscador de Plazas MIR 2025

La emoción de volver a estar aquí

 
“Mucha ilusión, la verdad”, dijo David Carrillo Nieto, número 3 del MIR 2025, mientras salía del Ministerio de Sanidad con su plaza ya adjudicada: Dermatología en el hospital Vall d’Hebron, en Barcelona. A su lado, Víctor Torrecillas, número 8, compartía esa misma mezcla de alegría y alivio. Él eligió Hematología en el Clínic de la misma ciudad. Ambos tenían las ideas claras desde sus rotaciones clínicas: “Cuando roté en cuarto por Hematología me gustó mucho y desde entonces he tenido un contacto estrecho. Me enamoré de la especialidad”, explicó Víctor. David, por su parte, señaló: “Cuando roté en quinto por Dermatología me gustó muchísimo y desde entonces lo tuve claro”.

La jornada no era solo un trámite. Para muchos, volver al formato presencial significó cerrar un ciclo con el peso emocional que merece. “Han sido muchos años de esfuerzo, sobre todo este último año del MIR, pero también desde la selectividad, todos los años de la carrera. Poder venir aquí y finalmente conseguir la plaza hace mucha ilusión”, reflexionaba David. Su compañero asentía: “El retorno a la presencialidad se agradece. Se siente mucho más venir aquí al ministerio que una asignación por correo electrónico”.

La familia, el otro eje de este día


Las emociones no estaban solo en los aspirantes. Padres, madres, hermanos y parejas llenaban la entrada del Ministerio con flores, abrazos y hasta lágrimas contenidas. Dionisio Villodres Cazorla, número 14, eligió Dermatología en su ciudad, Málaga. “Súper contento”, dijo sin rodeos. Su madre, visiblemente emocionada, completaba la escena: “Es el reconocimiento de mucho esfuerzo. Contentísima por él”.

La celebración fue completa y familiar. “Hemos celebrado el Día de la Madre, mi plaza y el cumpleaños de mi hermana, todos juntos. Lo celebramos ayer con una buena comida”, relató. La vuelta a la presencialidad también significó algo más: “Los nervios que se pasan, son nervios que al final voy a recordar con muchísimo cariño. Sobre todo, tener la oportunidad de verlos a todos, se nota y se agradece muchísimo”.

Otra madre, que acompañaba a su hijo, número 342,, también esperaba con ilusión. “Nos hace mucha ilusión apoyarlo en todo, del principio al final”, dijo. Su hijo buscaba plaza en Dermatología, con la esperanza de poder ejercer en Granada capital. “Es difícil que le dé la plaza ahí, pero bueno, es su deseo”.

Vocaciones marcadas por experiencias personales


Cada elección encierra un motivo. A veces académico, otras veces íntimo. Ana Paula Carrillo González, número 41, eligió Oncología Médica en el Hospital Ramón y Cajal con una motivación clara: “Mi madre fue paciente oncológica y siempre me gustó la Oncología. Se sintió lo correcto”, afirmaba intentando contener la emoción.

Pilar Carpi, número 5, repitió el examen tras una primera elección que no encajó. Esta vez lo tuvo claro: Dermatología en el Hospital 12 de Octubre. “Desde que vivo en España hace tres años, pasaba por la puerta de ese hospital y decía: ‘Qué maravilla’. Me pilla muy cerca de casa y el hospital es impresionante”, explicó. “El año pasado elegí una especialidad que es preciosa, pero no fue para mí. Me volví a presentar y ahora lo tengo muy claro”.

Además del prestigio del centro, Pilar destacó el enfoque práctico de la especialidad: “Es una especialidad médica con un poco de mano, de procedimiento, que eso me gusta. Tiene un poco de todo. Y vamos a decirlo: la calidad de vida que ofrece es un punto muy importante.

Sobre la presencialidad, lo tenía claro: “El año pasado elegí virtual. Vivo literalmente a 15 minutos caminando. Llegué tarde, para variar, pero me pareció una linda experiencia venir”. Y aunque su familia vive en Argentina, no iba a faltar celebración: “Somos mi novio y yo nada más para festejar hoy, pero bueno, algo haremos seguro. Después vamos a una celebración de CTO que premian a los 100 primeros”.

Elegir especialidad con todos los factores sobre la mesa


En algunos casos, la elección de especialidad también responde a una cuestión de accesibilidad y realidad física. Federico, número 106, eligió Dermatología en el Hospital Puerta de Hierro. “Mi elección viene condicionada por muchos factores, entre ellos, la discapacidad física que tengo”, explicó con honestidad. Aunque tenía interés en otras especialidades, su prioridad fue garantizar la seguridad de sus futuros pacientes.

“Aparte de que es una de las especialidades que más me gustaba, también es una de las que yo he recibido apoyo y se presta un poco más a mi condición física. No se limita exclusivamente a quirófano. Además, no tiene urgencias vitales como tal, y eso era un condicionante para mí en otras especialidades”.

Federico mencionó, por ejemplo, su interés por Cardiología: “Era una de las especialidades que me fascinaban, pero la naturaleza vital de sus urgencias me generaba miedo. No quería que en un código infarto yo no pudiese llegar a tiempo. Lo mismo me pasaba con Neurología”. Con todo, su decisión le hace feliz: “Estoy súper contento con mi elección. Más feliz, imposible. Voy a un servicio que no ha hecho más que facilitarme las cosas. No faltaría más”.

 Apoyo entre hermanos, amigos y futuros compañeros


En las primeras filas de sillas también esperaban quienes aún no habían entrado. Una joven relataba que había madrugado para acompañar a su hermana, Isabel Mateos, número 171, que buscaba una plaza de Dermatología en Madrid: “Tiene varias opciones. Yo creo que, en realidad, cualquier cosa que le permita hacer lo que a ella le apetece —como ser cirujana o hacer una tesis— le va a valer”. Ella era el único miembro de la familia presente: “Me he levantado a las cinco de la mañana a trabajar para poder estar hoy aquí. Mis padres viven en Extremadura y no pueden venir”.

Así se vivió la primera jornada de asignación MIR 2025. Con discursos, ramos de flores, lágrimas discretas, anécdotas personales y decisiones que en muchos casos llevan años gestándose. La vuelta a la presencialidad no solo permitió elegir una plaza, sino también mirar a los ojos a quienes comparten ese momento único. Todavía quedan muchos turnos por delante, pero la emoción de estar “aquí y ahora” ya forma parte de la historia de esta promoción.
REGÍSTRATE GRATIS
PARA SEGUIR LEYENDO
¿Ya eres premium? Inicia sesión
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.