César Ruiz Campillo, jefe de la Sección de Neonatología en el Hospital Vall d'Hebron.
La
Evaluación Clínica Objetiva y Estructurada (ECOE), utilizada hasta ahora como método de examen en las facultades de Medicina, da el salto al
MIR. De forma pionera, esta prueba ha comenzado a utilizarse para valorar las habilidades adquiridas por los residentes de tercer año, y, con ello, mejorar su formación una vez completen su residencia en cuarto.
De hecho, el ECOE, se ha incorporado oficialmente en 2025 como una
herramienta formativa dentro del itinerario de los R3 de Pediatría, tras un año funcionando como proyecto piloto. Tal y como ha explicado César Ruiz Campillo, jefe de la Sección de Neonatología del Hospital Vall d'Hebron en
Redacción Médica, este centro es el único en el que figura este tipo de prueba
. "El objetivo no
determinar una nota y decidir quién es mejor pediatra", señala. Además, para justificar que se realice en el tercer año de residencia, señala que su propósito es "tener una información
que sirva a residentes y tutores para completar y mejorar su enseñanza en el cuarto año de residencia".
Añade que las ECOE tienen "tres objetivos globalmente", entre ellos una finalidad sumativa, aunque en el Vall d'Hebron la orientación es distinta: "Nuestras ECOE tienen una finalidad formativa.
El objetivo no es estatificar o, digamos, clasificar a los residentes de Pediatría, sino que se trata de una evaluación en el tercer año que está
dentro de la formación de Pediatría para determinar
cuáles son sus puntos fuertes y cuáles son sus áreas de mejora y así, mantenerlos y mejorarlas durante el cuarto año de R4".
Competencias evaluadas
Uno de los principales retos fue
"decidir qué competencias" incluir, según recuerda Ruiz Campillo. Finalmente se optó por mantener coherencia con el Ministerio de Sanidad: "Lo que decidimos es evaluar las
mismas competencias en habilidades técnicas, en conocimientos, en razonamiento del problema, en toma de decisiones, en seguridad, en comunicación".
Respecto al razonamiento clínico, explica que la ECOE está
formada por 10 estaciones basadas en casos reales: "En cada estación se expone un caso clínico determinado y, dentro del ámbito de razonamiento del problema, lo que se valora es la capacidad para interpretar una analítica y
tomar una decisión clínica de acuerdo a esa analítica". En cada caso se extraen situaciones específicas, ya que "dentro de cada ámbito competencial puede haber varias competencias".
La prueba se ajusta a un residente que ya ha rotado por
todas las especialidades pediátricas del hospital: "Todos han pasado por las mismas rotaciones, han pasado por la UCI, por Cardiología, por Neumología, por Neurología, por Endocrino, por asistencia primaria…". Esto permite incorporar todas estas áreas clínicas en las estaciones.
Pero, sin duda, para el hospital, una de las grandes aportaciones de la ECOE es su
capacidad para detectar áreas de mejora en "habilidades técnicas y no técnicas, sobre todo lo que es toma de decisiones y comunicación". Sin embargo, admite que hay
competencias imposibles de evaluar en una prueba individual: "Liderazgo y trabajo en equipo, por ejemplo, no se puede trabajar".
Validez y fiabilidad: pasos pendientes
Sobre la
validez y fiabilidad de la prueba, el especialista reconoce que es algo que "justamente hay que formalizar". Afirma que al
revisar los criterios de calidad, su ECOE "los cumple", pero tiene que ser "reconocido formalmente". Asegura que existen sistemas validados para ello, aunque deben documentarlos: "Hay que sentarse y definir exactamente
cuáles son los criterios por los cuales nosotros podemos decir que nuestra ECOE
es válida, es fiable y también sostenible".
Organizar la ECOE requiere una gran movilización: "Son 10 estaciones y en cada una tiene que haber dos personas. Entonces
hacen falta 20 personas". En este contexto, explica que el Vall d'Hebron cuenta con 22 tutores de Pediatría, y "100 por cien de
los tutores han participado en la ECOE",
tanto en su diseño como en la ejecución. Aunque admite la dificultad inicial, ya que es una prueba que "nunca se había hecho y se empezó con una hoja en blanco". Además, reconoce que su experiencia previa era como participante, no como organizador.
Sobre el impacto real de la prueba, Ruiz Campillo es cauto: "Todavía no lo sabemos". Recuerda que la prueba comenzó como piloto en 2024 y que
2025 ha sido el primer año oficial para R3. La evaluación de largo plazo será compleja y el impacto será difícil de valorar, aunque podemos decir que no hemos visto publicada otra ECOE en ningún otro sitio".
Aun así, considera que puede
beneficiar la formación y la elección de hospital: "Creo que es un factor diferencial que puede ayudar, por ejemplo, a decidir los residentes a venir a rotar aquí". Respecto a si podría convertirse en un estándar en Cataluña, señala que han demostrado que "se puede hacer", por lo que su objetivo a medio plazo sería "poder hacer
una ECOE para todos los centros de Pediatría de Cataluña a través de la Sociedad Catalana de Pediatría".
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